LA VERDAD, SIEMPRE LA VERDAD.

Bienvenidos a leer mi blog. Espero que su lectura les sea útil. La finalidad del mismo es entregar información veraz, analizar articulos de medios tradicionales de comunicación y hacer un aporte positivo, en forma respetuosa. Apoyo la libertad de expresión, pero no el libertinaje, basado en la mentira, la manipulación y el engaño. Apoyo la defensa del ecosistema, amenazado por la explotación irresponsable de los recursos del planeta por parte de empresas a las que sólo les interesa acumular riquezas, en desmedro del bienestar de la Humanidad.

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sábado, 25 de diciembre de 2021

DE DINOSAURIO A GALLINA, UN LARGO RECORRIDO

La ciencia avanza y la historia de la biología llena nuevas páginas gracias a los descubrimientos paleontológicos. Ejemplo de esto es el descubrimiento de dinosaurios y de sus huevos, incluso sus embriones. La ciencia va creando nuevas hipótesis y, al mismo tiempo, va eliminando o reformando teorías antiguas. Es el caso del  dinosaurio Oviraptor philoceratops, de hace 75 millones de años. Para empezar, su nombre es falso, porque se creía que comía huevos de otros animales y por eso se la nombró "ladrón de huevos". Sin embargo, más tarde se descubrió que cuidaba sus propios huevos y se alimentaba de moluscos. Pero lo más importante es que se trata de una especie de eslabón en la evolución de un dinosaurio a un ave, siendo una de las miles de pruebas de que la teoría de la evolución de Darwin está y seguirá estando vigente. Es algo que ya ninguna religión puede poner en duda, aunque por muchos siglos se combatió con dureza y dogmatisno las ideas del naturalista inglés. Desde hace tiempo, las religiones también se van adaptando a los nuevos conocimientos y ya es imposible insistir, por ejemplo, que el mundo se creó en siete días, como dice la Biblia, algo que actualmente resulta más que ridículo y que casi nadie lo puede creer, como tampoco muchas otras afirmaciones que se hacen en el libro sagrado de tantas religiones.







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lunes, 6 de diciembre de 2021

VACUNA OBLIGATORIA ¿ES NECESARIO? ¿ES CORRECTO?

Hay indicios o pruebas de que las vacunas contra el Covid-19 nos pueden ayudar a contrarrestar los efectos del virus. Un estudio científico puede confirmar esto sólo después de mucho tiempo, aún es muy temprano para asegurar algo con total certeza. Al parecer, los países que tienen mayor cantidad de la población vacunada tienen mejores resultados que en países con menos gente vacunada. Es lo que dicen los expertos y los medios de comunicación. Lo que sí es absolutamente cierto es que los efectos secundarios de las vacunas son mucho menores que los que ocasiona una infección provocada por el virus. Por lo tanto, no hay que tener miedo a las vacunas. Por otra parte, hay que respetar a quienes no se quieren vacunar. Estas personas tienen derecho a decidir lo que es mejor para su salud.

En algunos países se intenta imponer la obligación de vacunarse contra el Covid-19. ¿Es necesario? ¿Es correcto hacerlo? ¿No se vulneran nuestros derechos con esta medida? Son muchas las interrogantes que surgen en torno a este asunto. Sería interesante estudiar muy bien la Declaración Universal de los Derechos Humanos (VER).

En primer lugar, si una obligación no se cumple, se debe aplicar un castigo o sanción. Ese castigo o sanción solo se debe aplicar si se comete un delito. ¿Puede, entonces, considerase un delito el oponerse a ser vacunado? Si alguien se opone a ser vacunado se debería considerar el artículo 11, punto número 2, que dice lo siguiente: Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Asimismo, tenemos que considerar el artículo 29, que en sus puntos 1 y 2 dice lo siguiente: 1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad. 2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.

Estos artículos intentan encontrar un equilibrio en la definición de libertad, la cual no puede ser absoluta. Nuestra libertad no debe restringir la libertad de otras personas ni perjudicar la salud, economía o bienestar de otros componentes de la sociedad humana. Así como tenemos derechos, también tenemos deberes. Por lo tanto, se pueden limitar nuestros derechos si pretendemos defender el derecho de todos. El derecho de la comunidad debe prevalecer sobre el derecho del individuo. Ese es el principio fundamental de la declaración de derechos humanos.

Ahora bien, cuando queremos obligar a otras personas a vacunarse, debemos considerar su derecho a oponerse, a hacer algo con su cuerpo que ni siquiera podemos asegurar que da 100% de protección y que, además, puede generar cambios negativos en su organismo. ¿Cómo podemos obligar a alguien a hacer algo en contra su voluntad, en su mayor intimidad? Entonces, también se debería prohibir fumar y usar otras sustancias que pueden afectar la salud. Una persona que no cuida su salud perjudica a toda la sociedad. Hay mucha información sobre los peligros de usar drogas, como el tabaco y el alcohol. Por lo tanto, quienes recurren a su uso están conscientes de esos peligros y deberían prescindir de su uso. Esa actitud y las consecuencias de ello ocasiona graves problemas en la sociedad, tanto desde el punto de vista económico como de la salud de quienes son afectados indirectamente por la conducta de un grupo de personas. 


El abuso o mal uso de las drogas ocasiona muertes, tanto de los mismos adictos a las drogas como de sus víctimas.  Sin embargo, no está prohibido usarlas. ¿Dónde podemos fijar los límites? ¿Por qué no se castiga a los adictos (a los que se considera "enfermos", siendo ellos mismos los que han ocasionado su adicción) y sí se pretende castigar a las personas que temen perjudicar sus organismos? En este último caso es más comprensible su actitud. Tal vez, más importante que exigir la obligatoriedad del uso de la vacuna es insistir en mantener la distancia de seguridad, la higiene y el uso de mascarillas cuando no hay suficiente ventilación, en espacios cerrados.



Nota: el autor de este blog ha recibido las tres dosis de la vacuna.


viernes, 3 de diciembre de 2021

PANDEMIA Y SENTIDO COMÚN

La Humanidad se ha visto afectada, en muchas ocasiones, por grandes epidemias y pandemias.  Casi nunca ha habido épocas libres de epidemias. A veces éstas afectan a un territorio o país, otras veces han sido afectados territorios más grandes e, incluso, todos los continentes. Algunas epidemias son ocasionadas por virus, otras por bacterias. Hay zonas en que las enfermedades son endémicas, se mantienen en el mismo sitio durante muchos años y a veces por siempre. Esto ocurre más frecuentemente en los países tropicales, a causa de la proliferación de mosquitos u otros insectos o roedores. 

Por otra parte, siempre ha habido guerras, por distintos motivos. Las principales causas fueron etnológicas, religiosas o económicas. Las guerras parecen perennes en algunos lugares, como es el caso del Oriente Próximo. A veces son de corta duración o sólo de algunos años, aunque vuelven a renacer periódicamente. Ha habido guerras civiles o entre países. Incluso ha habido dos guerras mundiales. Los imperios de todas las épocas han sometido a otros pueblos, mediante la violencia u otras medidas con las que consiguen apoderarse de ellos y dominarlos. Para que esa dominación sea efectiva y duradera, se recurre a las guerras o sanciones económicas que destruyen la economía de las naciones afectadas.

Muchas civilizaciones sucumbieron ante la aparición de otras nuevas. Tribus, ciudades o países lucharon entre ellos y fueron siempre los vencedores los que impusieron sus culturas. Pero también hubo hambrunas y catástrofes naturales, que frenaron el aumento de la población y el avance científico y tecnológico. 

A lo anteriormente mencionado, tenemos la influencia de la actividad económica humana, principalmente de grandes empresas, que está destruyendo el equilibrio ecológico de todo el planeta. Uno de los ejemplos es el aceleramiento del cambio climático, que nos hará entrar, antes de tiempo, en una nueva era glacial, el resultado posterior a un calentamiento global que hará muy difícil la existencia de vida en el planeta, por lo menos de organismos pluricelulares, fundamentalmente de los mamíferos.

