LA VERDAD, SIEMPRE LA VERDAD.

Bienvenidos a leer mi blog. Espero que su lectura les sea útil. La finalidad del mismo es entregar información veraz, analizar articulos de medios tradicionales de comunicación y hacer un aporte positivo, en forma respetuosa. Apoyo la libertad de expresión, pero no el libertinaje, basado en la mentira, la manipulación y el engaño. Apoyo la defensa del ecosistema, amenazado por la explotación irresponsable de los recursos del planeta por parte de empresas a las que sólo les interesa acumular riquezas, en desmedro del bienestar de la Humanidad.

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viernes, 3 de diciembre de 2021

PANDEMIA Y SENTIDO COMÚN

La Humanidad se ha visto afectada, en muchas ocasiones, por grandes epidemias y pandemias.  Casi nunca ha habido épocas libres de epidemias. A veces éstas afectan a un territorio o país, otras veces han sido afectados territorios más grandes e, incluso, todos los continentes. Algunas epidemias son ocasionadas por virus, otras por bacterias. Hay zonas en que las enfermedades son endémicas, se mantienen en el mismo sitio durante muchos años y a veces por siempre. Esto ocurre más frecuentemente en los países tropicales, a causa de la proliferación de mosquitos u otros insectos o roedores. 

Por otra parte, siempre ha habido guerras, por distintos motivos. Las principales causas fueron etnológicas, religiosas o económicas. Las guerras parecen perennes en algunos lugares, como es el caso del Oriente Próximo. A veces son de corta duración o sólo de algunos años, aunque vuelven a renacer periódicamente. Ha habido guerras civiles o entre países. Incluso ha habido dos guerras mundiales. Los imperios de todas las épocas han sometido a otros pueblos, mediante la violencia u otras medidas con las que consiguen apoderarse de ellos y dominarlos. Para que esa dominación sea efectiva y duradera, se recurre a las guerras o sanciones económicas que destruyen la economía de las naciones afectadas.

Muchas civilizaciones sucumbieron ante la aparición de otras nuevas. Tribus, ciudades o países lucharon entre ellos y fueron siempre los vencedores los que impusieron sus culturas. Pero también hubo hambrunas y catástrofes naturales, que frenaron el aumento de la población y el avance científico y tecnológico. 

A lo anteriormente mencionado, tenemos la influencia de la actividad económica humana, principalmente de grandes empresas, que está destruyendo el equilibrio ecológico de todo el planeta. Uno de los ejemplos es el aceleramiento del cambio climático, que nos hará entrar, antes de tiempo, en una nueva era glacial, el resultado posterior a un calentamiento global que hará muy difícil la existencia de vida en el planeta, por lo menos de organismos pluricelulares, fundamentalmente de los mamíferos.

Todo lo indicado hasta aquí (en esta entrada) indica verdades irrefutables. No son producto de la imaginación ni tener su origen en una determinada ideología política. Son hechos demostrados por restos arqueológicos, escritos antiguos o testimonios de supervivientes. Ahora, si entramos al campo de la especulación, podemos emitir distintas hipótesis o teorías que puedan dar respuestas a muchas interrogantes sobre lo que ha pasado y sobre lo que puede pasar en el futuro. Una de esas especulaciones podría confirmar vaticinios de escritores como el economista Thomas Malthus, que afirmó que el principal problema de la sociedad humana era el exceso de población, lo que tenía que ser contrarrestado por la muerte de gran parte de la población. Para él, la miseria era una ley natural, que permitía limitar el aumento demográfico.

Si pensamos en forma pesimista podemos llegar a creer lo que dicen algunos escritos religiosos, que se basan en la supuesta incapacidad del ser humano de poder mantener conductas adecuadas. De acuerdo a esto es necesario el castigo de un ser supremo, que nos envía "pruebas" para que nos redimamos mediante el sometimiento a una determinada religión. 

Sin embargo, lo que necesitamos es, simplemente, tener buen sentido común. Necesitamos buenos líderes políticos, que sepan elegir a los mejores expertos en cada rama del saber y de la ciencia, además de ser capaces de consultar a la gente común. No basta con la opinión de expertos o científicos, aunque tampoco se los puede dejar a un lado, por supuesto. También necesitamos que la gente se exprese y proponga soluciones. El pueblo no debe ser considerado como un rebaño de ovejas al que se pueda guiar sin darle la posibilidad de opinar. Además, no basta con dejar que opine. También se le debe otorgar el derecho de decidir. Indudablemente que hay muchas diferencias entre la gente. Los empleadores difícilmente van a estar de acuerdo con las propuestas de trabajadores. Cada grupo social va a querer hacer prevalecer sus derechos frente a los de otros grupos. Pero se debe buscar la forma de llegar a un consenso.

En el caso de las enfermedades virales, como se dijo en la anterior entrada, sabemos desde hace mucho tiempo, que tienen una enorme posibilidad de mutar. Las mutaciones son para mejorar su eficacia y poder contagiar a la mayor cantidad posible de huéspedes. Y aquí está la gran equivoción de la gente. Los virus quieren replicarse, seguir existiendo. Para ello necesitan un hogar y nosotros somos ese hogar. Si los virus pensaran, no querrían matar al huésped, porque lo necesitan. Naturalmente, no piensan, pero actúan como si lo hicieran. Nosotros también vamos cambiando, nos vamos perfeccionando como seres humanos. Lo hemos hecho siempre, desde tiempos muy remotos. En realidad, desde el comienzo de la existencia de nuestros antepasados, que pudieron ser asociaciones de bacterias que fueron dando (a través de millones de años) forma a formas de vida más avanzadas. Tenemos que recordar que en nuestros organismos albergamos billones de bacterias y virus. Son parte de nuestras células. El problema surge cuando hay un desequilibrio en el metabolismo, tanto de nuestro organismo como dentro de los microorganismos o en la interacción entre distintos seres. Por eso tenemos que cuidarnos, para poder estabilizar el equilibrio normal. Lo más importante de todo es no perder la razón, mantener la calma y buscar las mejores formas de protegernos. 

Ampliación de esta entrada, 4 de diciembre, 2021.

El miedo a la nueva variante ómicron se ha apoderado de la mayoría de la gente, aunque esto se debe a la rapidez con las que se transmiten las noticias. Los medios de comunicación envían la información de forma inmediata a todo el mundo y la forma en que se dan las noticias contribuye a fomentar ese miedo. Como siempre, los medios de comunicación tienen gran influencia sobre la población, incluso de los políticos de muchos países. 

En un país determinado se descubre la nueva variante, pero eso no significa en absoluto, que se haya originado allí. Pudo aparecer, por primera vez, en otro país, pero nadie se percató de ello. Es posible que dentro de algún tiempo se llegue a la conclusión de que esa variante tuvo origen en otro lugar del planeta. Pero eso no lo resaltan los medios, ni siquiera que se sabía que había casos similares en otros países, antes de que se descubriera en Sudáfrica. 

La forma en que se ha informado de la pandemia, en general, ha sido muy difusa y contradictoria. A veces se ha dado amplia cobertura a detalles, en lugar de dar más importancia a lo más medular de una información científica o boletines de entidades sanitarias, como la OMS.  Una recomendación se ha traducido como obligatoriedad o lo que se consideraba necesario y local se lo traducía como indispensable y general. Un ejemplo es el uso de las mascarillas, que siempre fue solo una recomendación y sólo en lugares cerrados o cuando es imposible (léase bien, imposible) mantener la distancia de seguridad. Muchas veces se ha querido demostrar "científicamente" que el uso de los confinamientos y cierres de aeropuertos (y después las mascarillas) había evitado mayor cantidad de contagios y muertes en muchos países. Pero eso es imposible demostrar. Además, los países en donde se aplicaron mayores restricciones, la pandemia se expandió con mayor fuerza. Por supuesto que hubo excepciones. En China se la detuvo casi completamente y después de haber llegado a 4 000 muertos, la cifra no aumentó mucho, apenas se produjeron unas 400 muertes, hasta ahora, desde marzo de 2020. En Venezuela se llegó a la cifra de 5 177 fallecidos. La mayor parte de los contagios, en ese país, se produjeron a causa de los viajeros llegados de Colombia (129 000), Brasil (615 000) y Ecuador (33 250). En Cuba se llegó a la cifra de 8 306 muertos. Hay que tener presente que, tanto Venezuela como Cuba han sido bloqueados económicamente y se les ha impedido adquirir los recursos necesarios para disponer de medicinas y alimentos. A pesar de eso, han logrado mejores resultados que muchos otros países del mundo.

