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Bienvenidos a leer mi blog. Espero que su lectura les sea útil. La finalidad del mismo es entregar información veraz, analizar articulos de medios tradicionales de comunicación y hacer un aporte positivo, en forma respetuosa. Apoyo la libertad de expresión, pero no el libertinaje, basado en la mentira, la manipulación y el engaño. Apoyo la defensa del ecosistema, amenazado por la explotación irresponsable de los recursos del planeta por parte de empresas a las que sólo les interesa acumular riquezas, en desmedro del bienestar de la Humanidad.

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jueves, 17 de marzo de 2022

LA GUERRA DE UCRANIA... Y LAS OTRAS GUERRAS. SEGUNDA PARTE

Si se quiere saber la verdad de lo que ocurre en algún país, fundamentalmente en lo que se refiere a su situación política, su economía, sus conflictos internos o con otros países, es muy difícil lograrlo. La gran mayoría de los medios de comunicación del mundo son privados y no son parciales. Todos ellos obedecen a una estrategia comercial y publicitaria, muy bien estudiada y planificada. En primer lugar, porque son empresas cuya finalidad principal es obtener ganancias económicas. En segundo lugar, porque sus intereses están ligados a las grandes empresas de las oligarquías nacionales e internacionales. Lo sustancial es difundir noticias y entretenimiento que las haga ganar dinero. Eso es lo más importante. Por eso, la verdad pasa a un segundo plano. Se intenta dar la imagen de imparcialidad, algo que logran gracias a su enorme poder de manipulación, de publicidad subliminal o abierta, todo eso realizado en forma muy eficaz. Se mezcla la verdad con la mentira. Se muestra parte de la realidad, pero se oculta mucha información, que puede ser fundamental para tener una visión fehaciente. De esa forma se consigue convencer al público o usuarios de lo que esas empresas quieren comunicar y resaltar. A eso debemos sumar la tecnología moderna, que cada día es más sofisticada. Mientras más morbosos sean los temas que se elijan, tanto mejor. Se trata de impactar en los usuarios de los medios de comunicación para hacerlos partícipes de una comedia muy bien planificada. Es como mostrar una película virtual en tres dimensiones, que nos hace creer que estamos en medio del escenario, sumando a eso un protagonismo irreal de nuestra parte.

En alguna época se tildaba a ese tipo de producir noticias -que intentan reflejar distorsionadamente la realidad de lo que ocurre en nuestro entorno- de amarillista. Actualmente ya no se utiliza ese término, porque ese amarillismo es más disimulado. La repetición de las noticias y el adorno con historias desgarrantes, con imágenes de explosiones, gritos, sangre, emoción y un sinnúmero de efectos visuales, voces agradables de apuestos periodistas y presentadores, etcétera, hacen todo muy creíble. Gracias a los muy bien estudiados planes de influencia psicológica se intenta centrar la atención en algunos aspectos de un conflicto, ignorando otros que son tan o más importantes, especialmente en las causas que han originado un conflicto o guerra.

Es lo que sucede actualmente, cuando se informa sobre la guerra de Ucrania. Por supuesto que se miente desde los dos lados enfrentados. Cada bando quiere convencer al mundo de lo que ellos consideran su verdad. Pero la información de uno de esos lados está completamente acallada. No llega absolutamente ninguna noticia de los medios de comunicación rusos, con excepción de los de oposición. Más del 99% de la información sobre la guerra sale de los informativos del gobierno ucraniano y de los miles de periodistas de las cadenas de medios de comunicación occidentales. Cualquier noticia que se haya originado en algún medio ruso o de las informaciones del gobierno ruso son acalladas, ignoradas o completamente distorsionadas o ridiculizadas.

La mentira no es fomentada solo por los medios de propaganda de cada bando, sino también por gobernantes o representantes de organismos internacionales, como el señor Joseph Borrel, que ocupa el cargo de alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores de Seguridad de la Comisión Europea. En un discurso pronunciado hace pocos días, Borrel afirmaba que Putin había clausurado Twitter y Facebook en Rusia. Pero no dijo que, anteriormente, esas plataformas habían bloqueado a importantes medios rusos de comunicación para favorecer las informaciones anti rusas. 

Ahora, el objetivo de los medios de comunicación es fomentar el odio contra todo lo que sea de origen ruso o que tenga que ver, de alguna manera, con su país, sus habitantes y sus gobernantes. El odio contra Rusia está arraigado en los pueblos escandinavos y de toda Europa desde hace siglos, pero ha aumentado desde que triunfó la Revolución Rusa, en 1917. Pese a que la Unión Soviética contribuyó a derrotar a la Alemania nazi (sin su participación Hitler podría haber expandido su dominio a todo el mundo) jamás se reconoció el sacrificio de millones de soldados y civiles rusos para poder ganar la Segunda Guerra Mundial. Todo lo contrario, el odio aumentó, gracias a todos los ataques de Estados Unidos, sobre todo los que llevó a cabo el presidente Harry Truman, quien estableció la llamada Doctrina Truman (VER). 

Rusia no está gobernada por comunistas. El presidente Valdimir Putin milita en un partido político liberal o populista, de derechas. El Partido Comunista está en la oposición (VER). Aún así, mucha gente ignorante tilda a Putin de comunista, algo totalmente alejado de la realidad (VER). Pero la idea es atacar lo que sea ruso y, al mismo tiempo, atacar todo lo que tenga que ver con comunismo o socialismo.

