El cinismo de los dueños de comunicación ha alcanzado su punto extremo con las acusaciones contra el magnate de la comunicación y otras grandes empresas, Rupert Murdoch. Sabido es que los medios de comunicación privados trabajan para sus amos, los grandes empresarios y políticos de los partidos de derechas. Los dueños suelen ser socios o amigos de confianza de quienes tienen el poder político y económico en todos los países occidentales, además de algunos países asiáticos.
Pero el caso de Murdoch es uno de los más descarados negocios con la información, violando la integridad de las personas, incluyendo a políticos, profesionales y víctimas de secuestros, asesinatos y todo tipo de delitos.
Pero el octogenario magnate se escuda en la confianza que depositaba en sus subordinados, a los que responsabiliza de los delitos de los que se le acusa, a pesar de haber tenido siempre control total en el manejo de sus empresas y los métodos para obtener ganancias, explotando información muy delicada e íntima.
Al delincuente Murdoch no se le escapaba nadie y no me extrañaría que tenía (y tal vez aún tiene) el poder de extorsionar a muchos políticos gracias a información obtenida con métodos ilegales.
Lo que sorprende al mundo es que Rupert Murdoch era íntimo amigo de los líderes más reaccionarios de los partidos de derechas europeos, como es el caso de David Cameron y José María Aznar, aunque no debería ser una sorpresa puesto que son todos representantes de los más selecto de la alta burguesía y comparten la misma ideología conservadora o fascista.
Será interesante ver hasta dónde llegan las investigaciones y si realmente se logrará castigar a este delincuente y a sus amigos de confianza, además de sus subordinados o policías comprados por el magnate.
El espionaje y la corrupción son las herramientas más importantes de estos "salvadores de la democracia".
ENLACES:
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
No hay comentarios:
Publicar un comentario