En Alemania, los contagios no fueron muchos, al comienzo. Era uno de los países con mejores resultados. Sin embargo, desde que se adoptaron restricciones extremas, la pandemia aumentó considerablemente. Actualmente se ha llegado a la cifra de 103 000 muertos. En España, la cifra es de 88 200.

Mis amigos lectores pueden ver esos datos en varias páginas web como de la BBC, RTVE y muchas otras. Son cifras que se pueden comprobar muy fácilmente. ¿Cuántos medios de información han mostrado esos resultados? Probablemente, ninguno. Los medios que he puesto como ejemplos tienen esos datos como información estadística, pero en ningún caso las hacen resaltar.

En el caso de Suecia, el número de fallecidos ha llegado a 15 170, aunque en los últimos meses apenas se han registrado nuevos casos. Hay que tener presente que en Suecia no se usa la mascarilla. La recomendación es usarla solo cuando es absolutamente indispensable. Es verdad que la cantidad de muertos es mayor que en el resto de los países escandinavos, pero es mucho menor que en países como Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, España, etcétera. Si tomamos este ejemplo. ¿Puede alguien afirmar que las mascarillas son la solución? Si así fuera, en Suecia habría el triple o aun mayor cantidad de fallecidos.

Llegado a este punto podemos decir que no se puede afirmar con certeza cuales han sido las mejores medidas que han contribuido a disminuir la cantidad de contagios y muertes. Se ha dado mucha importancia a la vacuna, que se pretende sea obligatoria. Pero se sabe, desde el comienzo, que la vacuna no es 100 % segura. Con la aparición de ómicron (y tal vez de otras mutaciones) se pone aún más en duda la efectividad de las vacunas. Si bien es cierto que en los países donde hay mayor cantidad de personas vacunadas, los contagios no aumentan en la misma forma que en países con menos vacunados, la pandemia sigue su avance. Tenemos el caso de Oslo, capital de Noruega, donde las restricciones han sido muy duras. En una fiesta de Navidades (con todos los comensales vacunados con dos dosis) se contagiaron 60 personas, de las cuales 13 eran de la variante ómicron. 

Esperemos que durante las próximas semanas podamos obtener mayor información sobre el desarrollo de la pandemia y que no se adopten medidas extremas, que sólo contribuyen a aumentar el miedo, e incluso, aumentar los contagios. 

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NUEVOS ENLACES, 5 DE DICIEMBRE 2021:



martes, 30 de noviembre de 2021

ÓMICRON, LA ÚLTIMA VARIANTE DE COVID-19. ¡EL PÁNICO SE APODERA DEL MUNDO!

Ya sabemos desde mucho tiempo que los virus van mutando constantemente. Se van adaptando para poder multiplicarse. Esa facilidad para mutar es sorprendente. No se los considera seres vivientes, como a las bacterias. Sin embargo, se comportan como si lo fueran.

Todos nos hemos asustado cuando hemos recibido las primeras noticias sobre la nueva variante del Covid-19. Sobre todo, cuando un epidemiólogo norteamericano dijo que esta nueva variante podría ser 500 veces más peligrosa que otras mutaciones (ver). Muchas veces los científicos se equivocan. Esta vez ha sido el turno de este epidemiólogo, que se ha atrevido a emitir una afirmación sin haber constatado la peligrosidad del virus. Afirmaciones como la de este científico no ayudan en absoluto. Al contrario, afirmaciones tan absurdas y alarmantes cómo ésta pueden aumentar el miedo de la gente.

Una nueva mutación puede ser más contagiosa que las anteriores, pero también puede ser menos peligrosa. Las informaciones que se han recibido hasta ahora indican que la  variante ómicron ocasiona síntomas más suaves y hasta ahora no se ha informado de muerte alguna, ni siquiera de pacientes muy graves. Es muy temprano aún para determinar bien la peligrosidad del virus. Hay que tener en cuenta de que van a seguir apareciendo nuvas variantes, porque es un desarrollo normal de todos los virus.

¿Cómo han reaccionado las autoridades de muchos países? Lo primero ha sido prohibir los viajes desde algunos países africanos o aplicar restricciones para quienes viajen. Esto, porque todo el mundo se deja llevar por el pánico y se recurre inmediatamente a medidas precipitadas. 

Lo importante es aplicar o mantener las medidas que se han tomado antes, con el mismo cuidado. Lo importante es mantener la distancia de seguridad, la ventilación y la higiene. Cerrar fronteras no va a solucionar el problema, porque, de alguna u otra manera, el virus ya está en muchos países, aunque aún no se lo haya descubierto. 

Recomiendo leer anteriores artículos de este blog sobre el Covid-19.

Nota del 1  de diciembre 2021:

Las noticias aparecidas hoy indican que la variante del Covid-10 Ómicron ya estaba en Europa el 11 de noviembre, muchos días antes de que se descubriera en Sudáfrica. Por lo tanto, todas las medidas que prohíben los viajes desde ese país o países vecinos no tienen mucho sentido. El que se descubriera allí no significa que se haya originado la mutuación en ese lugar. Incluso, ya el 29 de noviembre aparecían estos datos en algunos medios de comunicación. VER AQUÍ.

Una de las afirmaciones o especulaciones (sin comprobación científica) es que la nueva variante puede ser más mortal. Pero esto aún no se ha demostrado. Lo que sí puede ser es que sea más contagiosa. Por lo menos no es más grave, porque no hay muchas hospitalizaciones a causa de esta variante. Además, los síntomas son menores que los ocasionados por variantes anteriores. Por lo tanto, no hay motivo para alarmerse. También se afirma que las vacunas pueden perder su eficacia ante esta nueva variante de Covid-19, pero eso ya ha sucedido con las variantes anteriores. Mucha gente vacunada con dos dosis se ha contagiado. En los próximos días se irá actualizando esta entrada. Por ahora se hace enlace a una de las últimas noticias de hoy: VER AQUÍ.


sábado, 20 de noviembre de 2021

UNA PAUSA DE LA POLÍTICA Y DE LA PANDEMIA - MÚSICA EN VENEZUELA

Interesante evento en Caracas, Venezuela. El Sistema Nacional de Orquestas (ver) intentó romper el récord de Guineas Record: una orquesta de 12 000 músicos jóvenes interpretan la Apertura de una obra de Piotr Ilich Chaikovski, Marcha Eslava. El concierto se llevó a cabo el 14 de noviembre de este año.

Dejemos a un lado la política por unos momentos. Dejemos a un lado la tristeza que ha provocado la pandemia del Covid-19. Veamos y oigamos una de las cosas buenas de la vida, sin juzgar, sin acusar, sólo escuchar y disfrutar.

ENLACES:

REPORTAJE DE TELESUR

VER VIDEO DEL CONCIERTO 1

VER OTRO REPORTAJE DE TELSUR (incluida la Marcha Eslava, además de muchas otrs hermosas piezas musicales) Vale la pena ver todo este vídeo, indiferentemente de las ideas políticas de los lectores.

La orquesta venezolana tocó durante 8 minutos (algunas versiones dicen 5 minutos), de los 12 totales de la obra. El actual récord es de 5 minutos.




sábado, 13 de noviembre de 2021

¿Y AHORA, QUÉ? ¿Ya tenemos que olvidarnos del coronavirus? SEGUNDA PARTE

Lo expuesto en la primera parte era una especie de vaticinio, que lamentablemente se va cumpliendo: en Europa aumentan considerablemente los contagios de Covid-19. Da la impresión de que la mayoría de la gente ya da por superada la pandemia y es tan común que haya nuevos contagiados que se lo acepta como algo normal y aceptable. De las extremas medidas que se tomaron ya no queda casi nada y casi nadie se cuida. Es verdad que había medidas absurdas, que nunca se debieron tomar. Pero hay otras que se debieron tomar mucho antes de la actual pandemia. Y se deberían seguir tomando, como mantener la distancia de seguridad, mantener una buena higiene, evitar los saludos cercanos de manos, codos o puños, los abrazos, etcétera. Por supuesto que hay que seguir evitando aglomeraciones y reuniones en lugares que no tienen buena ventilación. Eso es necesario, pero ya casi nadie lo hace. La gente organiza fiestas y reuniones, sin tener en cuenta los riesgos que aún existen. Y sin pensar que antes de la pandemia también había riesgo de contagiarse de muchas otras enfermedades, que se pudieron evitar si hubiéramos tomado las precauciones necesarias.

