Alto al fuego en Gaza, después de más de 46 000 palestinos muertos, algunos de ellos solo unas pocas horas antes de iniciarse el armisticio. Curiosamente ya nadie usa esta palabra, tal vez porque ya dejó de tener sentido.
Es el segundo en tres años. Es algo transitorio, todos lo saben, aunque de uno u otro lado se lo considere "victoria". Se celebra, somo si fuese algo grandioso. Sin embargo no es algo que vaya a durar mucho tiempo. Es un alto al fuego que se puede romper en cualquier momento. No es, en absoluto, algo definitivo.
Muchos se llenan de gloria con este armisticio. Se hacen hermosas declaraciones, sin que alguna de ellas sea sincera, porque la guerra continuará, tarde o temprano. Los cañones solo se callan para volver a ser llenados de municiones, para afinar mejor la puntería y destruir en el futuro lo que no se ha alcanzado a destruir hasta hoy.
Las celebraciones se dan, también, en América Latina. Por fin Cuba es sacada de una lista de países patrocinadores del terrorismo. Pero el pequeño país jamás ha patrocinado el terrorismo. Al contrario, desde muchos decenios ha sido víctima del terrorismo. Sin embargo, no se termina con el bloqueo económico criminal que desde muchas décadas se aplica desde Estados Unidos, un bloqueo que se intensifica cada cierto tiempo, con el objetivo de destruir a Cuba, sumirlo en la miseria, para obligar a su pueblo a rebelarse contra su gobierno. Porque se trata precisamente de eso, de destruir la economía, causar hambre y enfermedades, hasta que el pueblo no encuentre una salida y culpe al sistema de gobierno. Por lo menos esa es la esperanza de ricos millonarios que quieren volver a apoderarse de un país que se rebeló contra las injusticias y fue un ejemplo para futuras generaciones.
Por supuesto el armisticio en Palestina y el sacar a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo es un alivio para esos dos países, pero no es, en absoluto, suficiente. Son pinceladas, tanto en Palestina como en Cuba. Son pequeños retoques para que el mundo se olvide de lo más importante. No basta con un alto al fuego en Palestina. Hay que terminar con la guerra, hay que terminar con el genicidio. No basta con sacar a Cuba de una lista absurda en la que nunca debió estar. Hay que terminar con el bloqueo económico y darle a Cuba y a todos los países del mundo el derecho a forjar su propio destino.
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