PARTE NÚMERO 1
Después de tantos meses de confinamiento y de privaciones, mucha gente ya no sabe a qué atenerse. Se recurre, muchas veces, a estudios científicos para hacer prevalecer una opinión, medida o recomendación. Pero los estudios científicos pueden mostrar resultados muy dispares, dependiendo de quién hace el estudio, quién lo financia o qué influencias económicas y políticas hay detrás de cada argumento. Además, nuevos estudios científicos pueden modificar, en parte o mayormente, los resultados.
Cada país dopta las medidas que considera convenientes y los resultados son muy variados y discutibles, en la mayoría de los casos. La verdad es que en ningún país se ha logrado la solución perfecta, porque eso es imposible. Sí hay países que han logrado detener la ola de contagios. Algunos, como China, lo hicieron después de enormes sacrificios y pérdidas humanas. En otros no se ha conseguido detener la pademia, la que parece aumentar significativamente, como es en Estados Unidos y Brasil.
Uno de los países que mejor ha controlado los contagios ha sido Venezuela, que solo registraba muy pocos, mientras en los países vecinos se disparaban incontroladamente. Lamentablemente, la frontera con Colombia es muy amplia y la exportación del virus a Venezuela es un riesgo cada día mayor. La mayoría de los contagiados en Venezuela vienen de otros países, porque es imposible controlar todos los puntos fronterizos. Lo mismo ocurre en la frontera con Brasil. Donald Trump vaticinaba en marzo que Venezuela era el mayor riesgo en la región, que podía propagar la pandemia a todos los países americanos. Sin embargo, desde el comienzo se supo que era todo lo contrario y lo sigue siendo: Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, México y Argentina han tenido contagios y muertes en una proporción mucho mayor que en Venezuela.
El autor de este blog estuvo en desacuerdo con muchas de las medidas que se tomaron en diversos países. En lugar de tomar medidas más apropiadas y eficaces, como aislar a los contagiados o sospechosos de estar infectados (esta es una de las medidas que se tomó en Cuba, con muy buenos resultados), se ordenó un confinamiento total de la población. Pudo más el miedo que la cordura y la sensatez. Después de varios meses de medidas no convenientes, se siguen tomando otras aún más inconvenientes. Se llega a extremos inconcebibles y se manipula la información para convencer a la población de la conveniencia de usar artilugios que, en realidad, no tienen una utilidad. Es más, el uso de esos productos hace que los usuarios crean que están protegidos y descuidan otras medidas más importantes, lo que los hace más vulnerables.
En las entradas de marzo y abril, en este blog se hicieron varias propuestas de cómo continuar con las actividades laborales, sociales y estudiantiles, sin que la gente perdiera su tiempo en sus casas y sin que la economía se resintiera demasiado. Aquí enumero algunas de las medidas que se propuso:
1.- No cerrar las escuelas, sino disminuir la cantidad de alumnos en cada clase, dividirlas en dos o tres clases con menos alumnos, de tal modo de que hubiera distancia suficiente entre ellos. Las clases se podrían impartir por turnos y combinando con muchos trabajos individuales en casa, ya sea con conexión a Internet o con material audiovisual sin necesidad de conexión a Internet.
2.- Incentivar el transporte escolar, para evitar que circulen muchos vehículos. Así se evitarían las aglomeraciones de gente y la contaminación ambiental. A largo plazo se debe intentar que los alumnos se inscriban en escuelas cerca de sus viviendas, en lugar de atravesar toda una ciudad, como sucede muchas veces. Se hacen viajes totalmente innecesarios, con la consiguiente pérdida de tiempo y dinero, además de contribuir al aumento de dióxido de carbono y otros gases contaminantes.
3.- No cerrar los lugares de trabajo. Al igual que en escuelas u otros centros de estudios, dividir los equipos de trabajo por turnos, aunque esto signifique disminuir la productividad. Es mejor disminuir la cantidad de personas en espacios reducidos que detener totalmente la producción.
4.- Recomendar -como se ha hecho en Suecia- el distanciamento social: mantener una distancia de un metro y medio o dos metros entre las personas. Las recomendaciones son mejores que los imposiciones y prohibiciones. Lo importante es hacer campañas para que la gente aprenda a comportarse de otra manera, muy distinta a la que está acostumbrada.
CONTINÚA EN LA PARTE NÚMERO 2