Lo que sí se hace, en muchos países, es usar la mascarilla, la medida más ineficaz de todas. Por supuesto, mucha de la gente que usa la mascarilla se sigue contagiando, porque descuidan todas las otras medidas. La gente cree que poniéndosela, ya están protegidos. Pero toman cosas que mucha otra gente manipula al tocarlas o al toser o estornudar sobre ellas. Luego se tocan la cara, los labios, la nariz y las orejas. Es así como se contagian, a pesar de su "amuleto" que les impide respirar convenientemente.

La vacuna sí que puede evitar los contagios, o hacer que la gente no se enferme de mucha gravedad. Estar vacunado también puede dar la sensación de que no hay riesgo de contraer la enfermedad. Está científicamente probado que la vacuna  no es, en absoluto, una protección 100 por ciento segura. 

Conviene repetir lo escrito anteriormente en esta entrada: no sólo se trata de la Covid-19. Hay cientos de otras enfermedades que se pueden transmitir por el contacto de nuestras manos con cientos de objetos que tocamos todos los días. En cada gramo cuadrado de tierra hay 40 millones de bacterias, sin contar con los virus que puede haber dentro y fuera de ellas. 

Los virus y bacterias también están en el aire, pero en forma muy dispersa, lo que los hace menos peligrosos. Sobre cada metro cuadrado se depositan, cada día, 800 millones de virus y 20 millones de bacterias. De todos esos gérmenes, el virus Covid-19 representa una ínfima cantidad. 

Antes nadie lo pensaba y ahora son muy pocos los que lo hacen: los virus y bacterias nos tienen rodeados y dentro de nuestros organismos también los hay en enormes cantidades. En nuestro cuerpo viven, aproximademente 39 billones de bacterias, aunque la mayoría nos ayudan en nuestro metabolismo. Lo mismo sucede con los virus, que también nos ayudan en nuestras funciones metabólicas y defensa inmunológica. Estos están en cantidades 10 veces superiores a las bacterias. 

Conviene recordar, además, que nuestras células tienen muchos orgánulos u organelas. Entre estas organelas está la mitocondria, que se supone fue, en sus orígenes, una bacteria. En cada célula tenemos, aproximadamente, unas 800 mitocondrias. Esta organela es una de las partes fundamentales de la célula humana y tiene su propio ADN. Podríamos decir que nuestros organismos son la unión de muchas bacterias, que se fueron especializando a través de millones de años. Por lo tanto, la vida es una lucha entre nuestras propias bacterias y virus contra agentes externos. Al mismo tiempo, algunas de nuestras bacterias también se pueden transformar en nuestras enemigas, así como nuestro sistema inmune, que también puede llegar a serlo. Lo importante es que tenemos que defendernos, fundamentalmente, de los agentes externos. En cuanto a nuestro organismo, debemos intentar mantener un buen equilibrio mediante buena alimentación y ejercicio físico. Y no es la primera vez que se alude a esta buena combinación, en este blog.

martes, 26 de octubre de 2021

¿Y AHORA, QUÉ? ¿Ya tenemos que olvidarnos del coronavirus? PRIMERA PARTE

En innumerables ocasiones se ha usado la expresión "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra". Hay muchas variantes, pero la mencionada aquí es la más común. Tal vez hay que aplicarla una vez más en esta ocasión y a escala global. Parece que no aprendemos lo suficiente cuando nos vemos enfrentados a una amenaza difícil de contrarrestar, y eso es lamentable. Cuando apareció la pandemia del Covid-19 se tomaron muchas medidas exageradas (algunas están vigentes en algunos países) pero no se tomaron otras, que pudieron ser más eficaces. Creo que podemos hacer una comparación con algunos cambios políticos y culturales que han ocurrido en algunos países. Tomemos el caso de España, por ejemplo. Cuando gobernaba (ilegalmente) el dictador Francisco Franco, había una censura cultural que prohibía muchas cosas. No se podía hablar directamente de sexo, de libertad ni de igualdad. Por lo menos, no en la forma en la que se hacía en países donde había una pseudodemocracia. Cuando llegó la transición, de produjo el "destape". Fue como una olla a presión, que estalló con fuerza y se llegó a extremos nunca antes vistos. Aunque la palabra destape se asocia más al cine, también se reflejó en la televisión y la prensa, especialmente revistas semanales, como Interviú.

En la televisión se podía ver bailarinas semidesnudas, que mostraban sus senos. La cantante italiana Raffaela Carrá mostraba, muy a menudo, programas con mujeres semidesnudas, algo que actualmente no se hace. Fue una etapa corta, porque nuevamente se recurrió a la censura, aunque no con la misma fuerza que durante la dictadura. Lo del destape fue una característica de una forma de mostrar la sexualidad, pero también hubo otras expresiones de tipo cultural, de intercambio de ideas políticas, con el surgimiento de muchos grupos considerados extremistas, tanto de derechas como de izquierdas. La organización independista ETA, llevó a cabo más atentados terroristas durante esta etapa que los grupos anarquistas, durante todo el período de la dictadura. En los cines se empezaron a proyectar filmes pornográficos y aumentó el establecimiento de sitios de encuentro de homosexuales o de encuentro para intercambio de parejas, etcétera. Todo lo antes descrito fue como una respuesta a todas las prohibiciones que había durante la dictadura. Era como si una olla a presión, de pronto, explotara.

Yo no voy a juzgar los cambios producidos, si está bien o está mal. Me remito únicamente a ver cómo, a veces, se producen cambios bruscos o rápidos en el comportamiento de los individuos de una sociedad, ya sea ésta dentro de un país o de varios países, dependiendo de qué medidas restrictivas o de represión que se adopten o se dejen de adoptar. Las causas pueden ser muy distintas y las medidas represivas o restrictivas, también. Por lo tanto, las consecuencias son distintas y los cambios son bruscos e inesperados.

Volviendo a la actualidad, en marzo de 2020, se apoderaron del mundo el terror, el miedo y la improvisación, en muy pocas semanas. Se recurrió a los conocimientos de algunos científicos y epidemiólogos -muchos de los cuales tenían pocos conocimientos sobre el nuevo virus- aunque ya había referencia, por muchos otros virus similares de forma de corona, aunque a ninguno de ellos se les dió jamás ese nombre. El nuevo virus fue bautizado, por los medios de comunicación como "coronavirus", como si los anteriores no lo fueran. En lugar de tomar precauciones bien pensadas y adecuadas, se recurrió a una serie de medidas desmesuradas, creyendo o suponiendo que serían la solución. Se detuvieron, poco a poco los viajes internacionales y algunos países paralizaron muchas de sus importantes actividades. En algunos países se llegó al extremo de confinar a la población en sus casas, con la amenaza de multas cuantiosas si se cometía el "delito" de salir a la calle sin una justificación importante. Luego se permitió salir a la gente, pero se la obligó a usar mascarilla. Aún a la fecha de hoy se la exige en muchos países. Suecia, tal vez, fue el único país que no obligó a la gente a usar esa incómoda y no tan segura prenda. Eso sí, se recomendó usarla en lugares con riesgo de aglomeración, como en buses y trenes. El uso de la mascarilla no ha sido eficaz, cuando ha sido utilizado por la gente. Los únicos que la han usado, más o menos bien, son los trabajadores de la salud, en clínicas y hospitales. Aún así, también entre esos trabajadores se cometen muchos errores. Son muy pocas las personas que las han usado bien. La gran mayoría de quienes las usan, las manipulan constantemente. Es muy común ver a la gente, llevándola en el cuello o dejándola colgada en los espejos de los automóviles o en otros sitios. Luego se la ponen varias veces, a pesar de que puede estar infectada y se debería usar una sola vez. Como los virus no se ven, se cree que no están en los objetos que manipulamos constantemente con nuestras manos, uno de los principales vehículos de transmisión de microbios patógenos. Se afirma en muchos medios, que el uso de la mascarilla ha disminuido los contagios. Pero eso es imposible de probar. Si los contagios han disminuido es gracias a un conjunto de medidas, no sólo a una. No se puede probar, científicamente, que una sola medida pueda haber contribuido a la disminución de contagios. Ni siquiera se puede afirmar que las vacunas sean la solución. Es verdad que las vacunas pueden disminuir el riesgo de contagio, pero ha habido muchos casos de gente que ha enfermado, a pesar de haber sido vacunados dos veces. Lo que sí se ha logrado es disminuir la cantidad de muertes a causa de la enfermedad. Aún así, en este caso, no podemos afirmar cien por ciento, que las vacunas han detenido las olas de contagio. Al principio de la pandemia hubo más muertes. Esas muertes se debieron a distintos factores, como la edad y muchas patologías que ya habían disminuido el sistema inmune. La edad en sí no es un factor de riesgo, sino qué vida ha llevado la gente mayor, cómo se ha alimentado y de qué forma ha utilizado sus cuerpos, con mucha, con poca o casi ninguna actividad física.

