La especulación, como muchas otras formas de accionar de la sociedad capitalista, es un mecanismo que pemite el enriquecimiento rápido de empresas y familias ricas, en desmedro de los trabajadores y consumidores. La formación de monopolios y cárteles es otro de esos mecanismos o métodos a utilizar.
En los países cuyos gobiernos intentan extirpar esos cánceres de la sociedad, las burguesías intensifican sus actividades, utilizando esos métodos hasta límites increíbles, con el fin de desestabilizar a los países y provocar golpes de estado, intervenciones extranjeras o cambios de gobierno, por todas las formas posibles. Es el caso de Venezuela, donde el gobierno ha logrado controlar parcialmente los monopolios y la especulación. Es este país suramericano se han tomado muchas medidas contra la especulación, pero los grandes comerciantes siempre encuentran la forma de contrarrestar las medidas y logran aumentar los precios de la mayoría de los productos que aún no están regulados. La nueva Ley de Costos y Precios Justos puede contribuir a erradicar esta herramienta de opresión si se aplica en forma correcta y con efectividad.
En otros países, donde hay gobiernos burgueses, también actúan los monopolios, utilizando la especulación. Hay mecanismos judiciales que logran contrarrestar, por lo menos en parte, los efectos de esas acciones. Un ejemplo es lo que ha ocurrido en Chile, al lograrse la condena de dos cadenas farmacéuticas que se habían puesto de acuerdo para subir los precios de más de 200 medicamentos en forma desmesurada. Nota del 5 de febrero: Nótese que se trata castigar el acuerdo, no la especulación en sí.
La condena judicial, que puede ser apelada por las cadenas acusadas, contempla una multa de 19 millones de dólares cada una, montos que pueden considerarse altos, pero que equivalen a una pequeña cantidad de las ganancias que esas cadenas comerciales obtuvieron durante mucho tiempo. Lo más paradojal es que, para compensar esos "castigos" las farmacias siguen aumentando los precios. Esto lo pueden hacer perfectamente porque si no se demuestra que hay acuerdos entre ellas, las cadenas pueden seguir especulando en forma independiente. No hay límite para la especulación en el sistema capitalista. Nota del 5 de febrero, 2012: Invito a mis lectores a leer el artículo ACTUALIZACIÓN DE PRECIOS DEL STOCK: UN MÉTODO SALVAJE DEL CAPITALISMO en este mismo blog el 27 de abril, 2011.
Por otra parte, los consumidores, que son las verdaderas víctimas de las acciones especulativas, no reciben compensación alguna. El dinero (si se mantiene la condena) va directamente a las arcas fiscales. Esto quiere decir que el abuso contra los usuarios queda impune, porque sólo se beneficia el estado. Esa es la justicia del capitalismo.
Sin embargo, la condena es un paso importante para despertar la conciencia de los ciudadanos, que ojalá algún día despierten y entiendan que lo único que puede terminar con los abusos de los grandes comerciantes -que pertenecen en gran parte a consorcios multinacionales- es cambiar el sistema de producción y distribución. Para ello es necesario cambiar el modo de producción, es decir, cambiar toda la estructura de la actual sociedad capitalista.
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