Todo lo indicado hasta aquí (en esta entrada) indica verdades irrefutables. No son producto de la imaginación ni tener su origen en una determinada ideología política. Son hechos demostrados por restos arqueológicos, escritos antiguos o testimonios de supervivientes. Ahora, si entramos al campo de la especulación, podemos emitir distintas hipótesis o teorías que puedan dar respuestas a muchas interrogantes sobre lo que ha pasado y sobre lo que puede pasar en el futuro. Una de esas especulaciones podría confirmar vaticinios de escritores como el economista Thomas Malthus, que afirmó que el principal problema de la sociedad humana era el exceso de población, lo que tenía que ser contrarrestado por la muerte de gran parte de la población. Para él, la miseria era una ley natural, que permitía limitar el aumento demográfico.

Si pensamos en forma pesimista podemos llegar a creer lo que dicen algunos escritos religiosos, que se basan en la supuesta incapacidad del ser humano de poder mantener conductas adecuadas. De acuerdo a esto es necesario el castigo de un ser supremo, que nos envía "pruebas" para que nos redimamos mediante el sometimiento a una determinada religión. 

Sin embargo, lo que necesitamos es, simplemente, tener buen sentido común. Necesitamos buenos líderes políticos, que sepan elegir a los mejores expertos en cada rama del saber y de la ciencia, además de ser capaces de consultar a la gente común. No basta con la opinión de expertos o científicos, aunque tampoco se los puede dejar a un lado, por supuesto. También necesitamos que la gente se exprese y proponga soluciones. El pueblo no debe ser considerado como un rebaño de ovejas al que se pueda guiar sin darle la posibilidad de opinar. Además, no basta con dejar que opine. También se le debe otorgar el derecho de decidir. Indudablemente que hay muchas diferencias entre la gente. Los empleadores difícilmente van a estar de acuerdo con las propuestas de trabajadores. Cada grupo social va a querer hacer prevalecer sus derechos frente a los de otros grupos. Pero se debe buscar la forma de llegar a un consenso.

En el caso de las enfermedades virales, como se dijo en la anterior entrada, sabemos desde hace mucho tiempo, que tienen una enorme posibilidad de mutar. Las mutaciones son para mejorar su eficacia y poder contagiar a la mayor cantidad posible de huéspedes. Y aquí está la gran equivoción de la gente. Los virus quieren replicarse, seguir existiendo. Para ello necesitan un hogar y nosotros somos ese hogar. Si los virus pensaran, no querrían matar al huésped, porque lo necesitan. Naturalmente, no piensan, pero actúan como si lo hicieran. Nosotros también vamos cambiando, nos vamos perfeccionando como seres humanos. Lo hemos hecho siempre, desde tiempos muy remotos. En realidad, desde el comienzo de la existencia de nuestros antepasados, que pudieron ser asociaciones de bacterias que fueron dando (a través de millones de años) forma a formas de vida más avanzadas. Tenemos que recordar que en nuestros organismos albergamos billones de bacterias y virus. Son parte de nuestras células. El problema surge cuando hay un desequilibrio en el metabolismo, tanto de nuestro organismo como dentro de los microorganismos o en la interacción entre distintos seres. Por eso tenemos que cuidarnos, para poder estabilizar el equilibrio normal. Lo más importante de todo es no perder la razón, mantener la calma y buscar las mejores formas de protegernos. 

Ampliación de esta entrada, 4 de diciembre, 2021.

El miedo a la nueva variante ómicron se ha apoderado de la mayoría de la gente, aunque esto se debe a la rapidez con las que se transmiten las noticias. Los medios de comunicación envían la información de forma inmediata a todo el mundo y la forma en que se dan las noticias contribuye a fomentar ese miedo. Como siempre, los medios de comunicación tienen gran influencia sobre la población, incluso de los políticos de muchos países. 

En un país determinado se descubre la nueva variante, pero eso no significa en absoluto, que se haya originado allí. Pudo aparecer, por primera vez, en otro país, pero nadie se percató de ello. Es posible que dentro de algún tiempo se llegue a la conclusión de que esa variante tuvo origen en otro lugar del planeta. Pero eso no lo resaltan los medios, ni siquiera que se sabía que había casos similares en otros países, antes de que se descubriera en Sudáfrica. 

La forma en que se ha informado de la pandemia, en general, ha sido muy difusa y contradictoria. A veces se ha dado amplia cobertura a detalles, en lugar de dar más importancia a lo más medular de una información científica o boletines de entidades sanitarias, como la OMS.  Una recomendación se ha traducido como obligatoriedad o lo que se consideraba necesario y local se lo traducía como indispensable y general. Un ejemplo es el uso de las mascarillas, que siempre fue solo una recomendación y sólo en lugares cerrados o cuando es imposible (léase bien, imposible) mantener la distancia de seguridad. Muchas veces se ha querido demostrar "científicamente" que el uso de los confinamientos y cierres de aeropuertos (y después las mascarillas) había evitado mayor cantidad de contagios y muertes en muchos países. Pero eso es imposible demostrar. Además, los países en donde se aplicaron mayores restricciones, la pandemia se expandió con mayor fuerza. Por supuesto que hubo excepciones. En China se la detuvo casi completamente y después de haber llegado a 4 000 muertos, la cifra no aumentó mucho, apenas se produjeron unas 400 muertes, hasta ahora, desde marzo de 2020. En Venezuela se llegó a la cifra de 5 177 fallecidos. La mayor parte de los contagios, en ese país, se produjeron a causa de los viajeros llegados de Colombia (129 000), Brasil (615 000) y Ecuador (33 250). En Cuba se llegó a la cifra de 8 306 muertos. Hay que tener presente que, tanto Venezuela como Cuba han sido bloqueados económicamente y se les ha impedido adquirir los recursos necesarios para disponer de medicinas y alimentos. A pesar de eso, han logrado mejores resultados que muchos otros países del mundo.

En Alemania, los contagios no fueron muchos, al comienzo. Era uno de los países con mejores resultados. Sin embargo, desde que se adoptaron restricciones extremas, la pandemia aumentó considerablemente. Actualmente se ha llegado a la cifra de 103 000 muertos. En España, la cifra es de 88 200.

Mis amigos lectores pueden ver esos datos en varias páginas web como de la BBC, RTVE y muchas otras. Son cifras que se pueden comprobar muy fácilmente. ¿Cuántos medios de información han mostrado esos resultados? Probablemente, ninguno. Los medios que he puesto como ejemplos tienen esos datos como información estadística, pero en ningún caso las hacen resaltar.

En el caso de Suecia, el número de fallecidos ha llegado a 15 170, aunque en los últimos meses apenas se han registrado nuevos casos. Hay que tener presente que en Suecia no se usa la mascarilla. La recomendación es usarla solo cuando es absolutamente indispensable. Es verdad que la cantidad de muertos es mayor que en el resto de los países escandinavos, pero es mucho menor que en países como Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, España, etcétera. Si tomamos este ejemplo. ¿Puede alguien afirmar que las mascarillas son la solución? Si así fuera, en Suecia habría el triple o aun mayor cantidad de fallecidos.

Llegado a este punto podemos decir que no se puede afirmar con certeza cuales han sido las mejores medidas que han contribuido a disminuir la cantidad de contagios y muertes. Se ha dado mucha importancia a la vacuna, que se pretende sea obligatoria. Pero se sabe, desde el comienzo, que la vacuna no es 100 % segura. Con la aparición de ómicron (y tal vez de otras mutaciones) se pone aún más en duda la efectividad de las vacunas. Si bien es cierto que en los países donde hay mayor cantidad de personas vacunadas, los contagios no aumentan en la misma forma que en países con menos vacunados, la pandemia sigue su avance. Tenemos el caso de Oslo, capital de Noruega, donde las restricciones han sido muy duras. En una fiesta de Navidades (con todos los comensales vacunados con dos dosis) se contagiaron 60 personas, de las cuales 13 eran de la variante ómicron. 

