LA VERDAD, SIEMPRE LA VERDAD.

Bienvenidos a leer mi blog. Espero que su lectura les sea útil. La finalidad del mismo es entregar información veraz, analizar articulos de medios tradicionales de comunicación y hacer un aporte positivo, en forma respetuosa. Apoyo la libertad de expresión, pero no el libertinaje, basado en la mentira, la manipulación y el engaño. Apoyo la defensa del ecosistema, amenazado por la explotación irresponsable de los recursos del planeta por parte de empresas a las que sólo les interesa acumular riquezas, en desmedro del bienestar de la Humanidad.

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sábado, 25 de diciembre de 2021

DE DINOSAURIO A GALLINA, UN LARGO RECORRIDO

La ciencia avanza y la historia de la biología llena nuevas páginas gracias a los descubrimientos paleontológicos. Ejemplo de esto es el descubrimiento de dinosaurios y de sus huevos, incluso sus embriones. La ciencia va creando nuevas hipótesis y, al mismo tiempo, va eliminando o reformando teorías antiguas. Es el caso del  dinosaurio Oviraptor philoceratops, de hace 75 millones de años. Para empezar, su nombre es falso, porque se creía que comía huevos de otros animales y por eso se la nombró "ladrón de huevos". Sin embargo, más tarde se descubrió que cuidaba sus propios huevos y se alimentaba de moluscos. Pero lo más importante es que se trata de una especie de eslabón en la evolución de un dinosaurio a un ave, siendo una de las miles de pruebas de que la teoría de la evolución de Darwin está y seguirá estando vigente. Es algo que ya ninguna religión puede poner en duda, aunque por muchos siglos se combatió con dureza y dogmatisno las ideas del naturalista inglés. Desde hace tiempo, las religiones también se van adaptando a los nuevos conocimientos y ya es imposible insistir, por ejemplo, que el mundo se creó en siete días, como dice la Biblia, algo que actualmente resulta más que ridículo y que casi nadie lo puede creer, como tampoco muchas otras afirmaciones que se hacen en el libro sagrado de tantas religiones.







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lunes, 6 de diciembre de 2021

VACUNA OBLIGATORIA ¿ES NECESARIO? ¿ES CORRECTO?

Hay indicios o pruebas de que las vacunas contra el Covid-19 nos pueden ayudar a contrarrestar los efectos del virus. Un estudio científico puede confirmar esto sólo después de mucho tiempo, aún es muy temprano para asegurar algo con total certeza. Al parecer, los países que tienen mayor cantidad de la población vacunada tienen mejores resultados que en países con menos gente vacunada. Es lo que dicen los expertos y los medios de comunicación. Lo que sí es absolutamente cierto es que los efectos secundarios de las vacunas son mucho menores que los que ocasiona una infección provocada por el virus. Por lo tanto, no hay que tener miedo a las vacunas. Por otra parte, hay que respetar a quienes no se quieren vacunar. Estas personas tienen derecho a decidir lo que es mejor para su salud.

En algunos países se intenta imponer la obligación de vacunarse contra el Covid-19. ¿Es necesario? ¿Es correcto hacerlo? ¿No se vulneran nuestros derechos con esta medida? Son muchas las interrogantes que surgen en torno a este asunto. Sería interesante estudiar muy bien la Declaración Universal de los Derechos Humanos (VER).

En primer lugar, si una obligación no se cumple, se debe aplicar un castigo o sanción. Ese castigo o sanción solo se debe aplicar si se comete un delito. ¿Puede, entonces, considerase un delito el oponerse a ser vacunado? Si alguien se opone a ser vacunado se debería considerar el artículo 11, punto número 2, que dice lo siguiente: Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Asimismo, tenemos que considerar el artículo 29, que en sus puntos 1 y 2 dice lo siguiente: 1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad. 2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.

Estos artículos intentan encontrar un equilibrio en la definición de libertad, la cual no puede ser absoluta. Nuestra libertad no debe restringir la libertad de otras personas ni perjudicar la salud, economía o bienestar de otros componentes de la sociedad humana. Así como tenemos derechos, también tenemos deberes. Por lo tanto, se pueden limitar nuestros derechos si pretendemos defender el derecho de todos. El derecho de la comunidad debe prevalecer sobre el derecho del individuo. Ese es el principio fundamental de la declaración de derechos humanos.