En muchos casos, los pacientes más afectados por el SARS-CoV-2 (Covid-19) tenían síntomas de una o más enfermedades combinadas. Naturalmente que entre esos pacientes tenía que ser mayor el peligro de morir. Después de un tiempo, cuando las personas más vulnereblas ya habían muerto, el resto de la población pudo tener más resistencia. Los hospitales mejoraron sus servicios, se aumentó la cantidad de respiradores y se pudo atender a más gente, lo que permitió disminuir las muertes y que los pacientes se recuperaran en menos tiempo. 

Sin lugar a dudas, las vacunas han contribuido a disminuir la cantidad de infectados y de muertes. Pero sin las vacunas, tal vez, se habría obtenido el mismo o mejor resultado, si se hubieran tomado las medidas más convenientes, empezando por la educación de la población para que se pudieran defender en forma más eficaz, incentivando una mejor alimentación y el ejercicio físico, aprender a respirar en forma adecuada, etcétera.

Ahora se ha declarado abierta la sociedad y se han quitado, paulatinamente, las restricciones. Y ya tenemos, nuevamente, un efecto de olla a presión. La mayoría de la gente olvida que el virus sigue mutando y que está presente, en todas partes. El virus ha venido para quedarse, como lo han hecho miles de otros virus. Es imposible erradicarlo completamente. Este virus se suma a los otros virus que han aparecido antes y que rebrotan de cuando en cuando, provocando muertes y disminución de la capacidad cerebral, de inmunidad y de muchas otras capacidades necesarias para tener una vida normal.

La gente se vuelve a abrazar y se aglutina en espacios cerrados, no todos se preocupan de la higiene: se comparten vasos, cigarrillos y otras cosas. Se vuelve a hacer lo mismo que se hacía antes de la pandemia, como si el peligro de ser contagiados ya haya desaparecido por completo. ¿Es que nunca vamos a aprender a cuidarnos?



lunes, 30 de agosto de 2021

CORONAVIRUS - NO BASTA CON LA VACUNA. CUARTA Y ÚLTIMA PARTE

CÓMO DEBE SER LA CONSTRUCCIÓN DE LAS VIVIENDAS MODERNAS

¿Se ha imaginado usted cómo fueron las viviendas de las antiguas civilizaciones? En internet se encuentran muchos datos sobre esto. Pero también hemos recibido mucha información en las clases de Historia, en novelas y películas. Nuestros antepasados de hace aproximadamente siete millones de años, se cobijaban en cuevas o en las ramas de árboles. A medida que aprendieron a usar herramientas o utensilios, pudieron fabricar chozas de paja y tierra. Más tarde fabricaron casas con ladrillos y/o adobes y ya no eran sólo lugares donde dormir o cobijarse, sino también donde cocinar y tener reuniones familiares o con amigos. Viviendas modernas hay de todo tipo, desde las más sofisticadas y lujosas hasta las más modestas, algunas similares a las de la Edad de la Piedra, con piso de tierra, invadidas por escarabajos, termitas y muchos otros insectos y arácnidos. En los países donde la economía es mejor, la mayoría de las viviendas son cómodas, pero tienen mala distribución de sus distintas salas y cuartos. Sobre este tema se podría escribir un libro de cientos de páginas, por lo que no se puede profundizar más de lo que permite el tiempo y el espacio en un modesto blog.

Las viviendas modernas se deben planificar de una manera totalmente distinta de lo que se ha hecho hasta ahora. Posiblemente hay muchos nuevos proyectos que han considerado aspectos del ambiente (lo que se suele llamar medioambientales) y económicos. Pero a todos esos nuevos proyectos se debe agregar la parte sanitaria, como garantizar buena ventilación, resistencia a todo tipo de fenómenos meteorológicos, sismos, incendios o deslizamientos de tierra. Uno de los aspectos más importantes es elegir terrenos que no estén muy cerca del mar o de los ríos, que no estén en pendientes muy pronunciadas ni cerca de bosques o polígonos industriales. Como se ha propuesto en este blog, en más de una oportunidad, las viviendas deberían ser auto-reciclables, aprovechando en la mejor forma posible la energía solar y el agua. Habrá una entrada separada, en la que se detallará una serie de soluciones que pueden convertir una vivienda en un una fuente de energía y de producción piscícolo-agrícola, una de las cuales es la acuaponía (VER). 

Con respecto a la parte sanitaria, debería tomarse precauciones para convertir una vivienda en un lugar seguro, libre de enfermedades o de riesgos de éstas. La distribución de los dormitorios y salas de reunión, los baños, la cocina, los balcones y posibles oficinas o talleres debería ser lo más adecuada posible para que haya buena ventilación, refrigeración y calefacción (conviene leer lo que se ha escrito en la anterior entrada, sobre las escuelas). A continuación, algunos enlaces a distintos tipos de viviendas y su distribución. Ejemplo de la construcción de una casa, aquí abajo.

                                                                      fuente

Ejemplo de edificios modernos en España, aquí abajo.


                                                                      fuente

Lo ideal, en la construcción de un edificio con muchas viviendas, es aprovechar al máximo el espacio. Mientras más alto, mejor se logra ese objetivo, siempre que se garantice su seguridad asísmica. Los edificios del ejemplo son lujosos, pero tal vez no suficientemente ecológicos. Es posible que tengan buena ventilación, pero no se ve que se aprovechen bien las paredes, a menos que los balcones sean suficientemente anchos para instalar huertos que utilicen el agua que recicle el mismo edificio. Tampoco trasciende de la publicidad que tengan instalados paneles solares. Eso compensaría aún más los otros gastos en la construcción de tan enormes torres y sería una ayuda al entorno de la comunidad y del planeta.

CÓMO HABILITAR VIVIENDAS OBSOLETAS

Sería imposible demoler todas las viviendas que se han construido hasta ahora (y que, lamentablemente, se seguirán construyendo) con todas sus deficiencias. Pero sí se pueden refaccionar. Se las puede dotar de todos los elementos necesarios, aunque eso lleve mucho tiempo. Se pueden planificar campañas a todo nivel, con información y con incentivos, para que toda la gente colabore, desde las instituciones hasta los dueños de las viviendas.

Lo más importante de todo es legislar, para que todas las viviendas que se construyan en el futuro cumplan con los requisitos suficientes para que sean seguras, desde todos los aspectos mencionados antes, aunque aquí se ha hecho en forma muy somera. Esos mismos requisitos deben aplicarse a las viviendas actuales o de los anteriores decenios o siglos:

1.- DONDE DEBEN SER CONSTRUIDAS

Las viviendas deben ser construidas en lugares muy seguros, preferentemente en terreno plano, con suficiente solidez a gran profundidad, sin acueríferos subterráneos y sin riesgo de deslizamiento. Se debe evitar construir casas o edificios altos cerca del mar o de ríos y a una altura cerca del nivel de las aguas. Por ningún motivo se debe construir viviendas en quebradas o cerca de ellas. Tampoco se debe construirlas cerca de minas, canteras o polígonos industriales en los que se utilice explosivos o materiales químicos. Esos lugares deben ser reforzados, de tal manera que sus residuos no contaminen la tierra ni las aguas. Si bien es conveniente tener jardines y huertos en las cercanías de las viviendas, no es conveniente que haya bosques muy cerca. De surgir incendios en los bosques (que deben contar con muchos cortafuegos) no deben ser afectadas las viviendas, ni por el calor ni por el humo. 

3.- QUÉ ASPECTOS DE SEGURIDAD DEBEN SER INTEGRADOS

Los cimientos de las viviendas deben ser reforzados con pilares o muros de hormigón o de otro material resistente, que los haga soportar inundaciones, movimientos sísmicos de alto grado y fuertes vientos ocasionados por huracanes o tornados. Sus paredes y los techos deben ser resistentes a todo tipo de fenómenos meteorológicos como rayos, intensas lluvias, granizo, nieve o fuertes vientos. Las paredes, puertas, ventanas, techo y piso deben ser construidas con un material que resista altas temperaturas y eviten la propagación de fuego, en caso de incendio.