Esperemos que durante las próximas semanas podamos obtener mayor información sobre el desarrollo de la pandemia y que no se adopten medidas extremas, que sólo contribuyen a aumentar el miedo, e incluso, aumentar los contagios. 

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NUEVOS ENLACES, 5 DE DICIEMBRE 2021:



martes, 30 de noviembre de 2021

ÓMICRON, LA ÚLTIMA VARIANTE DE COVID-19. ¡EL PÁNICO SE APODERA DEL MUNDO!

Ya sabemos desde mucho tiempo que los virus van mutando constantemente. Se van adaptando para poder multiplicarse. Esa facilidad para mutar es sorprendente. No se los considera seres vivientes, como a las bacterias. Sin embargo, se comportan como si lo fueran.

Todos nos hemos asustado cuando hemos recibido las primeras noticias sobre la nueva variante del Covid-19. Sobre todo, cuando un epidemiólogo norteamericano dijo que esta nueva variante podría ser 500 veces más peligrosa que otras mutaciones (ver). Muchas veces los científicos se equivocan. Esta vez ha sido el turno de este epidemiólogo, que se ha atrevido a emitir una afirmación sin haber constatado la peligrosidad del virus. Afirmaciones como la de este científico no ayudan en absoluto. Al contrario, afirmaciones tan absurdas y alarmantes cómo ésta pueden aumentar el miedo de la gente.

Una nueva mutación puede ser más contagiosa que las anteriores, pero también puede ser menos peligrosa. Las informaciones que se han recibido hasta ahora indican que la  variante ómicron ocasiona síntomas más suaves y hasta ahora no se ha informado de muerte alguna, ni siquiera de pacientes muy graves. Es muy temprano aún para determinar bien la peligrosidad del virus. Hay que tener en cuenta de que van a seguir apareciendo nuvas variantes, porque es un desarrollo normal de todos los virus.

¿Cómo han reaccionado las autoridades de muchos países? Lo primero ha sido prohibir los viajes desde algunos países africanos o aplicar restricciones para quienes viajen. Esto, porque todo el mundo se deja llevar por el pánico y se recurre inmediatamente a medidas precipitadas. 

Lo importante es aplicar o mantener las medidas que se han tomado antes, con el mismo cuidado. Lo importante es mantener la distancia de seguridad, la ventilación y la higiene. Cerrar fronteras no va a solucionar el problema, porque, de alguna u otra manera, el virus ya está en muchos países, aunque aún no se lo haya descubierto. 

Recomiendo leer anteriores artículos de este blog sobre el Covid-19.

Nota del 1  de diciembre 2021:

Las noticias aparecidas hoy indican que la variante del Covid-10 Ómicron ya estaba en Europa el 11 de noviembre, muchos días antes de que se descubriera en Sudáfrica. Por lo tanto, todas las medidas que prohíben los viajes desde ese país o países vecinos no tienen mucho sentido. El que se descubriera allí no significa que se haya originado la mutuación en ese lugar. Incluso, ya el 29 de noviembre aparecían estos datos en algunos medios de comunicación. VER AQUÍ.

Una de las afirmaciones o especulaciones (sin comprobación científica) es que la nueva variante puede ser más mortal. Pero esto aún no se ha demostrado. Lo que sí puede ser es que sea más contagiosa. Por lo menos no es más grave, porque no hay muchas hospitalizaciones a causa de esta variante. Además, los síntomas son menores que los ocasionados por variantes anteriores. Por lo tanto, no hay motivo para alarmerse. También se afirma que las vacunas pueden perder su eficacia ante esta nueva variante de Covid-19, pero eso ya ha sucedido con las variantes anteriores. Mucha gente vacunada con dos dosis se ha contagiado. En los próximos días se irá actualizando esta entrada. Por ahora se hace enlace a una de las últimas noticias de hoy: VER AQUÍ.


sábado, 20 de noviembre de 2021

UNA PAUSA DE LA POLÍTICA Y DE LA PANDEMIA - MÚSICA EN VENEZUELA

Interesante evento en Caracas, Venezuela. El Sistema Nacional de Orquestas (ver) intentó romper el récord de Guineas Record: una orquesta de 12 000 músicos jóvenes interpretan la Apertura de una obra de Piotr Ilich Chaikovski, Marcha Eslava. El concierto se llevó a cabo el 14 de noviembre de este año.

Dejemos a un lado la política por unos momentos. Dejemos a un lado la tristeza que ha provocado la pandemia del Covid-19. Veamos y oigamos una de las cosas buenas de la vida, sin juzgar, sin acusar, sólo escuchar y disfrutar.

ENLACES:

REPORTAJE DE TELESUR

VER VIDEO DEL CONCIERTO 1

VER OTRO REPORTAJE DE TELSUR (incluida la Marcha Eslava, además de muchas otrs hermosas piezas musicales) Vale la pena ver todo este vídeo, indiferentemente de las ideas políticas de los lectores.

La orquesta venezolana tocó durante 8 minutos (algunas versiones dicen 5 minutos), de los 12 totales de la obra. El actual récord es de 5 minutos.




sábado, 13 de noviembre de 2021

¿Y AHORA, QUÉ? ¿Ya tenemos que olvidarnos del coronavirus? SEGUNDA PARTE

Lo expuesto en la primera parte era una especie de vaticinio, que lamentablemente se va cumpliendo: en Europa aumentan considerablemente los contagios de Covid-19. Da la impresión de que la mayoría de la gente ya da por superada la pandemia y es tan común que haya nuevos contagiados que se lo acepta como algo normal y aceptable. De las extremas medidas que se tomaron ya no queda casi nada y casi nadie se cuida. Es verdad que había medidas absurdas, que nunca se debieron tomar. Pero hay otras que se debieron tomar mucho antes de la actual pandemia. Y se deberían seguir tomando, como mantener la distancia de seguridad, mantener una buena higiene, evitar los saludos cercanos de manos, codos o puños, los abrazos, etcétera. Por supuesto que hay que seguir evitando aglomeraciones y reuniones en lugares que no tienen buena ventilación. Eso es necesario, pero ya casi nadie lo hace. La gente organiza fiestas y reuniones, sin tener en cuenta los riesgos que aún existen. Y sin pensar que antes de la pandemia también había riesgo de contagiarse de muchas otras enfermedades, que se pudieron evitar si hubiéramos tomado las precauciones necesarias.

Lo que sí se hace, en muchos países, es usar la mascarilla, la medida más ineficaz de todas. Por supuesto, mucha de la gente que usa la mascarilla se sigue contagiando, porque descuidan todas las otras medidas. La gente cree que poniéndosela, ya están protegidos. Pero toman cosas que mucha otra gente manipula al tocarlas o al toser o estornudar sobre ellas. Luego se tocan la cara, los labios, la nariz y las orejas. Es así como se contagian, a pesar de su "amuleto" que les impide respirar convenientemente.

La vacuna sí que puede evitar los contagios, o hacer que la gente no se enferme de mucha gravedad. Estar vacunado también puede dar la sensación de que no hay riesgo de contraer la enfermedad. Está científicamente probado que la vacuna  no es, en absoluto, una protección 100 por ciento segura. 

Conviene repetir lo escrito anteriormente en esta entrada: no sólo se trata de la Covid-19. Hay cientos de otras enfermedades que se pueden transmitir por el contacto de nuestras manos con cientos de objetos que tocamos todos los días. En cada gramo cuadrado de tierra hay 40 millones de bacterias, sin contar con los virus que puede haber dentro y fuera de ellas. 

Los virus y bacterias también están en el aire, pero en forma muy dispersa, lo que los hace menos peligrosos. Sobre cada metro cuadrado se depositan, cada día, 800 millones de virus y 20 millones de bacterias. De todos esos gérmenes, el virus Covid-19 representa una ínfima cantidad. 

Antes nadie lo pensaba y ahora son muy pocos los que lo hacen: los virus y bacterias nos tienen rodeados y dentro de nuestros organismos también los hay en enormes cantidades. En nuestro cuerpo viven, aproximademente 39 billones de bacterias, aunque la mayoría nos ayudan en nuestro metabolismo. Lo mismo sucede con los virus, que también nos ayudan en nuestras funciones metabólicas y defensa inmunológica. Estos están en cantidades 10 veces superiores a las bacterias. 