Ahora bien, cuando queremos obligar a otras personas a vacunarse, debemos considerar su derecho a oponerse, a hacer algo con su cuerpo que ni siquiera podemos asegurar que da 100% de protección y que, además, puede generar cambios negativos en su organismo. ¿Cómo podemos obligar a alguien a hacer algo en contra su voluntad, en su mayor intimidad? Entonces, también se debería prohibir fumar y usar otras sustancias que pueden afectar la salud. Una persona que no cuida su salud perjudica a toda la sociedad. Hay mucha información sobre los peligros de usar drogas, como el tabaco y el alcohol. Por lo tanto, quienes recurren a su uso están conscientes de esos peligros y deberían prescindir de su uso. Esa actitud y las consecuencias de ello ocasiona graves problemas en la sociedad, tanto desde el punto de vista económico como de la salud de quienes son afectados indirectamente por la conducta de un grupo de personas. 


El abuso o mal uso de las drogas ocasiona muertes, tanto de los mismos adictos a las drogas como de sus víctimas.  Sin embargo, no está prohibido usarlas. ¿Dónde podemos fijar los límites? ¿Por qué no se castiga a los adictos (a los que se considera "enfermos", siendo ellos mismos los que han ocasionado su adicción) y sí se pretende castigar a las personas que temen perjudicar sus organismos? En este último caso es más comprensible su actitud. Tal vez, más importante que exigir la obligatoriedad del uso de la vacuna es insistir en mantener la distancia de seguridad, la higiene y el uso de mascarillas cuando no hay suficiente ventilación, en espacios cerrados.



Nota: el autor de este blog ha recibido las tres dosis de la vacuna.


viernes, 3 de diciembre de 2021

PANDEMIA Y SENTIDO COMÚN

La Humanidad se ha visto afectada, en muchas ocasiones, por grandes epidemias y pandemias.  Casi nunca ha habido épocas libres de epidemias. A veces éstas afectan a un territorio o país, otras veces han sido afectados territorios más grandes e, incluso, todos los continentes. Algunas epidemias son ocasionadas por virus, otras por bacterias. Hay zonas en que las enfermedades son endémicas, se mantienen en el mismo sitio durante muchos años y a veces por siempre. Esto ocurre más frecuentemente en los países tropicales, a causa de la proliferación de mosquitos u otros insectos o roedores. 

Por otra parte, siempre ha habido guerras, por distintos motivos. Las principales causas fueron etnológicas, religiosas o económicas. Las guerras parecen perennes en algunos lugares, como es el caso del Oriente Próximo. A veces son de corta duración o sólo de algunos años, aunque vuelven a renacer periódicamente. Ha habido guerras civiles o entre países. Incluso ha habido dos guerras mundiales. Los imperios de todas las épocas han sometido a otros pueblos, mediante la violencia u otras medidas con las que consiguen apoderarse de ellos y dominarlos. Para que esa dominación sea efectiva y duradera, se recurre a las guerras o sanciones económicas que destruyen la economía de las naciones afectadas.

Muchas civilizaciones sucumbieron ante la aparición de otras nuevas. Tribus, ciudades o países lucharon entre ellos y fueron siempre los vencedores los que impusieron sus culturas. Pero también hubo hambrunas y catástrofes naturales, que frenaron el aumento de la población y el avance científico y tecnológico. 

A lo anteriormente mencionado, tenemos la influencia de la actividad económica humana, principalmente de grandes empresas, que está destruyendo el equilibrio ecológico de todo el planeta. Uno de los ejemplos es el aceleramiento del cambio climático, que nos hará entrar, antes de tiempo, en una nueva era glacial, el resultado posterior a un calentamiento global que hará muy difícil la existencia de vida en el planeta, por lo menos de organismos pluricelulares, fundamentalmente de los mamíferos.