2.- QUÉ ASPECTOS SANITARIOS SE DEBEN TENER EN CUENTA 

En primer lugar, debería de haber espacio suficiente para que las personas que entren o salgan del edificio lo hagan con suficiente distancia. En cada entrada debería ponerse un lavavorio, para que toda psrsona que entre se lave las manos antes de continuar hacia los pasillos, escaleras o ascensores. Los ascensores deben ser amplios y con suficiente ventilación, preferentemente transparentes en su parte frontal, con acrílico u otro material. Así se puede ver cuántas parsonas lo usan al mismo tiempo.  

Toda persona que entre al edificio debe estar sana. De estar enferma, debería utilizar algún tipo de protección, para que otras personas no se contagien. En todas las áreas cercanas al edificio debería estar prohibido fumar, como también en todo el edificio. Quienes quieran fumar deberían tener un espacio reservado y aislado, donde se puedan filtrar los aerosoles de humo. Los fumadores debebrían pagar una tarifa adicional para compensar los gastos que provoca su adicción al cigarrilo.

Las autoridades sanitarias podrían dictar normas específicas para garantizar que los habitantes del edificio puedan evitar todo tipo de contagios. Todos deben entender que ya nunca más se debe volver atrás, que siempre habrá virus, hongos y bacterias que amenacen la salud y por eso hay que extremar las medidas para evitar los contagios.

CUÁNDO Y CÓMO APLICAR CUARENTENAS

Son las autoridades sanitarias de cada país las que deben determinar si es conveniente y/o necesario establecer cuarentenas. Estas pueden estar justificadas si hay peligro de que una enfermedad contagiosa pueda expanderse con facilidad, como es el caso de la actual pandemia y como lo fue con anteriores pandemias, a las que nunca se catalogó como tales, porque no había suficiente información. Todos deben recordar que hubo muchas gripes llamadas influenzas, que tuvieron origen en forma similar a la enfermedad actual (VER). Aún así, las cuarentenas no deben ser muy prolongadas. Lo importante es que las personas que deben guardar cuarentena (porque se sospecha que pueden ser portadoras de una enfermedad) sean examinadas. Para la actual pandemia se ha estipulado el tiempo de incubación de la enfermedad y dos días extra. Son catorce días, de acuerdo a los conocimientos actuales. Lo más conveniente es que se haga un examen al comienzo de la cuarentena y otro al final de la misma. La duración de la cuarentena puede aumentar o disminuir, si nuevas investigaciones científicas dan resultados que demuestren su efectividad y su duración. Lo importante es no sólo poner a algunos grupos de personas en cuarentena, sino mantener un seguimiento después de la pandemia, para segurarse de que no hay riesgo de que, pese a todas las medidas tomadas, la gente de esos grupos pueda enfermar o contagiar a otros grupos.

PRESCINDIR DE TOQUES DE QUEDA Y RESTRICCIÓN DE LA MOVILIDAD

Los toques de queda son innecesarios y atentan contra un derecho humano fundamental. No se trata de si la gente circule por las calles o no, sino qué hacen en la via pública. Hay gente que sale tarde de sus trabajos y que debe llevar a cabo tareas o visitas que no se puede hacer por el día o cuando es más temprano. Lo importante es impedir que haya aglomeraciones, grandes grupos de personas que hagan fiestas, que bailen en grupos, que se abracen abiertamente, sin mantener las distancias necesarias. Se trata de que las personas que salen a la calle por la noche cumplan con las mismas medidas que se dictan para la gente que está en la calle durante el día. El riesgo de contagio es, incluso, mucho menor en la noche que en el día, porque nunca va a circular tanta gente durante esas horas como durante el día. Además, es más fácil detectar el movimiento de personas durante la noche. Lo importante es patrullar las calles con suficiente personal dedicado a mantener el orden. Por otra parte, se puede recomendar que la ciudadanía reporte cualquier anomalía que ocurra en un determinado sector poblacional. Se puede establecer un turno de vigilancia comunitario, no para actuar sino para informar, sobre problemas de aglomeración, bullicio u otro tipo de situaciones que ocasionen molestias. Esto es algo que se puede establecer en forma permanente, con o sin pandemia. Así se podría evitar, en parte, muchos actos delictivos que atentan contra de la seguridad individual y colectiva.

Lo anterior también es válido para los viajes. Si se toman las medidas correctas, no es necesario impedir que la gente se traslade a grandes distancias. Lo importante es establecer los controles necesarios para impedir que personas enfermas circulen libremente y contagien a otras. Son grupos específicos (posibles portadores de virus) los que deben restringir su circulación, en forma voluntaria. De no hacerlo, las autoridades deben conminarlos a cumplir con las medidas sanitarias. De ser necesario, se pueden aplicar castigos a quienes mustren total desinterés por colaborar para avitar contagios.

CASTIGOS SEVEROS A PARTICIPANTES EN REUNIONES EN LAS QUE SE ARRIESGUE LA SALUD DE LOS PARTICIPANTES Y DE OTRA GENTE QUE SE ENCUENTRE EN LAS CERCANÍAS.

Este punto está muy relacionado con el anterior. Cuando se toman medidas sanitarias hay riesgo de que se confundan las restricciones con atentado contra la libertad. El derecho de circulación, de acuerdo al artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice lo siguiente: 

1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país. 

 De acuerdo a este artículo, todo ciudadano debe poder circular libremente, en todas partes. Pero se debe entender que hay límites estipulados en la Constitución y las leyes de cada país. En primer lugar, debemos considerar los requisitos necesarios para atravesar fronteras y para visitar o establecerse en un país que tiene leyes distintas al de origen. Cada ciudadano debe identificarse debidamente, por lo que debe poseer documentos que confirmen su identidad. Si cualquiera pudiera viajar por todas partes, sin identificarse al pasar por una frontera, por ejemplo, habría un verdadero caos. Cualquier delincuente podría evitar ser castigado por sus delitos y poder seguir comentiéndolos en otros lugares y países. Aún así, a pesar de rígidos controles, muchos delincuentes logran burlarlos. Con mayor razón podrían circular libremente todo tipo de personas que atentan contra los derechos humanos del resto de los ciudadanos. 

En caso de pandemias o, simplemente, epidemias, se justifica la toma de medidas que implique restringir la libre circulación. Son medidas necesarias para asegurar la salud de toda la población, que también está incluida en los derechos humanos. Además, son transitorias, no permanentes. Sin embargo, no se debe exagerar con esas medidas. Lo más importante es hacer las recomendaciones convenientes y establecer obligaciones necesarias para asegurar la salud de toda la población. 

El uso de la vía pública también debe ser garantizado. Pero eso no implica absoluta libertad para hacer lo que cada ciudadano o grupo de personas haga lo que desee, sin considerar los derechos de otros ciudadanos. En bien de lo público, de la comunidad, deben respetarse normas fundamentales que defienden el bienestar y la tranquilidad de quienes viven en cada una de las calles de la ciudad o pueblo, incluyendo plazas, parques y todo tipo de recinto público. Por eso es inaceptable que existan grupos de jóvenes que se dediquen a hacer fiestas y beber en forma excesiva, como ocurre en España, donde se organizan los llamados "botellones". Su libertad no debe limitar la libertad del resto de la población. En caso de no respetar los derechos del bien público, las autoridades deben utilizar todas las herramientas que tengan a mano, de acuerdo a las leyes y normas de cada ayuntamiento, departamento o provincia.

Cuando se desprecia las leyes y se atenta contra el bien común, se debe castigar a los responsables de los delitos. De haber reincidencia, se debe aumentar las penas de castigo. No se trata únicamente del riesgo de contagiar o ser contagiados. Se trata de permitir que la gente que trabaja y estudia pueda descansar por las noches, para recuperar fuerzas y llevar a cabo sus actividades laborales y de estudio. Todos los ciudadanos tienen derecho al descanso. 

Gracias por leer esta entrada. Recomiendo leer, también, las anteriores. Acepto todo tipo de comentarios y proposiciones para rectificar o mejorar estos escritos.

martes, 17 de agosto de 2021

CORONAVIRUS - NO BASTA CON LA VACUNA. TERCERA PARTE

CAMBIAR LA CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS Y PLANIFICAR NUEVOS HORARIOS.

