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viernes, 5 de julio de 2024

¿NO ES GENOCIDIO? ¿NO SON ASESINATOS? ¿QUÉ ES LO QUE OCURRE EN PALESTINA?

Es fácil engañar a todo el mundo, sobre todo si se cuenta con la mayor maquinaria publicitaria y el mayor apoyo económico y militar del país más rico del planeta. La verdad, sin embargo, no se puede esconder completamente. Incluso los medios afines a Estados Unidos y la Unión Europea deben mostrar parte de lo que pasa diariamente en Gaza. Y es que es imposible ocultar todas las muertes, la destrucción de viviendas y edificios públicos (incluyendo todos los hospitales y escuelas) y las interminables caravanas de gazatíes huyendo de un lado a otro sin encontrar un solo sitio en el que no puedan ser  alcanzados por las bombas de fabricación estadounidense que lanzan la aviación y la artillería israelí. Aunque no importa si la gente intenta moverse o se queda quieta en algún sitio, las bombas los alcanzan, estén donde estén.
A pesar de la censura de las autoridades israelís, se filtran vídeos y fotografías que muestran el horror que viven los habitantes de una tierra en la que han vivido sus antepasados durante milenios. Los cuerpos destrozados de civiles, entre los que se cuentan en gran parte niños, los cuerpos esqueléticos de los que han logrado sobrevivir, pero que morirán de hambre o por enfermedades, los enormes charcos de sangre mezclados con barro y restos de los que un día fueron viviendas, los escudos humanos (como hombres heridos sobre el capó de vehículos militares), las bombas cayendo sobre cientos de personas para matar a un posible "terrorista", el polvo mezclado con humo cubriendo una y otra vez los espacios ya bombardeados, allí donde antes había calles, plazas, escuelas, hospitales de gente que lo único que quería era vivir dignamente, como se vive en el resto del mundo, sin ser pisoteados por invasores que antes masacraron a millones de sus antepasados. 
Todo eso no se puede ocultar más y trasciende a otros países y continentes. No podemos oler lo que los sometidos huelen, no podemos oír los gemidos, gritos ni ruegos. Eso solo lo pueden experimentar quienes están en ese lugar. Si pudiéramos nosotros percibir con nuestros sentidos esos olores y oir el llanto de madres desesperadas, si pudiéramos ver con nuestros ojos las consecuencias de los ataques asesinos, tal vez entenderíamos mejor lo que está pasando, lo que algún día también nos puede pasar a nosotros, indiferentemente de donde estemos, porque en el convulso mundo que actualmente vivimos, nos puede sorprender, tarde o temprano una guerra global.
Nuestros parques verdes y floreados, nuestras galerías comerciales llenas de tiendas con todo tipo de productos que satisfacen nuestras necesidades o nuestros deseos y nuestros vicios (en una vorágine insaciable de consumo) se pueden trasformar algún día en ese mismo polvo mezclado de sangre, aceite y restos de todos tipo cuando nos caigan los misiles y nos persigan drones dirigidos por inteligencia artificial, sin dejar hueco alguno en el que escondernos. Entonces entenderemos que debimos hacer algo para detener al sionismo asesino (que no es lo mismo que judíos o israelís). Qué podemos hacer? No mucho, porque no tenemos más que nuestra voz. Las decisiones las toman quienes tienen el poder económico y militar, con sus títeres sedientos de más poder que ya ni siquiera pueden expresarse en un debate político, porque ni apenas saben lo que piensan, como es el caso del actual presidente estadounidense. Y porque frente a ese títere hay otro que lo puede reemplezar, aún más sediento de poder para ocasionar el mayor daño posible contra los palestinos y contra muchos otros pueblos del planeta.  Y los hay más, en toda Europa y gran parte de los otros países del mundo, seres inhumanos que solo piensan en el dinero y la concentración del mismo en las clases sociales que están por sobre las demás. 

Si bien es cierto hay gente inteligente y sensible que, a pesar del bombardeo constante de las campañas publicitarias que intentan esconder la verdad, reaccionan frente a la barbarie, eso no basta. Ejemplo de esto son los estudiantes de universidades norteamericanas, entre los cuales hay ciudadanos de origen judío. Su ejemplo fue secundado por cada vez más estudiantes de muchas ciudades europeas  y de muchos otros países. Es gente joven, con mentes abiertas, que flotan como aisladas balsas en un gran océano de mentiras. 