Todo lo indicado hasta aquí (en esta entrada) indica verdades irrefutables. No son producto de la imaginación ni tener su origen en una determinada ideología política. Son hechos demostrados por restos arqueológicos, escritos antiguos o testimonios de supervivientes. Ahora, si entramos al campo de la especulación, podemos emitir distintas hipótesis o teorías que puedan dar respuestas a muchas interrogantes sobre lo que ha pasado y sobre lo que puede pasar en el futuro. Una de esas especulaciones podría confirmar vaticinios de escritores como el economista Thomas Malthus, que afirmó que el principal problema de la sociedad humana era el exceso de población, lo que tenía que ser contrarrestado por la muerte de gran parte de la población. Para él, la miseria era una ley natural, que permitía limitar el aumento demográfico.

Si pensamos en forma pesimista podemos llegar a creer lo que dicen algunos escritos religiosos, que se basan en la supuesta incapacidad del ser humano de poder mantener conductas adecuadas. De acuerdo a esto es necesario el castigo de un ser supremo, que nos envía "pruebas" para que nos redimamos mediante el sometimiento a una determinada religión. 

Sin embargo, lo que necesitamos es, simplemente, tener buen sentido común. Necesitamos buenos líderes políticos, que sepan elegir a los mejores expertos en cada rama del saber y de la ciencia, además de ser capaces de consultar a la gente común. No basta con la opinión de expertos o científicos, aunque tampoco se los puede dejar a un lado, por supuesto. También necesitamos que la gente se exprese y proponga soluciones. El pueblo no debe ser considerado como un rebaño de ovejas al que se pueda guiar sin darle la posibilidad de opinar. Además, no basta con dejar que opine. También se le debe otorgar el derecho de decidir. Indudablemente que hay muchas diferencias entre la gente. Los empleadores difícilmente van a estar de acuerdo con las propuestas de trabajadores. Cada grupo social va a querer hacer prevalecer sus derechos frente a los de otros grupos. Pero se debe buscar la forma de llegar a un consenso.

En el caso de las enfermedades virales, como se dijo en la anterior entrada, sabemos desde hace mucho tiempo, que tienen una enorme posibilidad de mutar. Las mutaciones son para mejorar su eficacia y poder contagiar a la mayor cantidad posible de huéspedes. Y aquí está la gran equivoción de la gente. Los virus quieren replicarse, seguir existiendo. Para ello necesitan un hogar y nosotros somos ese hogar. Si los virus pensaran, no querrían matar al huésped, porque lo necesitan. Naturalmente, no piensan, pero actúan como si lo hicieran. Nosotros también vamos cambiando, nos vamos perfeccionando como seres humanos. Lo hemos hecho siempre, desde tiempos muy remotos. En realidad, desde el comienzo de la existencia de nuestros antepasados, que pudieron ser asociaciones de bacterias que fueron dando (a través de millones de años) forma a formas de vida más avanzadas. Tenemos que recordar que en nuestros organismos albergamos billones de bacterias y virus. Son parte de nuestras células. El problema surge cuando hay un desequilibrio en el metabolismo, tanto de nuestro organismo como dentro de los microorganismos o en la interacción entre distintos seres. Por eso tenemos que cuidarnos, para poder estabilizar el equilibrio normal. Lo más importante de todo es no perder la razón, mantener la calma y buscar las mejores formas de protegernos. 

Ampliación de esta entrada, 4 de diciembre, 2021.

El miedo a la nueva variante ómicron se ha apoderado de la mayoría de la gente, aunque esto se debe a la rapidez con las que se transmiten las noticias. Los medios de comunicación envían la información de forma inmediata a todo el mundo y la forma en que se dan las noticias contribuye a fomentar ese miedo. Como siempre, los medios de comunicación tienen gran influencia sobre la población, incluso de los políticos de muchos países. 

En un país determinado se descubre la nueva variante, pero eso no significa en absoluto, que se haya originado allí. Pudo aparecer, por primera vez, en otro país, pero nadie se percató de ello. Es posible que dentro de algún tiempo se llegue a la conclusión de que esa variante tuvo origen en otro lugar del planeta. Pero eso no lo resaltan los medios, ni siquiera que se sabía que había casos similares en otros países, antes de que se descubriera en Sudáfrica. 