Aquí también hay que hacer cambios fundamentales. Algunos de ellos se debieron hacerse antes, hace mucho tiempo, pero nadie pensó jamás que llegaríamos a una situación como la de la actual pandemia. Los arquitectos deben diseñar escuelas modernas y seguras, con aulas, talleres, bibliotecas y otras secciones con suficiente espacio y ventilación. 

Lo primero que se debe hacer es reducir la cantidad de alumnos en cada aula. Todas las salas de clases deben tener buena ventilación, que circule aire desde un patio o de la calle. Para ello se deben utilizar filtros especiales e idear, además, un sistema de calefacción o refrigeración en el que no sea necesario el aire acondicionado. Eso se puede lograr con canales de ventilación que hagan circular el aire desde y hacia el techo, pasando por túneles por debajo de la edificación, que enfríen o calienten el aire. El sistema se puede activar con energía solar o con energía eólica. Se puede conseguir buena refrigeración utilizando el aire que hay bajo tierra; es frío a pocos metros de profundidad y es caliente, a mayor profundidad. Ya existen estudios sobre esto y sólo hay que aplicar la tecnología necesaria. En algunos países, como en Suecia, ya se usan estos sistemas de refrigeración y calefacción. Veamos esto en informaciones que se dieron a conocer hace mucho tiempo (VER 1  -  VER 2  -  VER 3). Quien escribe este blog vive en una casa con calefacción que utiliza la geotermia, el calor de rocas y agua que están a más de 100 metros de profundidad (VER 1, en sueco  -  VER 2).

Las actuales escuelas y universidades se deben utilizar como son, pero deben garantizar buena ventilación y distancia de seguridad. Si no se pueden adaptar, a causa de los altos costos de renovación y del tiempo que se requiera para ello, por lo menos deben reducirse consideralmeente la cantidad de personas que interactúen físicamente en los espacios disponibles para los estudios y para los descansos. Tanto alumnos como profesores deben adaptarse a nuevas normas de convivencia dentro de los recintos educacionales. Todos deben asumir que esos cambios son necesarios y que deberían de haberse hecho hace mucho tiempo, sin esperar a que surgiera una nueva pandemia. Los científicos debieron prever que esto sucedería algún día, porque ya ha sucedido antes. Debemos defendernos contra todo tipo de gérmenes patógenos, no sólo del actual y de mayor expansión, en estos momentos.

Los horarios se deben adaptar para distintos grupos. Puesto que habrá menos alumnos en cada aula, es necesario dividir los grupos grande en grupos pequeños, para que todos tengan posibilidades de asistir. Además, se deberá incrementar las tareas que se deben hacer en casa, facilitando todo tipo de programas informáticos para que se utilice en forma adecuada la tecnología. 

Se debe hacer todo lo posible para que los alumnos no tengan que recorrer grandes distancias para ir a sus clases. Hay que incentivar a padres y alumnos para que se matricule a los niños en escuelas cercanas a sus viviendas. 

Continúa en la siguente entrada, cuarta parte.


jueves, 12 de agosto de 2021

CORONAVIRUS: NO BASTA CON LA VACUNA - SEGUNDA PARTE

Continuación de la entrada del 1 de agosto 2021.

SOBRE LOS AEROSOLES

¿Qué es un aerosol? 

Un aerosol se produce cuando un gas comprimido en un espacio muy cerrado es lanzado hacia el exterior. Los aerosoles son pequeñas partículas que hay momentáneamente  en el aire, a causa de fuerzas ejercidas sobre ellas. Un ejemplo son los desodorantes de spray y otros productos almacenados en tubos y que han sido introducidos allí a presión. Otros ejemplos son los aerosoles producidos por tormentas de arena, el choque de las olas del mar sobre las rocas, los gases de escape de automóviles u otros vehículos, las cenizas expulsadas por volcanes en erupción o el humo de incendios, fogatas o cuando se fuma. Cuando hablamos, tosemos o estornudamos, también se producen aerosoles, pero éstos no son expulsados muy lejos del cuerpo ni duran mucho tiempo en el aire. Cuando se estornuda o se tose, la velocidad y la distancia es mayor que cuando hablamos. En esos casos, los virus pueden ser transportados a más de dos metros. Si los aerosoles que expulsamos por la boca o nariz, se mezclan con otros aerosoles, como el humo, por ejemplo, la distancia a la que sin transportados los virus pueden llegar a distancias mucho mayores.

¿Cuál es la mejor forma de protegerse de los aerosoles?

Lo que ya se ha dicho hasta el cansancio: mantener suficiente distancia entre las personas que no conviven, que viven bajo un mismo techo. Al comienzo de la pandemia se recomendaba mínimo un metro de distancia. Después se ha recomendado dos metros, aunque hay entidades que recomiendan aún mayor distancia. Pero tenemos que tener en cuenta que la fuerza de gravedad atrae a todos los cuerpos hacia la tierra. Además, a medida que aumenta la distancia, las partículas se separan cada vez más. Por lo tanto, la peligrosidad de los virus que son transportados por las gotitas de agua, disminuye. Por otra parte, si los aerosoles se unen, como en el caso del humo del cigarrilo, aumenta más el riesgo, por lo que conviene alejarse más de una persona que fuma. También deberíamos considerar en qué dirección sopla el viento. Hay mayor riesgo del lado que viene el viento. 

Otros consejos:

No conviene usar escaleras mecánicas, porque mucha gente se detiene, se deja llevar por el mecanismo de la escalera, lo que la convierte en una especie de recinto cerrado, más aún si la escalera está bajo techo. Tampoco es conveniente usar los ascensores, porque allí se estacionan los aerosoles expelidos por otras personas. Conviene entrar cuando está vacío o si estamos seguros de que éste se ha detenido por un largo tiempo, antes de llegar a nuestro piso. Otro lugar de riesgo son las puertas giratorias, que también conviene evitar. Lo mismo que en los ascensores, los aerosoles se mantienen allí por más tiempo.

Si tomamos todas esas precausiones no hay motivo alguno para usar mascarilla. La mejor medida es mantener la distancia social.

DÓNDE HACER EJERCICIOS FÍSICOS

1. CORRER. Lo ideal es correr o trotar al aire libre. Pero conviene hacerlo en lugares donde se pueda mantener aún mayor distancia de cuando caminamos, sobre todo si otras personas también corren. Si no hay posbilidades de realizar esta actividad en forma segura, conviene hacerlo en casa, si disponemos de espacio suficiente. Podemos comprar equipos, como trampolines o aparatos de los que hay en los gimnasios. También se puede usar plataformas giratorias. Más, no todo el mundo tiene la posibilidad de comprar esos aparatos, que son muy caros. La solución es fabricar aparatos propios o usar una escalera corta, por ejemplo. En futuros vídeos mostraré algunas formas de fabricar algunas aparatos sencillos. Por ahora, puedo recomendar ver algunos vídeos que nos muestran cómo saltar o correr en un espacio muy reducido, en una habitación de nuestro hogar. VER AQUÍ.

2.- EJERCICIOS DE FUERZA. Por supuesto que lo ideal es hacer estos ejercicios en un gimnasio. Pero actualmente son lugares donde los riesgos aumentan más que en otros sitios cerrados, a menos que haya un escaso número de personas y que podamos desinfectar los aparatos antes de usarlos. Por eso, es conveniente hacer estos ejercicios en casa. Como en el caso anterior, recomiendo ver algún video como  ESTE.

LA RESPONSABILIDAD DE LOS GOBIERNOS

Lamentablemente, los gobiernos no están preparados para afrontar una pandemia. Están atados por las leyes de sus países y de su burocracia. Por sobre los gobiernos debería de existir una instancia internacional que se encarque de dictar normas sobre cómo enfrentar, no solo pandemias, sino epidemias o, simplemente, enfermedades graves que son ocasionadas por cualquier tipo de virus o bacterias. No basta con un organismo como la OMS. La nueva instancia debería estar compuesta por profesionales de la salud, elegidos por cada país que envíe representantes. Esos profesionales, además de estar suficientemente acreditados como médidos o científicos de prestigio, deberían tener muchos conocimientos en epidemiología y nutrición. No basta con que dominen sólo una parte de la medicina. Mientras más materias dominen, tanto mejor para desempenar su trabajo. Estos profesionales deben tener, además, conocimientos de economía, logística y comunicación social. La nueva organización sería una especie de ONU, pero con poderes suficientes para obligar a seguir las medidas, que previamente deben ser aprobadas por la mayoría de los representantes, en asambleas anuales o de emergencia, si es necesario. La actual OMS podría transformarse en esa institución, que podría cambiar su nombre, por ejemplo: Gobierno Internacional de la Salud, Ministerio Internacional de la Salud u otro que se adecúe a las nuevas funciones. También podría mantener el nombre actual, pero debería cambiar sus estatutos. Los profesionales nombrados para los cargos representativos deberían ser elegidos por los gobiernos, independientemente de sus ideas políticas. 