Por ahora es solo una llama que se enciende, pero que se puede transformar en una enorme hoguera, que alumbre el camino al resto de la población mundial. Eso sí, si logran superar los obstáculos, las represiones policiales, las amenazas de expulsión y hasta condenas de cárcel por lo que las autoridades consideran actos terroristas. Los políticos de derechas, como los dirigentes del Partido Popular de España, dicen que las protestas son apoyo a Hamás, una organización terrorista. Pero nadie se atreve a decir que el ejércidio israelí también es terrorista. Menos aún se atreven a decir que el Estado de Israel es un estado ilegal, que se fundó en tierras palestinas, impidiendo que, al menos, se fundaran dos estados vecinos, cuyos ciudadanos pudieran convivir en paz, en colaboración recíproca.

Cualquier acto de simpatía con el pueblo palestino, en protesta contra el asesinato de  miles de ciudadanos inocentes, es tildado como apoyo al terrorismo. ¿Y no es terrorismo lanzar bombas indiscriminadamente, destruyendo todo y matando a todo ser viviente? Sin contar con los cientos de miles de ciudadanos que son privados de sus viviendas (que son destruidas) que no tienen acceso a comida, medicinas ni agua potable, que son aniquilados en forma cruel, matándolos de hambre o a causa de enfermedades que es imposible curar. Nadie hace mención a las consecuencias que conllevará la masacre que se perpetra en tierras palestinas.

Israel se hace con el control de todo el territorio de la Franja de Gaza y Cisjordania, sin que nadie se lo pueda impedir. Cuando logren eliminar cualquier vestigio de resistencia continuarán destruyendo también a cualquier otro territorio donde haya refugiados palestinos. Todo eso con el apoyo de Estados Unidos, el sostén fundamental de Israel. 
Hay algunos gobiernos (muy pocos) que se atreven a denunciar a Israel por el genocidio que está cometiendo, pero no es suficiente. Además, por mucho que se acuse, se denuncie o se dictamine, no hay absolutamente nada práctico que se pueda hacer. Israel desconoce cualquier decisión de tribunales o de organismos de la comunidad internacional, contando siempre, inexorablemente, con la ayuda de Estados Unidos. El gobierno del estado sionista ha desconocido todas las resoluciones de las Naciones Unidas y cualquier dictamen de tribunales internacionales que les instan a respetar los derechos de los palestinos.
El cinismo del gobierno norteamericano, indiferentemente de si es demócrata o republicano, es mayúsculo. El actual Gobierno de Biden reconoce ahora que los palestinos también tienen derecho a un estado, que conviva al lado el estado israelí y ha simulado no estar de acuerdo con el gobierno israelí sobre su obstinación de no parar los bombardeos diarios contra el pueblo palestino, pero lo sigue ayudando y defendiendo frente a cualquier crítica que venga de otros países. Esto tiene una explicación muy clara: cualquier gobierno que pertenezca a un partido político (republicano o demócrata) recibe donaciones de comunidades sionistas, que son las que dirigen la economía mundial, desde occidente. 
Lo mismo ocurre con el cinismo de los países europeos, que también están sustentados en gran parte por la economía sionista. En muchos artículos anteriores de este blog se ha hecho enlaces a artículos sobre historia y el origen del problema palestino-israelí, además de análisis propios. A continuación se transcribe un artículo de una página turca, donde se cita parte de una entrevista realizada al historiador palestino-estadounidense, Ussama Makdise. Es la opinión de una persona, pero es muy valiosa, por mucho que le falten aún más datos basados en hechos reales. Es un grano de arena, pero es algo. Enlace a la página AQUÍ.
Transcripción:
El sionismo inflingido a Palestina es una extensión del imperialismo occidental en Tierra Santa, según el destacado historiador palestino-estadounidense, Ussama Makdisi.

En una entrevista exclusiva con la Agencia Anadolu, Makdisi, profesor de historia de la Universidad de California Berkeley, indica que es esencial darse cuenta de que el conflicto palestino-israelí se remonta a la Declaración Balfour de 1917, no al 7 de octubre de 2023.

"Así, en noviembre de 1917, Lord Arthur Balfour, un europeo que era entonces secretario de Asuntos Exteriores británico, prometió a otro europeo, Lord Rothschild, que el Imperio Británico apoyaría un hogar nacional judío en Palestina, al ignorar el hecho de que la abrumadora mayoría en el tierra eran palestinos", dijo.
Subraya que la declaración, que reconocía los derechos civiles y religiosos pero no políticos de los palestinos, fue el comienzo del sionismo colonial.