Ahora hay una guerra, que es claramente una guerra de invasión. No se le puede dar otro nombre. Sin embargo, Putin no la llama guerra, según las informaciones de los únicos medios a los que tenemos alcance. Sin embargo, no tenemos posibilidades de verificar noticia alguna que provenga de los medios rusos o del gobierno ruso. Lo que nos llega ha pasado por los filtros de la censura de los gobiernos y los medios de comunicación occidental. Son ellos los que deciden qué debemos "saber".

Se muestran imágenes de un hospital o de un teatro ucranianos, por ejemplo. Se muestran muchos cadáveres tendidos en el suelo, cubiertos con sábanas. Luego, en lo que se puede llamar "letras pequeñas" se informa de la muerte de dos o tres personas. Es difícil entender que, al mismo tiempo que se ve un edificio totalmente calcinado y en ruinas, no hayan centenares de muertos en ese sitio (VER EJEMPLO). Naturalmente que, indiferentemente de la cantidad de víctimas, si ha habido ataques dirigidos a sitios tan vulnerables se debe exigir una investigación y castigo a los responsables. Pero para ello hay que asegurarse de quienes son los que han perpetrado el ataque. En una guerra, dos dos bandos los que se atacan mutuamente. Además, Estados Unidos ha insistido mucho sobre los "errores" o danos colaterales, cuando ellos han atacado inocentes en muchas de sus guerras. Por qué tiene que ser diferente ahora?

Los gobiernos europeos obedecen las directivas de Estados Unidos y de la OTAN, enviando dinero y armas al gobierno de Ucrania. Grandes empresas de todo tipo hacen campañas para recaudar dinero. En casi todas las tiendas invitan a contribuir con dinero y en la mayoría de las tiendas de servicios online hacen lo mismo. Al mismo tiempo que se ahoga a la economía rusa se fortalece la ucraniana. De esa forma lo que se consigue es que la guerra se prolongue en el tiempo. Los grandes ganadores son todos los países y empresas que pueden vender armas que llaman "defensivas", como si existiera una sola arma en el mundo que lo fuera. Todas las armas son ofensivas y matan. Nunca se envió armas a Palestina, para que se defendieran de la invasión y ocupación de su territorio por el gobierno de Israel. Nunca se envió ayuda de dinero y armas a ninguno de los gobiernos que fueron derrocados y reemplazados por dictaduras militares en América Latina. nunca se ha enviado armas y dinero a los saharauis, que sufren desde años la ocupación del gobierno de Marruecos. La "Comunidad Internacional" fue testigo y aceptó el bombardeo de Belgrado, durante meses, en 1999. También se aceptaron una serie de invasiones de muchos países en Asia, África y América Latina, como fue el caso de Grenada, en 1983. Nunca hubo armas ni dinero para que esos gobiernos se defendieron. En cuanto a sus refugiados, a la mayoría se les negó refugio y asilo. 

La guerra de Ucrania ha ocasionado una enorme emigración desde ese país. Según las noticias (occidentales) ya son más de tres millones de refugiados los que han salido de Ucrania, la mayoría de ellos a través de Polonia. Es comprensible (es un derecho de las víctimas) que se les brinde ayuda a todos los refugiados, especialmente a los niños. Lo que no es comprensible es que se haga con ellos y no con muchos millones de refugiados de otros países, que han sido víctimas de guerras tanto o más cruentas que la de Ucrania. Polonia se resistió durante muchos años a aceptar refugiados, pero ahora recibe con la mejor de las ayudas a todos los refugiados ucranuanios, sin límite alguno. Lo mismo hacen todos los otros países europeos. Esto se ha dicho en el artículo anterior, pero era necesario volver a decirlo en esta entrada.

A propósito del odio contra ciudadanos rusos voy a contar una anécdota  de hace unos cuatro años:

En una tienda de un centro comercial al norte de Estocolmo hubo un asalto (Bredden). Una de las dependientas era una alumna mía, quien no pudo asistir a su clase a causa de ese robo. La mujer había sufrido un shock a causa del asalto, cuando vio que los ladrones iban armados con revólveres. 

Al día siguiente, cuando me contó lo que había pasado y el susto que aún la tenía nerviosa, la muchacha me aseguró que los asaltantes eran rusos, aunque huyeron del lugar y la policía no los había capturado aún. Los mismos asaltantes robaron en otras tiendas, en distintos centros comerciales. Seguramente, las víctimas de los otros asaltos también afirmaron que se trataba de criminales rusos. Lo curioso es que mi alumna nunca los oyó hablar, por lo tanto, no sabía siquiera si hablaban algún idioma eslavo. Ls amenazas típicas de los asaltos fueron hechas en sueco, lo que quiere decir que los asaltantes podrían haber sido de cualquier nacionalidad, no necesariamente rusos. 

Es así como se fabrican muchas historias, en parte reales, en parte ficticias. La gente supone que los delincuentes son rusos, porque parecen rusos o eslavos. Esto viene de antes, pero ahora se exagera aún más. El odio contra los rusos es tan grande que se empieza a maltratar a estos ciudadanos, en muchos países de Europa. Se castiga a gente inocente, solo porque provienen de un país que está en guerra y porque los medios de comunicación exacerban ese odio. 

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