Los gobiernos, sin excepción, deberían seguir los consejos y recomendaciones del organismo internacional, al mismo tiempo de mejorar sus sistemas de sanidad, adaptándolos a las nuevas exigencias de cada época. Por supuesto que todos los sistemas sanitarios deberían estar sujetos a lo que dicte el organismo internacional. Una de las primeras medidas de los gobiernos del mundo sería priorizar la entrega de recursos económicos a los servicios sanitarios e impedir que la salud sea comercializada. La salud es un derecho, no una mercancía.

La constitución y las leyes de cada país deben reformarse, si es necesario, para que se apliquen las nuevas normas sobre el cuidado de la salud. La salud, tanto como la alimentación, la educación y la vivienda, son derechos que deben ser respetados, Las leyes no deben estar por encima de esos derechos.

LA RESPONSABILIDAD CIUDADANA E INDIVIDUAL

Muchas veces, la ciudadanía no recibe información suficiente. La información es distorsionada, además, por los medios de comunicación, que especulan y/o manipulan, dependiendo de intereses económicos, religiosos o políticos. A eso le debemos sumar lo que erróneamente se denomina "redes sociales", en las que -gracias al anonimato- se esconden, muchas veces, malas intenciones. Se recurre a la mentira y a la calumnia, por ejemplo. También se exageran datos, se utilizan fotografías y vídeos que corresponden a otros países u otras épocas, un recurso que se utiliza mucho cuando se quiere desestabilizar al gobierno de algunos países, por ejemplo. A veces se trata de gente irresponsable que sólo busca notoriedad,  divertirse a costa del dolor ajeno o sembrar el caos. Lamentablemente, hay  poco o casi ningún control de los canales de comunicación que circulan en Internet.

No obstante, cada persona debería usar el sentido común e informarse por lo canales más fiables. Si bien podemos estar en desacuerdo con ciertas medidas, hay cosas en las que todos deberíamos estar de acuerdo. No podemos negar lo que se ha comprobado. Estamos en medio de una pandemia desde comienzos del ano 2020 y todo apunta a que esta pandemia no culminará hasta que no se haya logrado la inmunidad de grupo, la cual sólo se podrá alcanzar cuando la gran mayoría de la población mundial esté vacunada. Sin embargo, aunque se vacune a toda la población, ya sabemos que los contagios van a continuar, quizás por varios decenios. Todo depende de cómo se seguirán los consejos y cómo se acatarán las medidas de seguridad. Si la gente no pone suficiente de su parte, jamás vamos a detener los contagios. Es más, además de las mutaciones del Covid-19, siempre está latente la amenaza de nuevos virus que pueden provocar nuevas pandemias. La aceleración del cambio climático puede contribuir a que aparezcan nuevas amenazas. Además de las sequías, los incendios forestales, las inundaciones y otras catástrofes -y, a raíz de las mismas- pueden rebrotar enfermedades que antes se habían extinguido.

La responsabilidad individual, es, por lo tanto, más que necesaria. No podemos culpar sólo a las administraciones. Todos tenemos la obligación de cooperar, de ayudarnos y de ayudar a los demás.

PLANIFICAR HORARIOS DE TRABAJO Y EVITAR VIAJES INNECESARIOS

Las medidas propuestas a continuación son sólo una idea de cómo resolver el problema de contagios en los lugares de trabajo y durante los viajes hacia o desde ellos. Si bien, aplicarlas implican sacrificios, tanto de los trabajadores como de los empleadores, esas alternativas beneficiarían a todos, a largo o corto plazo. A veces es conveniente perder ganancias, e incluso, sufrir pérdidas en el capital empleado, con tal de asegurar el funcionamiento de las empresas, la salud de sus trabajadores y mejor rendimiento en el futuro (con los consiguientes beneficios). 

1.- HORARIOS Y DISTRIBUCIÓN DEL TRABAJO. ALTERNAR TURNOS

Los horarios de trabajo actuales ya no son los adecuados. La gente comienza casi a la misma hora, en la mayoría de los lugares de trabajo. En las fábricas se comienza más temprano, entre las 06:00 y las 08:00 horas. El comercio y otras actividades empieza entre las 09:00 y las 11:00 horas. Esto varía de país a país. Pero en casi todas partes se sigue la mima rutina, lo que concentra a mucha gente viajando a las mismas horas, lo que provoca congestionamiento en el tráfico y la polución aumenta considerablemente durante esas horas. También se producen grandes aglomeraciones en las estaciones de trenes y terminales o paradas de autobuses. Ahora que ya sabemos mejor cómo evitar los contagios (no sólo del virus que está de más actualidad) se debería cambiar los horarios, manteniendo algunos y cambiando radicalmente otros. En primer lugar, se debería reducir la jornada de trabajo a máximo cincos horas. En todos los sitios de trabajo debería disminuir la cantidad de operarios o empleados a la mitad. Para evitar pérdidas muy grandes a las empresas, se puede ampliar el tiempo de funcionamiento de la fábrica u oficina, alternando mínimo dos turnos de trabajo. El primer grupo pueden empezar a las seis de la manana y terminar a las 11, por ejemplo. Por consiguiente el segundo grupo podría trabajar entre las once de la manana y las cinco de la tarde. De ser necesario, la fuerza laboral se puede dividir en tres grupos, algo que ya se hace en muchas fábricas, donde no se puede detener algunas fuentes de energía, motores u otros equipos.

Medidas adicionales: 

  • La gente que comienza su trabajo en las fábricas u oficinas debería entrar por un pasillo separado del que usa la gente que termina de trabajar.
  • Si un operario muestra algún signo de enfermedad respiratoria, debe ser separado de sus funciones inmediatamente, hasta que se demuestre que está sano.
  • En cada lugar de trabajo se debe garantizar la distancia de seguridad entre los trabajadores. De no ser eso posible, se debe recomendar el uso de mascarillas.

2.- PLANIFICACIÓN: LUGARES DE TRABAJO MÁS CERCA

Lo anterior no es suficiente. Se debe procurar que los trabajadores no vivan muy lejos de sus lugares de trabajo. Los ministerios de trabajo y sus respectivas secretarías o subministerios, deberían planificar la ubicación de los trabajadores cerca de las fábricas u oficinas. Se debería favorecer y apoyar todas las iniciativas que puedan hacer esto posible. Ejemplos:

  • De ser posible, cambiar de lugar de trabajo, algo en lo que deben participar activamente las autoridades pertinentes, para apoyar a quienes estén dispuestos a hacerlo, incluso aunque eso implique cambiar de profesión o especialidad.
  • Facilitar acceso a viviendas cercanas a los lugares de trabajo. Se puede habilitar algún tipo de vivienda sencilla y provisora, para pecnoctar los días de semana, por ejemplo. Así no es necesario cambiar el lugar de trabajo.
  • Todo esto puede ser muy difícil de aplicar al comienzo, pero con el tiempo puede resultar menos complicado, sólo hay que tener deseos de colaborar, para mitigar o impedir las consecuencias de los posibles contagios. El virus Covid-19 ha venido para quedarse. Otros virus que nos amenazan desde hace mucho tiempo, también están (algunas pueden estar) al acecho, como las mutaciones de la "gripe española" de 1918 (VER).

RESULTADOS, SI SE APLICAREN ESTAS MEDIDAS

No sólo serían beneficiados los trabajadores y sus empleadores. A mayor salud, tanto física como mental, mayor rendimiento y seguridad. La sociedad entera y el ambiente serían beneficiados, también. Además, las medidas no serían obligatorias sino optativas. No obstante, para garantizar que las recomendaciones fueran aceptadas, se debería dar incentivos especiales a los trabajadores y compensaciones a los empleadores que las lleven a cabo.

Continúa en la tercera parte.

martes, 10 de agosto de 2021

CAMBIO CLIMÁTICO - LA HUMANIDAD ES INOCENTE

Nuevamente se comete el error de acusar a la especie humana de ser la culpable de todas las calamidades más grandes del mundo. Se lo ha hecho en la Historia, con el apoyo de leyendas y profecías religiosas, ya desde la Antigüedad. Diluvios y pestes eran los castigos de los dioses para castigar a los pecadores, que pretendían igualarse a ellos. La justificación de esos castigos eran la "soberbia", porque los humanos querían saber más y hacer cosas que sólo podían hacer los dioses.