Conviene recordar, además, que nuestras células tienen muchos orgánulos u organelas. Entre estas organelas está la mitocondria, que se supone fue, en sus orígenes, una bacteria. En cada célula tenemos, aproximadamente, unas 800 mitocondrias. Esta organela es una de las partes fundamentales de la célula humana y tiene su propio ADN. Podríamos decir que nuestros organismos son la unión de muchas bacterias, que se fueron especializando a través de millones de años. Por lo tanto, la vida es una lucha entre nuestras propias bacterias y virus contra agentes externos. Al mismo tiempo, algunas de nuestras bacterias también se pueden transformar en nuestras enemigas, así como nuestro sistema inmune, que también puede llegar a serlo. Lo importante es que tenemos que defendernos, fundamentalmente, de los agentes externos. En cuanto a nuestro organismo, debemos intentar mantener un buen equilibrio mediante buena alimentación y ejercicio físico. Y no es la primera vez que se alude a esta buena combinación, en este blog.

martes, 26 de octubre de 2021

¿Y AHORA, QUÉ? ¿Ya tenemos que olvidarnos del coronavirus? PRIMERA PARTE

En innumerables ocasiones se ha usado la expresión "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra". Hay muchas variantes, pero la mencionada aquí es la más común. Tal vez hay que aplicarla una vez más en esta ocasión y a escala global. Parece que no aprendemos lo suficiente cuando nos vemos enfrentados a una amenaza difícil de contrarrestar, y eso es lamentable. Cuando apareció la pandemia del Covid-19 se tomaron muchas medidas exageradas (algunas están vigentes en algunos países) pero no se tomaron otras, que pudieron ser más eficaces. Creo que podemos hacer una comparación con algunos cambios políticos y culturales que han ocurrido en algunos países. Tomemos el caso de España, por ejemplo. Cuando gobernaba (ilegalmente) el dictador Francisco Franco, había una censura cultural que prohibía muchas cosas. No se podía hablar directamente de sexo, de libertad ni de igualdad. Por lo menos, no en la forma en la que se hacía en países donde había una pseudodemocracia. Cuando llegó la transición, de produjo el "destape". Fue como una olla a presión, que estalló con fuerza y se llegó a extremos nunca antes vistos. Aunque la palabra destape se asocia más al cine, también se reflejó en la televisión y la prensa, especialmente revistas semanales, como Interviú.

En la televisión se podía ver bailarinas semidesnudas, que mostraban sus senos. La cantante italiana Raffaela Carrá mostraba, muy a menudo, programas con mujeres semidesnudas, algo que actualmente no se hace. Fue una etapa corta, porque nuevamente se recurrió a la censura, aunque no con la misma fuerza que durante la dictadura. Lo del destape fue una característica de una forma de mostrar la sexualidad, pero también hubo otras expresiones de tipo cultural, de intercambio de ideas políticas, con el surgimiento de muchos grupos considerados extremistas, tanto de derechas como de izquierdas. La organización independista ETA, llevó a cabo más atentados terroristas durante esta etapa que los grupos anarquistas, durante todo el período de la dictadura. En los cines se empezaron a proyectar filmes pornográficos y aumentó el establecimiento de sitios de encuentro de homosexuales o de encuentro para intercambio de parejas, etcétera. Todo lo antes descrito fue como una respuesta a todas las prohibiciones que había durante la dictadura. Era como si una olla a presión, de pronto, explotara.

Yo no voy a juzgar los cambios producidos, si está bien o está mal. Me remito únicamente a ver cómo, a veces, se producen cambios bruscos o rápidos en el comportamiento de los individuos de una sociedad, ya sea ésta dentro de un país o de varios países, dependiendo de qué medidas restrictivas o de represión que se adopten o se dejen de adoptar. Las causas pueden ser muy distintas y las medidas represivas o restrictivas, también. Por lo tanto, las consecuencias son distintas y los cambios son bruscos e inesperados.

Volviendo a la actualidad, en marzo de 2020, se apoderaron del mundo el terror, el miedo y la improvisación, en muy pocas semanas. Se recurrió a los conocimientos de algunos científicos y epidemiólogos -muchos de los cuales tenían pocos conocimientos sobre el nuevo virus- aunque ya había referencia, por muchos otros virus similares de forma de corona, aunque a ninguno de ellos se les dió jamás ese nombre. El nuevo virus fue bautizado, por los medios de comunicación como "coronavirus", como si los anteriores no lo fueran. En lugar de tomar precauciones bien pensadas y adecuadas, se recurrió a una serie de medidas desmesuradas, creyendo o suponiendo que serían la solución. Se detuvieron, poco a poco los viajes internacionales y algunos países paralizaron muchas de sus importantes actividades. En algunos países se llegó al extremo de confinar a la población en sus casas, con la amenaza de multas cuantiosas si se cometía el "delito" de salir a la calle sin una justificación importante. Luego se permitió salir a la gente, pero se la obligó a usar mascarilla. Aún a la fecha de hoy se la exige en muchos países. Suecia, tal vez, fue el único país que no obligó a la gente a usar esa incómoda y no tan segura prenda. Eso sí, se recomendó usarla en lugares con riesgo de aglomeración, como en buses y trenes. El uso de la mascarilla no ha sido eficaz, cuando ha sido utilizado por la gente. Los únicos que la han usado, más o menos bien, son los trabajadores de la salud, en clínicas y hospitales. Aún así, también entre esos trabajadores se cometen muchos errores. Son muy pocas las personas que las han usado bien. La gran mayoría de quienes las usan, las manipulan constantemente. Es muy común ver a la gente, llevándola en el cuello o dejándola colgada en los espejos de los automóviles o en otros sitios. Luego se la ponen varias veces, a pesar de que puede estar infectada y se debería usar una sola vez. Como los virus no se ven, se cree que no están en los objetos que manipulamos constantemente con nuestras manos, uno de los principales vehículos de transmisión de microbios patógenos. Se afirma en muchos medios, que el uso de la mascarilla ha disminuido los contagios. Pero eso es imposible de probar. Si los contagios han disminuido es gracias a un conjunto de medidas, no sólo a una. No se puede probar, científicamente, que una sola medida pueda haber contribuido a la disminución de contagios. Ni siquiera se puede afirmar que las vacunas sean la solución. Es verdad que las vacunas pueden disminuir el riesgo de contagio, pero ha habido muchos casos de gente que ha enfermado, a pesar de haber sido vacunados dos veces. Lo que sí se ha logrado es disminuir la cantidad de muertes a causa de la enfermedad. Aún así, en este caso, no podemos afirmar cien por ciento, que las vacunas han detenido las olas de contagio. Al principio de la pandemia hubo más muertes. Esas muertes se debieron a distintos factores, como la edad y muchas patologías que ya habían disminuido el sistema inmune. La edad en sí no es un factor de riesgo, sino qué vida ha llevado la gente mayor, cómo se ha alimentado y de qué forma ha utilizado sus cuerpos, con mucha, con poca o casi ninguna actividad física.

En muchos casos, los pacientes más afectados por el SARS-CoV-2 (Covid-19) tenían síntomas de una o más enfermedades combinadas. Naturalmente que entre esos pacientes tenía que ser mayor el peligro de morir. Después de un tiempo, cuando las personas más vulnereblas ya habían muerto, el resto de la población pudo tener más resistencia. Los hospitales mejoraron sus servicios, se aumentó la cantidad de respiradores y se pudo atender a más gente, lo que permitió disminuir las muertes y que los pacientes se recuperaran en menos tiempo. 

Sin lugar a dudas, las vacunas han contribuido a disminuir la cantidad de infectados y de muertes. Pero sin las vacunas, tal vez, se habría obtenido el mismo o mejor resultado, si se hubieran tomado las medidas más convenientes, empezando por la educación de la población para que se pudieran defender en forma más eficaz, incentivando una mejor alimentación y el ejercicio físico, aprender a respirar en forma adecuada, etcétera.

