El último día de 2022, murió un hombre, como murieron otras 137 000 personas en el planeta, entre hombres y mujeres. Cada día muere aproximadamente esa cantidad de gente. Muchas de esas personas hicieron cosas muy útiles durante su vida, pero muy pocas de ellas son recordadas en los medios de comunicación. Sin embargo, su nombre salió en todos los medios, máxime si la noticia de su muerte ya había sido anunciada tres de días antes, no directamente, pero la importancia por pedir al mundo católico que se rezara por él debido a su delicado estado de salud, indicaba algo en esa dirección. Se trata del papa emérito Benedicto XVI. La petición la había hecho el actual Papa Francisco. Había que pedir a Dios por su salud o por la cercanía de su muerte. El mundo entero está convulsionado por el deceso de una persona tan importante. Y se hablará durante mucho tiempo de absolutamente todo lo que pasa en las cercanías a la capilla ardiente, durante y después de su funeral. Se escribirá mucho sobre las diferencias entre el funeral de un ex papa y un papa gobernante y de un sinfín de historias y anécdotas de un gran hombre, que dirigió a millones de fieles. No se descuidará ni el más mínimo detalle, salvo algunas cosas que pueden ser negativas para su reputación.
¿Por qué era papa emérito? Porque era un ex papa, al haber renunciado voluntariamente al trono de Sumo Pontífice el 11 de febrero de 2013. Según los publicistas católicos, el Papa Benedicto había sido valiente, al renunciar. Sin embargo, la verdad es que renunció porque, al parecer, no podía hacer otra cosa. Durante su último tiempo de reinado había sido acorralado por acusaciones de encubrir a sacerdotes pederastas, cuando había sido cardenal en Múnich. Quien más tarde fuera Jefe de la Iglesia y del Estado Vaticano habría encubierto, por lo menos, a cuatro sacerdotes. Todos ellos recibieron el "castigo" de ser trasladados de diócesis. Uno de ellos era Peter H, un capellán que, después del traslado, continuó abusando de menores en su nuevo lugar de trabajo (ese sacerdote fue condenado en 1986 a 18 meses de cárcel, por sus delitos de pederastia). Si bien es cierto, fue el primer papa que reconoció y reprobó la pederastia, no pudo borrar la sombra que lo perseguía desde su tiempo como Arzobispo y el encubrimiento de sacerdotes abusadores de niños.
El nombre real del papa emérito era Joseph Ratzinger. Fue soldado del ejército hitleriano durante dos años, aunque poco antes del término de la Segunda Guerra Mundial desertó y luego fue detenido por las fuerzas aliadas. Fue liberado en junio de 1945.
Después dedicó toda su vida a estudiar Filosofía y Teología, llegando a ser un erudito en esas materias. Ha escrito varios libros, en los que defiende a lo más conservador de la Iglesia Católica, contrario a los cambios, siendo un crítico tenaz de la Teología de la Liberación, defendida por sacerdotes que intentaban acercar la enseñanza cristiana a la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos.
Pese a las negativas sombras de su pasado, es muy probable que lo beatifiquen y lo nombren santo, tarde o temprano. Es el premio a la abnegación, a la defensa de los dogmas, que no necesitan ser demostrados científicamente. Para él y para la mayoría de los católicos, el mundo se hizo en seis días y no fue el resultado de una evolución de millones de años. Tal vez no será enterrado con todos los honores de un gobernante, pero sí algo muy similar.
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