BLOG DE NÉSTOR CHÁVEZ SOTO, EN BUSCA DE LA VERDAD.: LA MUERTE INVADE NORUEGA

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domingo, 24 de julio de 2011

LA MUERTE INVADE NORUEGA

Cuando me enteré de la primera noticia, del primer atentado en Noruega, pensé en varias posibilidades. Una de ellas era que tal vez Gaddafi había cumplido su amenaza de atacar intereses de los países de la OTAN, como represalia por los bombardeos de Trípoli y otras zonas de Libia. Es una amenaza que ha repetido en varias oportunidades, aunque las posibilidades reales de que eso suceda son muy remotas.

Si así hubiera sido, se podría haber entendido la acción. Había un motivo, no aceptable pero sí comprensible. Los ataques de la OTAN, totalmente injustificados, han ocasionado muchos muertos en Libia, además de haber destruido la mayor parte de su infraestructura económica. El único país norteafricano que estaba logrando éxito, utilizando altas tecnologías y una gran firmeza económica que permitiría a su pueblo salir del subdesarrollo está retrocediendo en todo su avance económico y social debido a los ataques aéreos de la OTAN. El país está quedano en ruinas.

Pero el atentado terrorista fue obra de un fanático de extrema derecha, un hombre impregnado de odio y de ignorancia, un asesino despreciable e indigno de ser catalogado como ser humano, que interrumpió la vida a muchachos jóvenes idealistas, que luchaban a su modo, por mejorar la situación política y económica de su país.

No importa a qué partido político pertenecían. Lo importante es que tenían derecho a vivir y tenían derecho a defender sus ideas. Tenían derecho a enfrentarse en el terreno ideológico, lo que es rechazado por la gente que prefiere mantenerse en la ignorancia y en el fanatismo religioso o político, como es el caso del autor de los atentados.

Los países escandinavos se caracterizan porque raramente ocurren atentados, lo que había otorgado una especie de enorme tranquilidad a sus habitantes. Pero este lamentable hecho, ocasionado por un asesino desquiciado, nos demuestra que en ningún país podemos estar seguros.

NADA JUSTIFICA UN ASESINATO, MENOS AÚN SI LAS VÍCTIMAS SON PERSONAS INOCENTES. Por lo tanto, el castigo para este asesino debe ser ejemplar. Merece cadena perpetua en todo el sentido de la palabra y un aislamiento completo sin que tenga posibilidades de expandir sus ideas. Hay que evitar que este sujeto indeseable se vaya a transformar en un héroe para los neonazis y otros grupos de extrema derecha y menos aún en un ejemplo para jóvenes despistados que no han entendido que los males que aquejan a la Humanidad son producto del capitalismo, no de quienes desean transformar el sistema capitalista en un sistema más justo. Tampoco son culpables los ciudadanos de países del llamado Tercer Mundo, que han sido oprimidos durante siglos por los países europeos y Norteamérica. Las soluciones no van por el camino de crueles atentados.

Primero hay que saber bien cuáles son las causas de los problemas económicos que aquejan a los países europeos, en lugar de acusar a determinados gobernantes o grupos étnicos o de otra índole. Luego hay que buscar los caminos más adecuados para intentar influir en la sociedad para hacer los cambios necesarios. Pero de eso no lo entienden los criminales de tendencias ultraderechistas.