Ahora se ha declarado abierta la sociedad y se han quitado, paulatinamente, las restricciones. Y ya tenemos, nuevamente, un efecto de olla a presión. La mayoría de la gente olvida que el virus sigue mutando y que está presente, en todas partes. El virus ha venido para quedarse, como lo han hecho miles de otros virus. Es imposible erradicarlo completamente. Este virus se suma a los otros virus que han aparecido antes y que rebrotan de cuando en cuando, provocando muertes y disminución de la capacidad cerebral, de inmunidad y de muchas otras capacidades necesarias para tener una vida normal.

La gente se vuelve a abrazar y se aglutina en espacios cerrados, no todos se preocupan de la higiene: se comparten vasos, cigarrillos y otras cosas. Se vuelve a hacer lo mismo que se hacía antes de la pandemia, como si el peligro de ser contagiados ya haya desaparecido por completo. ¿Es que nunca vamos a aprender a cuidarnos?



lunes, 30 de agosto de 2021

CORONAVIRUS - NO BASTA CON LA VACUNA. CUARTA Y ÚLTIMA PARTE

CÓMO DEBE SER LA CONSTRUCCIÓN DE LAS VIVIENDAS MODERNAS

¿Se ha imaginado usted cómo fueron las viviendas de las antiguas civilizaciones? En internet se encuentran muchos datos sobre esto. Pero también hemos recibido mucha información en las clases de Historia, en novelas y películas. Nuestros antepasados de hace aproximadamente siete millones de años, se cobijaban en cuevas o en las ramas de árboles. A medida que aprendieron a usar herramientas o utensilios, pudieron fabricar chozas de paja y tierra. Más tarde fabricaron casas con ladrillos y/o adobes y ya no eran sólo lugares donde dormir o cobijarse, sino también donde cocinar y tener reuniones familiares o con amigos. Viviendas modernas hay de todo tipo, desde las más sofisticadas y lujosas hasta las más modestas, algunas similares a las de la Edad de la Piedra, con piso de tierra, invadidas por escarabajos, termitas y muchos otros insectos y arácnidos. En los países donde la economía es mejor, la mayoría de las viviendas son cómodas, pero tienen mala distribución de sus distintas salas y cuartos. Sobre este tema se podría escribir un libro de cientos de páginas, por lo que no se puede profundizar más de lo que permite el tiempo y el espacio en un modesto blog.

Las viviendas modernas se deben planificar de una manera totalmente distinta de lo que se ha hecho hasta ahora. Posiblemente hay muchos nuevos proyectos que han considerado aspectos del ambiente (lo que se suele llamar medioambientales) y económicos. Pero a todos esos nuevos proyectos se debe agregar la parte sanitaria, como garantizar buena ventilación, resistencia a todo tipo de fenómenos meteorológicos, sismos, incendios o deslizamientos de tierra. Uno de los aspectos más importantes es elegir terrenos que no estén muy cerca del mar o de los ríos, que no estén en pendientes muy pronunciadas ni cerca de bosques o polígonos industriales. Como se ha propuesto en este blog, en más de una oportunidad, las viviendas deberían ser auto-reciclables, aprovechando en la mejor forma posible la energía solar y el agua. Habrá una entrada separada, en la que se detallará una serie de soluciones que pueden convertir una vivienda en un una fuente de energía y de producción piscícolo-agrícola, una de las cuales es la acuaponía (VER). 

Con respecto a la parte sanitaria, debería tomarse precauciones para convertir una vivienda en un lugar seguro, libre de enfermedades o de riesgos de éstas. La distribución de los dormitorios y salas de reunión, los baños, la cocina, los balcones y posibles oficinas o talleres debería ser lo más adecuada posible para que haya buena ventilación, refrigeración y calefacción (conviene leer lo que se ha escrito en la anterior entrada, sobre las escuelas). A continuación, algunos enlaces a distintos tipos de viviendas y su distribución. Ejemplo de la construcción de una casa, aquí abajo.

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Ejemplo de edificios modernos en España, aquí abajo.


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Lo ideal, en la construcción de un edificio con muchas viviendas, es aprovechar al máximo el espacio. Mientras más alto, mejor se logra ese objetivo, siempre que se garantice su seguridad asísmica. Los edificios del ejemplo son lujosos, pero tal vez no suficientemente ecológicos. Es posible que tengan buena ventilación, pero no se ve que se aprovechen bien las paredes, a menos que los balcones sean suficientemente anchos para instalar huertos que utilicen el agua que recicle el mismo edificio. Tampoco trasciende de la publicidad que tengan instalados paneles solares. Eso compensaría aún más los otros gastos en la construcción de tan enormes torres y sería una ayuda al entorno de la comunidad y del planeta.

CÓMO HABILITAR VIVIENDAS OBSOLETAS

Sería imposible demoler todas las viviendas que se han construido hasta ahora (y que, lamentablemente, se seguirán construyendo) con todas sus deficiencias. Pero sí se pueden refaccionar. Se las puede dotar de todos los elementos necesarios, aunque eso lleve mucho tiempo. Se pueden planificar campañas a todo nivel, con información y con incentivos, para que toda la gente colabore, desde las instituciones hasta los dueños de las viviendas.

Lo más importante de todo es legislar, para que todas las viviendas que se construyan en el futuro cumplan con los requisitos suficientes para que sean seguras, desde todos los aspectos mencionados antes, aunque aquí se ha hecho en forma muy somera. Esos mismos requisitos deben aplicarse a las viviendas actuales o de los anteriores decenios o siglos:

1.- DONDE DEBEN SER CONSTRUIDAS

Las viviendas deben ser construidas en lugares muy seguros, preferentemente en terreno plano, con suficiente solidez a gran profundidad, sin acueríferos subterráneos y sin riesgo de deslizamiento. Se debe evitar construir casas o edificios altos cerca del mar o de ríos y a una altura cerca del nivel de las aguas. Por ningún motivo se debe construir viviendas en quebradas o cerca de ellas. Tampoco se debe construirlas cerca de minas, canteras o polígonos industriales en los que se utilice explosivos o materiales químicos. Esos lugares deben ser reforzados, de tal manera que sus residuos no contaminen la tierra ni las aguas. Si bien es conveniente tener jardines y huertos en las cercanías de las viviendas, no es conveniente que haya bosques muy cerca. De surgir incendios en los bosques (que deben contar con muchos cortafuegos) no deben ser afectadas las viviendas, ni por el calor ni por el humo. 

3.- QUÉ ASPECTOS DE SEGURIDAD DEBEN SER INTEGRADOS

Los cimientos de las viviendas deben ser reforzados con pilares o muros de hormigón o de otro material resistente, que los haga soportar inundaciones, movimientos sísmicos de alto grado y fuertes vientos ocasionados por huracanes o tornados. Sus paredes y los techos deben ser resistentes a todo tipo de fenómenos meteorológicos como rayos, intensas lluvias, granizo, nieve o fuertes vientos. Las paredes, puertas, ventanas, techo y piso deben ser construidas con un material que resista altas temperaturas y eviten la propagación de fuego, en caso de incendio.

2.- QUÉ ASPECTOS SANITARIOS SE DEBEN TENER EN CUENTA 

En primer lugar, debería de haber espacio suficiente para que las personas que entren o salgan del edificio lo hagan con suficiente distancia. En cada entrada debería ponerse un lavavorio, para que toda psrsona que entre se lave las manos antes de continuar hacia los pasillos, escaleras o ascensores. Los ascensores deben ser amplios y con suficiente ventilación, preferentemente transparentes en su parte frontal, con acrílico u otro material. Así se puede ver cuántas parsonas lo usan al mismo tiempo.  

Toda persona que entre al edificio debe estar sana. De estar enferma, debería utilizar algún tipo de protección, para que otras personas no se contagien. En todas las áreas cercanas al edificio debería estar prohibido fumar, como también en todo el edificio. Quienes quieran fumar deberían tener un espacio reservado y aislado, donde se puedan filtrar los aerosoles de humo. Los fumadores debebrían pagar una tarifa adicional para compensar los gastos que provoca su adicción al cigarrilo.