La forma en que se ha informado de la pandemia, en general, ha sido muy difusa y contradictoria. A veces se ha dado amplia cobertura a detalles, en lugar de dar más importancia a lo más medular de una información científica o boletines de entidades sanitarias, como la OMS.  Una recomendación se ha traducido como obligatoriedad o lo que se consideraba necesario y local se lo traducía como indispensable y general. Un ejemplo es el uso de las mascarillas, que siempre fue solo una recomendación y sólo en lugares cerrados o cuando es imposible (léase bien, imposible) mantener la distancia de seguridad. Muchas veces se ha querido demostrar "científicamente" que el uso de los confinamientos y cierres de aeropuertos (y después las mascarillas) había evitado mayor cantidad de contagios y muertes en muchos países. Pero eso es imposible demostrar. Además, los países en donde se aplicaron mayores restricciones, la pandemia se expandió con mayor fuerza. Por supuesto que hubo excepciones. En China se la detuvo casi completamente y después de haber llegado a 4 000 muertos, la cifra no aumentó mucho, apenas se produjeron unas 400 muertes, hasta ahora, desde marzo de 2020. En Venezuela se llegó a la cifra de 5 177 fallecidos. La mayor parte de los contagios, en ese país, se produjeron a causa de los viajeros llegados de Colombia (129 000), Brasil (615 000) y Ecuador (33 250). En Cuba se llegó a la cifra de 8 306 muertos. Hay que tener presente que, tanto Venezuela como Cuba han sido bloqueados económicamente y se les ha impedido adquirir los recursos necesarios para disponer de medicinas y alimentos. A pesar de eso, han logrado mejores resultados que muchos otros países del mundo.

En Alemania, los contagios no fueron muchos, al comienzo. Era uno de los países con mejores resultados. Sin embargo, desde que se adoptaron restricciones extremas, la pandemia aumentó considerablemente. Actualmente se ha llegado a la cifra de 103 000 muertos. En España, la cifra es de 88 200.

Mis amigos lectores pueden ver esos datos en varias páginas web como de la BBC, RTVE y muchas otras. Son cifras que se pueden comprobar muy fácilmente. ¿Cuántos medios de información han mostrado esos resultados? Probablemente, ninguno. Los medios que he puesto como ejemplos tienen esos datos como información estadística, pero en ningún caso las hacen resaltar.

En el caso de Suecia, el número de fallecidos ha llegado a 15 170, aunque en los últimos meses apenas se han registrado nuevos casos. Hay que tener presente que en Suecia no se usa la mascarilla. La recomendación es usarla solo cuando es absolutamente indispensable. Es verdad que la cantidad de muertos es mayor que en el resto de los países escandinavos, pero es mucho menor que en países como Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, España, etcétera. Si tomamos este ejemplo. ¿Puede alguien afirmar que las mascarillas son la solución? Si así fuera, en Suecia habría el triple o aun mayor cantidad de fallecidos.

Llegado a este punto podemos decir que no se puede afirmar con certeza cuales han sido las mejores medidas que han contribuido a disminuir la cantidad de contagios y muertes. Se ha dado mucha importancia a la vacuna, que se pretende sea obligatoria. Pero se sabe, desde el comienzo, que la vacuna no es 100 % segura. Con la aparición de ómicron (y tal vez de otras mutaciones) se pone aún más en duda la efectividad de las vacunas. Si bien es cierto que en los países donde hay mayor cantidad de personas vacunadas, los contagios no aumentan en la misma forma que en países con menos vacunados, la pandemia sigue su avance. Tenemos el caso de Oslo, capital de Noruega, donde las restricciones han sido muy duras. En una fiesta de Navidades (con todos los comensales vacunados con dos dosis) se contagiaron 60 personas, de las cuales 13 eran de la variante ómicron. 

Esperemos que durante las próximas semanas podamos obtener mayor información sobre el desarrollo de la pandemia y que no se adopten medidas extremas, que sólo contribuyen a aumentar el miedo, e incluso, aumentar los contagios. 

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