Los medios de comunicación tienen, a veces, una tendencia a centrarse en una sola noticia, todo lo demás pasa a un segundo plano. Es importante dar más cobertura a los sucesos de más trascendencia, sobre todo si afecta a todos los habitantes de nuestro planeta. Pero es un error asociar absolutamente todo al mismo tema. También es un error mostrar siempre la parte más negativa en primer lugar, lo que se puede asociar fácilmente al amarillismo. Es comprensible: se trata de vender más. Si actualmente no se pueden vender muchos periódicos -porque no hay público que los compre- por lo menos se puede vender publicidad. Aunque con la actual crisis económica no hay muchas empresas que quieran hacer anuncios. Pero también se trata de mantenerse en el frente de los servicios informativos, especialmente si se representa a grupos políticos o consorcios económicos, o a ambos al mismo tiempo, como ocurre con más del 95% de los medios de comunicación. Se trata de influir en la opinión de los lectores, radioescuchas o televidentes. En resumidas cuentas, se trata de afianzar o alcanzar el poder económico y político.
Durante varias semanas se dan datos sobre el desarrollo de la Covid-19. Eso está muy bien, conviene que todos sepamos cómo avanza la enfermedad y en qué medida se va logrando combatirla. Pero se exagera al nombrar la cantidad de muertos, sin dar otras referencias. Es como si sólo hubiera muertos como consecuencia de una sola enfermedad. ¿Dónde están las estadísticas de los otros muertos, los ocasionados por otras enfermedades y accidentes?
Hemos visto imágenes de fosas comunes en Nueva York, en Estados Unidos. También hemos visto imágenes horribles de Ecuador, donde había muertos abandonados en las calles. Pero nadie puede afirmar que todas esas muertes son ocasionadas por la Covid-19. Si alguien lo hiciera, estaría mintiendo, ya sea por ignorancia o por falta de objetividad.
Hagamos un análisis de todas las muertes registradas, hasta hoy por la pandemia: son más de 108 000 y es posible que aún sean más. También es posible que muchos de los casos de defunciones registrados no hayan sido provocados por el virus actual. Eso lo podremos saber mucho más tarde, tal vez dentro de algunos meses o, incluso, años. Es lo que ha querido decir el jefe de epidemiología sueco, Anders Tegnell.
Voy a hacer un cálculo parecido al que hice ya en una entrada del mes de marzo. Vamos a dividir 108 000 por cinco meses, contando desde noviembre de 2019 hasta abril de 2020. El resultado es 21 600. Luego vamos a dividir esa cifra por 30 días. El nuevo resultado es 720. Si luego multiplicamos 720 por 365 días obtenemos 262 800, suponiendo que se mantiene el ritmo de desarrollo de la enfermedad como hasta ahora. La cifra es enorme. No es un resultado positivo. De acuerdo con las estadísticas, las defunciones son de 2% a 3% de los casos positivos. Por otra parte, si bien el pico de la curva no se ha alcanzado y ésta va ascendiendo en muchos países, también va descendiendo en otros.
Ahora vamos a hacer cálculos con las defunciones que se registran anualmente, por otras enfermedades o accidentes. De acuerdo a las informaciones oficiales de la OMS, son 1 300 000 muertos.
Esto significa que los muertos por estas otras causas son 106 000 en un mes, 3 560 al día y 530 000 en cinco meses.
VER GRÁFICO:
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| Para quienes tienen miedo excesivo a la pandemia, esto les puede tranquilizar. Hay peligros mayores, que nos acechan todos los días y en todas partes. A pesar de eso, la humanidad ha sobrevido. |
El constatar esto (que se ha hecho muy correctamente) no significa que hay que restarle importancia a la gravedad de la enfermedad. Hay que tomar medidas, hay que implantar nuevas, pero también hay que rectificar los errores. Y a los medios de comunicación: por favor, mejoren su calidad informativa.