Las autoridades sanitarias podrían dictar normas específicas para garantizar que los habitantes del edificio puedan evitar todo tipo de contagios. Todos deben entender que ya nunca más se debe volver atrás, que siempre habrá virus, hongos y bacterias que amenacen la salud y por eso hay que extremar las medidas para evitar los contagios.

CUÁNDO Y CÓMO APLICAR CUARENTENAS

Son las autoridades sanitarias de cada país las que deben determinar si es conveniente y/o necesario establecer cuarentenas. Estas pueden estar justificadas si hay peligro de que una enfermedad contagiosa pueda expanderse con facilidad, como es el caso de la actual pandemia y como lo fue con anteriores pandemias, a las que nunca se catalogó como tales, porque no había suficiente información. Todos deben recordar que hubo muchas gripes llamadas influenzas, que tuvieron origen en forma similar a la enfermedad actual (VER). Aún así, las cuarentenas no deben ser muy prolongadas. Lo importante es que las personas que deben guardar cuarentena (porque se sospecha que pueden ser portadoras de una enfermedad) sean examinadas. Para la actual pandemia se ha estipulado el tiempo de incubación de la enfermedad y dos días extra. Son catorce días, de acuerdo a los conocimientos actuales. Lo más conveniente es que se haga un examen al comienzo de la cuarentena y otro al final de la misma. La duración de la cuarentena puede aumentar o disminuir, si nuevas investigaciones científicas dan resultados que demuestren su efectividad y su duración. Lo importante es no sólo poner a algunos grupos de personas en cuarentena, sino mantener un seguimiento después de la pandemia, para segurarse de que no hay riesgo de que, pese a todas las medidas tomadas, la gente de esos grupos pueda enfermar o contagiar a otros grupos.

PRESCINDIR DE TOQUES DE QUEDA Y RESTRICCIÓN DE LA MOVILIDAD

Los toques de queda son innecesarios y atentan contra un derecho humano fundamental. No se trata de si la gente circule por las calles o no, sino qué hacen en la via pública. Hay gente que sale tarde de sus trabajos y que debe llevar a cabo tareas o visitas que no se puede hacer por el día o cuando es más temprano. Lo importante es impedir que haya aglomeraciones, grandes grupos de personas que hagan fiestas, que bailen en grupos, que se abracen abiertamente, sin mantener las distancias necesarias. Se trata de que las personas que salen a la calle por la noche cumplan con las mismas medidas que se dictan para la gente que está en la calle durante el día. El riesgo de contagio es, incluso, mucho menor en la noche que en el día, porque nunca va a circular tanta gente durante esas horas como durante el día. Además, es más fácil detectar el movimiento de personas durante la noche. Lo importante es patrullar las calles con suficiente personal dedicado a mantener el orden. Por otra parte, se puede recomendar que la ciudadanía reporte cualquier anomalía que ocurra en un determinado sector poblacional. Se puede establecer un turno de vigilancia comunitario, no para actuar sino para informar, sobre problemas de aglomeración, bullicio u otro tipo de situaciones que ocasionen molestias. Esto es algo que se puede establecer en forma permanente, con o sin pandemia. Así se podría evitar, en parte, muchos actos delictivos que atentan contra de la seguridad individual y colectiva.

Lo anterior también es válido para los viajes. Si se toman las medidas correctas, no es necesario impedir que la gente se traslade a grandes distancias. Lo importante es establecer los controles necesarios para impedir que personas enfermas circulen libremente y contagien a otras. Son grupos específicos (posibles portadores de virus) los que deben restringir su circulación, en forma voluntaria. De no hacerlo, las autoridades deben conminarlos a cumplir con las medidas sanitarias. De ser necesario, se pueden aplicar castigos a quienes mustren total desinterés por colaborar para avitar contagios.

CASTIGOS SEVEROS A PARTICIPANTES EN REUNIONES EN LAS QUE SE ARRIESGUE LA SALUD DE LOS PARTICIPANTES Y DE OTRA GENTE QUE SE ENCUENTRE EN LAS CERCANÍAS.

Este punto está muy relacionado con el anterior. Cuando se toman medidas sanitarias hay riesgo de que se confundan las restricciones con atentado contra la libertad. El derecho de circulación, de acuerdo al artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice lo siguiente: 

1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país. 

 De acuerdo a este artículo, todo ciudadano debe poder circular libremente, en todas partes. Pero se debe entender que hay límites estipulados en la Constitución y las leyes de cada país. En primer lugar, debemos considerar los requisitos necesarios para atravesar fronteras y para visitar o establecerse en un país que tiene leyes distintas al de origen. Cada ciudadano debe identificarse debidamente, por lo que debe poseer documentos que confirmen su identidad. Si cualquiera pudiera viajar por todas partes, sin identificarse al pasar por una frontera, por ejemplo, habría un verdadero caos. Cualquier delincuente podría evitar ser castigado por sus delitos y poder seguir comentiéndolos en otros lugares y países. Aún así, a pesar de rígidos controles, muchos delincuentes logran burlarlos. Con mayor razón podrían circular libremente todo tipo de personas que atentan contra los derechos humanos del resto de los ciudadanos. 

En caso de pandemias o, simplemente, epidemias, se justifica la toma de medidas que implique restringir la libre circulación. Son medidas necesarias para asegurar la salud de toda la población, que también está incluida en los derechos humanos. Además, son transitorias, no permanentes. Sin embargo, no se debe exagerar con esas medidas. Lo más importante es hacer las recomendaciones convenientes y establecer obligaciones necesarias para asegurar la salud de toda la población. 

El uso de la vía pública también debe ser garantizado. Pero eso no implica absoluta libertad para hacer lo que cada ciudadano o grupo de personas haga lo que desee, sin considerar los derechos de otros ciudadanos. En bien de lo público, de la comunidad, deben respetarse normas fundamentales que defienden el bienestar y la tranquilidad de quienes viven en cada una de las calles de la ciudad o pueblo, incluyendo plazas, parques y todo tipo de recinto público. Por eso es inaceptable que existan grupos de jóvenes que se dediquen a hacer fiestas y beber en forma excesiva, como ocurre en España, donde se organizan los llamados "botellones". Su libertad no debe limitar la libertad del resto de la población. En caso de no respetar los derechos del bien público, las autoridades deben utilizar todas las herramientas que tengan a mano, de acuerdo a las leyes y normas de cada ayuntamiento, departamento o provincia.

Cuando se desprecia las leyes y se atenta contra el bien común, se debe castigar a los responsables de los delitos. De haber reincidencia, se debe aumentar las penas de castigo. No se trata únicamente del riesgo de contagiar o ser contagiados. Se trata de permitir que la gente que trabaja y estudia pueda descansar por las noches, para recuperar fuerzas y llevar a cabo sus actividades laborales y de estudio. Todos los ciudadanos tienen derecho al descanso. 

Gracias por leer esta entrada. Recomiendo leer, también, las anteriores. Acepto todo tipo de comentarios y proposiciones para rectificar o mejorar estos escritos.

martes, 17 de agosto de 2021

CORONAVIRUS - NO BASTA CON LA VACUNA. TERCERA PARTE

CAMBIAR LA CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS Y PLANIFICAR NUEVOS HORARIOS.

Aquí también hay que hacer cambios fundamentales. Algunos de ellos se debieron hacerse antes, hace mucho tiempo, pero nadie pensó jamás que llegaríamos a una situación como la de la actual pandemia. Los arquitectos deben diseñar escuelas modernas y seguras, con aulas, talleres, bibliotecas y otras secciones con suficiente espacio y ventilación. 