"Y el mandato británico atrozmente prosionista, en sus estructuras administrativas y políticas, trasplantó el sionismo de origen europeo a Palestina", relató Makdisi.
El experto señala que el sionismo surgió en Europa, no entre las comunidades judías del Imperio Otomano o del Oriente Medio o del mundo musulmán en general.

"Es decir, el sionismo respondió a las cuestiones europeas. Respondió al antisemitismo europeo, al racismo europeo, al nacionalismo europeo y al romanticismo europeo. Los líderes sionistas también propusieron una solución esencialmente europea: colonizar la tierra de otra persona y transformarla en un Estado judío al estilo europeo", continuó.
Makdisi enfatiza que "los propios sionistas lo reconocieron como un proyecto colonial y buscaron el apoyo de la mayor potencia imperial de la época, el Imperio Británico".
Al comentar sobre el apoyo occidental al sionismo y el actual apoyo occidental a Israel, el experto llama nuevamente la atención sobre el papel del antisemitismo en Europa.

"En primer lugar, las persecuciones antisemitas en algunos países europeos y los pogromos en Rusia generaron simpatía hacia el sionismo a finales del siglo XIX", expresó Makdisi.

"Y en segundo lugar, estaba la paradoja del antisemitismo europeo que fomentaba un aspecto del sionismo colonial: trasladar a la población judía de Europa a Palestina parecía resolver lo que se conocía como la Cuestión Judía", agregó.

Al citar un ejemplo concreto, Makdisi añade que el secretario de Estado británico para la India, Edwin Montagu, que era judío, se opuso a la Declaración Balfour, que calificó de antisemita, ya que sugería que los judíos pertenecen a Palestina, no a Europa.
Sionismo, cristianismo occidental y liberalismo

Cuando se le preguntó sobre la percepción de que los protestantes evangélicos han sido particularmente firmes partidarios del sionismo y de Israel, Makdisi señaló: "No son sólo los cristianos religiosos sino también los liberales occidentales los que han sido los más firmes partidarios de Israel".

"Aunque el primer grupo de misioneros protestantes en Tierra Santa a principios del siglo XIX quería convertir a judíos, musulmanes y cristianos, sus puntos de vista se volvieron más matizados como resultado de sus experiencias en el campo", resaltó.

Sin embargo, los liberales seculares y sus Estados liberales han estado desempeñando un papel crucial en apoyo al sionismo y a Israel, indica.
Makdisi enfatiza que los palestinos, independientemente de su religión y tendencias ideológicas, han estado unidos en la lucha por una Palestina libre desde el principio, y la represión por parte de Israel sólo condujo a una solidaridad creciente entre los palestinos cristianos y musulmanes, ya sea que se encuentren en Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este o en la diáspora.

Sin embargo, Israel y sus partidarios distorsionan deliberadamente la realidad y presentan la lucha palestina como una campaña terrorista de extremistas islamistas, destaca.
Apoyo transnacional a la lucha palestina

Al comparar la lucha palestina de la década de 1960 con la de 1980, liderada por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Yasser Arafat, Makdisi dice que el apoyo a Palestina es ahora aún más amplio y popular, no sólo en el Sur Global como antes, sino también en Occidente.

"A pesar de la enorme y sistemática censura, intimidación y represión, hay una importante movilización juvenil en Occidente, como se ha visto en las manifestaciones en varias ciudades y campus universitarios europeos y estadounidenses", resaltó.
Biden e Israel

Makdisi afirma que el presidente estadounidense, Joe Biden, que atrajo la mayoría de los votos árabes y musulmanes en las elecciones de 2020, es más proisraelí que incluso el expresidente conservador y de derecha Ronald Reagan.

"Es sorprendente ver cuán cruel ha sido con los palestinos, cuán sordo con los estadounidenses que han simpatizado con los palestinos y cuán insensible con los palestinos que tienen familiares en Gaza o con los estadounidenses que sólo quieren la paz. Está totalmente desconectado de su base electoral, de los jóvenes”, dijo.

En este contexto, Biden podría tener consecuencias en lo que respecta a su candidatura a la reelección, advierte.
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
Recomiendo la lectura de anteriores entradas de este blog sobre la situación de Palestina. Si no conocemos el origen del conflicto, es imposible entender lo que sucede actualmente.