Lo primero que se debe hacer es reducir la cantidad de alumnos en cada aula. Todas las salas de clases deben tener buena ventilación, que circule aire desde un patio o de la calle. Para ello se deben utilizar filtros especiales e idear, además, un sistema de calefacción o refrigeración en el que no sea necesario el aire acondicionado. Eso se puede lograr con canales de ventilación que hagan circular el aire desde y hacia el techo, pasando por túneles por debajo de la edificación, que enfríen o calienten el aire. El sistema se puede activar con energía solar o con energía eólica. Se puede conseguir buena refrigeración utilizando el aire que hay bajo tierra; es frío a pocos metros de profundidad y es caliente, a mayor profundidad. Ya existen estudios sobre esto y sólo hay que aplicar la tecnología necesaria. En algunos países, como en Suecia, ya se usan estos sistemas de refrigeración y calefacción. Veamos esto en informaciones que se dieron a conocer hace mucho tiempo (VER 1  -  VER 2  -  VER 3). Quien escribe este blog vive en una casa con calefacción que utiliza la geotermia, el calor de rocas y agua que están a más de 100 metros de profundidad (VER 1, en sueco  -  VER 2).

Las actuales escuelas y universidades se deben utilizar como son, pero deben garantizar buena ventilación y distancia de seguridad. Si no se pueden adaptar, a causa de los altos costos de renovación y del tiempo que se requiera para ello, por lo menos deben reducirse consideralmeente la cantidad de personas que interactúen físicamente en los espacios disponibles para los estudios y para los descansos. Tanto alumnos como profesores deben adaptarse a nuevas normas de convivencia dentro de los recintos educacionales. Todos deben asumir que esos cambios son necesarios y que deberían de haberse hecho hace mucho tiempo, sin esperar a que surgiera una nueva pandemia. Los científicos debieron prever que esto sucedería algún día, porque ya ha sucedido antes. Debemos defendernos contra todo tipo de gérmenes patógenos, no sólo del actual y de mayor expansión, en estos momentos.

Los horarios se deben adaptar para distintos grupos. Puesto que habrá menos alumnos en cada aula, es necesario dividir los grupos grande en grupos pequeños, para que todos tengan posibilidades de asistir. Además, se deberá incrementar las tareas que se deben hacer en casa, facilitando todo tipo de programas informáticos para que se utilice en forma adecuada la tecnología. 

Se debe hacer todo lo posible para que los alumnos no tengan que recorrer grandes distancias para ir a sus clases. Hay que incentivar a padres y alumnos para que se matricule a los niños en escuelas cercanas a sus viviendas. 

Continúa en la siguente entrada, cuarta parte.


jueves, 12 de agosto de 2021

CORONAVIRUS: NO BASTA CON LA VACUNA - SEGUNDA PARTE

Continuación de la entrada del 1 de agosto 2021.

SOBRE LOS AEROSOLES

¿Qué es un aerosol? 

Un aerosol se produce cuando un gas comprimido en un espacio muy cerrado es lanzado hacia el exterior. Los aerosoles son pequeñas partículas que hay momentáneamente  en el aire, a causa de fuerzas ejercidas sobre ellas. Un ejemplo son los desodorantes de spray y otros productos almacenados en tubos y que han sido introducidos allí a presión. Otros ejemplos son los aerosoles producidos por tormentas de arena, el choque de las olas del mar sobre las rocas, los gases de escape de automóviles u otros vehículos, las cenizas expulsadas por volcanes en erupción o el humo de incendios, fogatas o cuando se fuma. Cuando hablamos, tosemos o estornudamos, también se producen aerosoles, pero éstos no son expulsados muy lejos del cuerpo ni duran mucho tiempo en el aire. Cuando se estornuda o se tose, la velocidad y la distancia es mayor que cuando hablamos. En esos casos, los virus pueden ser transportados a más de dos metros. Si los aerosoles que expulsamos por la boca o nariz, se mezclan con otros aerosoles, como el humo, por ejemplo, la distancia a la que sin transportados los virus pueden llegar a distancias mucho mayores.

¿Cuál es la mejor forma de protegerse de los aerosoles?

Lo que ya se ha dicho hasta el cansancio: mantener suficiente distancia entre las personas que no conviven, que viven bajo un mismo techo. Al comienzo de la pandemia se recomendaba mínimo un metro de distancia. Después se ha recomendado dos metros, aunque hay entidades que recomiendan aún mayor distancia. Pero tenemos que tener en cuenta que la fuerza de gravedad atrae a todos los cuerpos hacia la tierra. Además, a medida que aumenta la distancia, las partículas se separan cada vez más. Por lo tanto, la peligrosidad de los virus que son transportados por las gotitas de agua, disminuye. Por otra parte, si los aerosoles se unen, como en el caso del humo del cigarrilo, aumenta más el riesgo, por lo que conviene alejarse más de una persona que fuma. También deberíamos considerar en qué dirección sopla el viento. Hay mayor riesgo del lado que viene el viento. 

Otros consejos:

No conviene usar escaleras mecánicas, porque mucha gente se detiene, se deja llevar por el mecanismo de la escalera, lo que la convierte en una especie de recinto cerrado, más aún si la escalera está bajo techo. Tampoco es conveniente usar los ascensores, porque allí se estacionan los aerosoles expelidos por otras personas. Conviene entrar cuando está vacío o si estamos seguros de que éste se ha detenido por un largo tiempo, antes de llegar a nuestro piso. Otro lugar de riesgo son las puertas giratorias, que también conviene evitar. Lo mismo que en los ascensores, los aerosoles se mantienen allí por más tiempo.

Si tomamos todas esas precausiones no hay motivo alguno para usar mascarilla. La mejor medida es mantener la distancia social.

DÓNDE HACER EJERCICIOS FÍSICOS

1. CORRER. Lo ideal es correr o trotar al aire libre. Pero conviene hacerlo en lugares donde se pueda mantener aún mayor distancia de cuando caminamos, sobre todo si otras personas también corren. Si no hay posbilidades de realizar esta actividad en forma segura, conviene hacerlo en casa, si disponemos de espacio suficiente. Podemos comprar equipos, como trampolines o aparatos de los que hay en los gimnasios. También se puede usar plataformas giratorias. Más, no todo el mundo tiene la posibilidad de comprar esos aparatos, que son muy caros. La solución es fabricar aparatos propios o usar una escalera corta, por ejemplo. En futuros vídeos mostraré algunas formas de fabricar algunas aparatos sencillos. Por ahora, puedo recomendar ver algunos vídeos que nos muestran cómo saltar o correr en un espacio muy reducido, en una habitación de nuestro hogar. VER AQUÍ.

2.- EJERCICIOS DE FUERZA. Por supuesto que lo ideal es hacer estos ejercicios en un gimnasio. Pero actualmente son lugares donde los riesgos aumentan más que en otros sitios cerrados, a menos que haya un escaso número de personas y que podamos desinfectar los aparatos antes de usarlos. Por eso, es conveniente hacer estos ejercicios en casa. Como en el caso anterior, recomiendo ver algún video como  ESTE.

LA RESPONSABILIDAD DE LOS GOBIERNOS

Lamentablemente, los gobiernos no están preparados para afrontar una pandemia. Están atados por las leyes de sus países y de su burocracia. Por sobre los gobiernos debería de existir una instancia internacional que se encarque de dictar normas sobre cómo enfrentar, no solo pandemias, sino epidemias o, simplemente, enfermedades graves que son ocasionadas por cualquier tipo de virus o bacterias. No basta con un organismo como la OMS. La nueva instancia debería estar compuesta por profesionales de la salud, elegidos por cada país que envíe representantes. Esos profesionales, además de estar suficientemente acreditados como médidos o científicos de prestigio, deberían tener muchos conocimientos en epidemiología y nutrición. No basta con que dominen sólo una parte de la medicina. Mientras más materias dominen, tanto mejor para desempenar su trabajo. Estos profesionales deben tener, además, conocimientos de economía, logística y comunicación social. La nueva organización sería una especie de ONU, pero con poderes suficientes para obligar a seguir las medidas, que previamente deben ser aprobadas por la mayoría de los representantes, en asambleas anuales o de emergencia, si es necesario. La actual OMS podría transformarse en esa institución, que podría cambiar su nombre, por ejemplo: Gobierno Internacional de la Salud, Ministerio Internacional de la Salud u otro que se adecúe a las nuevas funciones. También podría mantener el nombre actual, pero debería cambiar sus estatutos. Los profesionales nombrados para los cargos representativos deberían ser elegidos por los gobiernos, independientemente de sus ideas políticas. 

Los gobiernos, sin excepción, deberían seguir los consejos y recomendaciones del organismo internacional, al mismo tiempo de mejorar sus sistemas de sanidad, adaptándolos a las nuevas exigencias de cada época. Por supuesto que todos los sistemas sanitarios deberían estar sujetos a lo que dicte el organismo internacional. Una de las primeras medidas de los gobiernos del mundo sería priorizar la entrega de recursos económicos a los servicios sanitarios e impedir que la salud sea comercializada. La salud es un derecho, no una mercancía.

La constitución y las leyes de cada país deben reformarse, si es necesario, para que se apliquen las nuevas normas sobre el cuidado de la salud. La salud, tanto como la alimentación, la educación y la vivienda, son derechos que deben ser respetados, Las leyes no deben estar por encima de esos derechos.

LA RESPONSABILIDAD CIUDADANA E INDIVIDUAL

Muchas veces, la ciudadanía no recibe información suficiente. La información es distorsionada, además, por los medios de comunicación, que especulan y/o manipulan, dependiendo de intereses económicos, religiosos o políticos. A eso le debemos sumar lo que erróneamente se denomina "redes sociales", en las que -gracias al anonimato- se esconden, muchas veces, malas intenciones. Se recurre a la mentira y a la calumnia, por ejemplo. También se exageran datos, se utilizan fotografías y vídeos que corresponden a otros países u otras épocas, un recurso que se utiliza mucho cuando se quiere desestabilizar al gobierno de algunos países, por ejemplo. A veces se trata de gente irresponsable que sólo busca notoriedad,  divertirse a costa del dolor ajeno o sembrar el caos. Lamentablemente, hay  poco o casi ningún control de los canales de comunicación que circulan en Internet.

No obstante, cada persona debería usar el sentido común e informarse por lo canales más fiables. Si bien podemos estar en desacuerdo con ciertas medidas, hay cosas en las que todos deberíamos estar de acuerdo. No podemos negar lo que se ha comprobado. Estamos en medio de una pandemia desde comienzos del ano 2020 y todo apunta a que esta pandemia no culminará hasta que no se haya logrado la inmunidad de grupo, la cual sólo se podrá alcanzar cuando la gran mayoría de la población mundial esté vacunada. Sin embargo, aunque se vacune a toda la población, ya sabemos que los contagios van a continuar, quizás por varios decenios. Todo depende de cómo se seguirán los consejos y cómo se acatarán las medidas de seguridad. Si la gente no pone suficiente de su parte, jamás vamos a detener los contagios. Es más, además de las mutaciones del Covid-19, siempre está latente la amenaza de nuevos virus que pueden provocar nuevas pandemias. La aceleración del cambio climático puede contribuir a que aparezcan nuevas amenazas. Además de las sequías, los incendios forestales, las inundaciones y otras catástrofes -y, a raíz de las mismas- pueden rebrotar enfermedades que antes se habían extinguido.

La responsabilidad individual, es, por lo tanto, más que necesaria. No podemos culpar sólo a las administraciones. Todos tenemos la obligación de cooperar, de ayudarnos y de ayudar a los demás.

PLANIFICAR HORARIOS DE TRABAJO Y EVITAR VIAJES INNECESARIOS

Las medidas propuestas a continuación son sólo una idea de cómo resolver el problema de contagios en los lugares de trabajo y durante los viajes hacia o desde ellos. Si bien, aplicarlas implican sacrificios, tanto de los trabajadores como de los empleadores, esas alternativas beneficiarían a todos, a largo o corto plazo. A veces es conveniente perder ganancias, e incluso, sufrir pérdidas en el capital empleado, con tal de asegurar el funcionamiento de las empresas, la salud de sus trabajadores y mejor rendimiento en el futuro (con los consiguientes beneficios). 

1.- HORARIOS Y DISTRIBUCIÓN DEL TRABAJO. ALTERNAR TURNOS

Los horarios de trabajo actuales ya no son los adecuados. La gente comienza casi a la misma hora, en la mayoría de los lugares de trabajo. En las fábricas se comienza más temprano, entre las 06:00 y las 08:00 horas. El comercio y otras actividades empieza entre las 09:00 y las 11:00 horas. Esto varía de país a país. Pero en casi todas partes se sigue la mima rutina, lo que concentra a mucha gente viajando a las mismas horas, lo que provoca congestionamiento en el tráfico y la polución aumenta considerablemente durante esas horas. También se producen grandes aglomeraciones en las estaciones de trenes y terminales o paradas de autobuses. Ahora que ya sabemos mejor cómo evitar los contagios (no sólo del virus que está de más actualidad) se debería cambiar los horarios, manteniendo algunos y cambiando radicalmente otros. En primer lugar, se debería reducir la jornada de trabajo a máximo cincos horas. En todos los sitios de trabajo debería disminuir la cantidad de operarios o empleados a la mitad. Para evitar pérdidas muy grandes a las empresas, se puede ampliar el tiempo de funcionamiento de la fábrica u oficina, alternando mínimo dos turnos de trabajo. El primer grupo pueden empezar a las seis de la manana y terminar a las 11, por ejemplo. Por consiguiente el segundo grupo podría trabajar entre las once de la manana y las cinco de la tarde. De ser necesario, la fuerza laboral se puede dividir en tres grupos, algo que ya se hace en muchas fábricas, donde no se puede detener algunas fuentes de energía, motores u otros equipos.

Medidas adicionales: 

  • La gente que comienza su trabajo en las fábricas u oficinas debería entrar por un pasillo separado del que usa la gente que termina de trabajar.
  • Si un operario muestra algún signo de enfermedad respiratoria, debe ser separado de sus funciones inmediatamente, hasta que se demuestre que está sano.
  • En cada lugar de trabajo se debe garantizar la distancia de seguridad entre los trabajadores. De no ser eso posible, se debe recomendar el uso de mascarillas.

2.- PLANIFICACIÓN: LUGARES DE TRABAJO MÁS CERCA

Lo anterior no es suficiente. Se debe procurar que los trabajadores no vivan muy lejos de sus lugares de trabajo. Los ministerios de trabajo y sus respectivas secretarías o subministerios, deberían planificar la ubicación de los trabajadores cerca de las fábricas u oficinas. Se debería favorecer y apoyar todas las iniciativas que puedan hacer esto posible. Ejemplos:

  • De ser posible, cambiar de lugar de trabajo, algo en lo que deben participar activamente las autoridades pertinentes, para apoyar a quienes estén dispuestos a hacerlo, incluso aunque eso implique cambiar de profesión o especialidad.
  • Facilitar acceso a viviendas cercanas a los lugares de trabajo. Se puede habilitar algún tipo de vivienda sencilla y provisora, para pecnoctar los días de semana, por ejemplo. Así no es necesario cambiar el lugar de trabajo.
  • Todo esto puede ser muy difícil de aplicar al comienzo, pero con el tiempo puede resultar menos complicado, sólo hay que tener deseos de colaborar, para mitigar o impedir las consecuencias de los posibles contagios. El virus Covid-19 ha venido para quedarse. Otros virus que nos amenazan desde hace mucho tiempo, también están (algunas pueden estar) al acecho, como las mutaciones de la "gripe española" de 1918 (VER).

RESULTADOS, SI SE APLICAREN ESTAS MEDIDAS

No sólo serían beneficiados los trabajadores y sus empleadores. A mayor salud, tanto física como mental, mayor rendimiento y seguridad. La sociedad entera y el ambiente serían beneficiados, también. Además, las medidas no serían obligatorias sino optativas. No obstante, para garantizar que las recomendaciones fueran aceptadas, se debería dar incentivos especiales a los trabajadores y compensaciones a los empleadores que las lleven a cabo.

Continúa en la tercera parte.