Ahora se acusa a la Humanidad de ser la culpable del cambio climático. Y nuevamente se confunden los términos. El cambio climático es algo natural, que ha existido siempre y por eso nuestro planeta ha cambiado constantemente, pasando de épocas de excesivo calor hasta eras de hielo. Nadie puede ser culpable de que algo natural se siga repitiendo. Lo que es grave es que el cambio climátivo se ha visto acelerado (aumentado con rapidez), hasta alcanzar límites que hace unas décadas ni siquiera se podía suponer. Cada año, la temperatura aumenta considerablemente, a nivel global. Por eso aumentan los fenómenos metereológicos, que siempre han existido, pero que ahora se ven multiplicados. El resultado: inundaciones, sequía e incendios que son muy difíciles de controlar.

La Humanidad no es la culpable de esta aceleración del cambio climátido, sino los sistemas de gobierno y la voracidad de los grandes emporios económicos, de las grandes empresas, los dueños de fábricas (entre ellas, las fábricas de armas y municiones), de las mejores tierras agrícolas y ganaderas, además  de la mayor parte de los recursos energéticos, de la gran tecnología, de los sistemas de transporte, etcétera. Son ellos los culpables, no el ciudadano corriente, que tiene que aceptar lo que impongan los bancos, las compañías de seguros y la burocracia. Se organizan foros internacionales y se firman tratados, pero es muy poco el esfuerzo que se hace para limitar aún más las emisiones de CO2 y de otros gases que contaminan el ambiente.

domingo, 1 de agosto de 2021

CORONAVIRUS: NO BASTA CON LA VACUNA - PRIMERA PARTE

Nota del 7 de septiembre de 2021. El tema de esta entrada se ha escrito en cuatro partes.

Esta entrada repite muchas de las ideas o expresiones que están reflejadas en mis anteriores artículos sobre la pandemia, pero quiero hacer un buen resumen y completar con nuevas noticias y argumentos. El objetivo fundamental de mis blogs (especialmente en el tema de la pandemia) es compartir experiencias y conocimientos, no criticar algo sólo por criticar, sino plantear soluciones. Intento ser lo más objetivo posible, pero nadie puede ser cien por ciento objetivo. Siempre hay un límite que nos permite ser o intentar ser originales, con una opinión propia y algo de subjetividad. Lo importante es basarse en hechos y en noticias comprobadas, con veracidad.

LA IMPORTANCIA DE LAS VACUNAS

La vacuna (o las vacunas) contra la enfermedad Covid-19 (ocasionada por uno de muchos coronavirus) ha contribuido y seguirá contribuyendo a frenar la pandemia, en todo el mundo. Pero no es la solución del problema, sino solo una forma de mitigarlo. Mucha gente que ha sido vacunada, se ha contagiado y gran cantidad de pacientes vacunados ha muerto. La publicidad de las empresas farmacéuticas prometía inmunidad casi absoluta cuando comenzaron a comercializarla, las espectativas eran mayores que los resultados posteriores. Una de las vacunas que ha mostrado tener menos menos eficacia de la que se anunció antes de usarla en Europa, es la fabricada por Pfizer, que ha reconocido que su eficacia no es la que habían prometido al comienzo. Según esta empresa farmacéutica, su eficacia sería de 95%. Sin embargo, su eficacia real es de 91% y a los seis meses baja a solo 84%. Ahora, esta empresa farmacéutica, propone una tercera dosis, para asegurar mayor inmunidad. Las vacunas de Astra Zeneca, Moderna y Jansen tienen algo menos de efecividad. Sin embargo, todas ayudan a disminuir los síntomas y la tasa de mortalidad. Por lo tanto, aunque no nos gusten las vacunas, es necesario usarlas.

Hay varios países que han fabricado vacunas, entre ellos, Cuba. Pero los estudios y la administración de las vacunas cubanas jamás se los menciona en los medios de comunicación. A pesar de ser un país que ha visto disminuir enormemente sus ingresos económicos  -a causa de la pandemia y del bloqueo económico ejercido por Estados Unidos durante muchas décadas- y carecer de muchas materias primas para fabricar medicamentos, este país caribeño ha logrado fabricar varias vacunas, como Soberana y Abdala. Actualmente se ha vacunado, en Cuba, a casi dos millones de personas (VER). En otra entrada me referiré a Cuba, a la fabricación de sus distintas vacunas y a los acontenciminetos  del 11 de julio de este año.

Las medidas más eficaces, aparte de las vacunas, siguen siendo las que la OMS recomendó al comienzo de la pandemia. Pero también hay otras medidas que se deberían aplicar y de las que no se ha hablado mucho. Por otra parte, algunas medidas importantes no se respetan, como es la distancia social. Se celebran eventos deportivos, conciertos y reuniones políticas a alto nivel, en las que se recurre al uso de las mascarillas, como si eso fuera una especie de utensilio mágico. Se ve a gente con mascarillas (que ni siquiera usan bien) abrazándose o dándose codazos o saludándose con los puños. Para darse abrazos, codazos o saludarse de cualquier manera, acercando los cuerpos, aumenta el riesgo de contagio. ¿De qué sirve, entonces, la mascarilla? Se llega al extremo de que la gente se besa en cualquier parte, con o sin mascarilla. Parejas de enamorados se sacan su mascarilla para besarse, luego se la ponen, tal como lo hace mucha gente que se saca la mascarilla para beber, comer o fumar. Esa gente no está consciente de que la mascarilla se vuelve inservible cuando se la saca y vuelve a poner. No tiene sentido volverse a poner una mascarilla que ya ha estado en contacto con el aire o con alguna otra superficie, incluyendo nuestro propio cuerpo, como es el cuello húmedo por el sudor o por la grasa, con el consiguiente cultivo de bacterias que pueden ser nocivas para nuestra salud. ¿Dónde está, entonces la lógica en el uso de la mascarilla? Para que la protección de la mascarilla sea realmente eficaz deberíamos llevar con nosotros decenas de ellas y tomar excesivas precauciones cada vez que nos vamos a poner una nueva. ¿Es posible eso?

Los virus se transmiten, fundamentalmente, a través de las superficies u objetos, que los portadores de la enfermedad tocan o que ensucian al toser, estornudar o escupir. Personas sanas también pueden ser portadoras, al tocar esos objetos o superficies. En el aire, los virus no llegan muy lejos, puesto que son arrastrados hacia la tierra por la fuerza de gravedad. Los aerosoles pueden transportar el virus en el aire a distancias mayores dos metros. Entonces, lo que hay que evitar son los aerosoles y aumentar aún más la distancia entre personas cuando existe ese riesgo. Uno de los aerosoles que puede llevar el virus más lejos en el aire es el provocado por el humo de los cigarrillos. Por eso hay que alejarse más de la gente que fuma e incluso prohibir fumar en lugares donde transita gente. Por supuesto que el hacinamiento en superficies cerradas, como en los autobuses, vagones del metro, trenes y aviones, cuando es imposible mantener una distancia de seguridad, aumenta el riesgo de contagio. En esos casos conviene usar mascarilla.

No hay estudios que demuestren que la mayoría de contagios se debe a aerosoles o contacto con superficies u objetos. La gente se contagia, incluso cuando se toman -lo que se considera- adecuadas medidas de seguridad. Un ejemplo de esto son los muchos casos de contagios entre médicos y enfermeros. A pesar de que en los hospitales se usan mascarillas y otras medidas de seguridad, ha habido más contagiados entre el personal sanitario. Se ha organizado festivales artísticos con extremadas medidas de seguridad, tests de antígenos, uso de geles, mascarillas, etcétera. Aún así, en esos festivales han aumentado los contagios, como es el caso de Catalunya, en España (VER).

MEDIDAS EFICACES PARA EVITAR LOS CONTAGIOS

1.- Lo principal es mejorar nuestra alimentación y hacer ejercicio físico. Lamentablemente, esto es algo que solo un pequeño porcentaje de la población hace en forma adecuada, por desconocimiento o por falta de conciencia e interés. Los gobiernos deberían destinar recursos económicos para informar y motivar mejor a la gente sobre tan importante asunto. También se debe facilitar el acceso a los alimentos más nutritivos y saludables.

2.- Evitar tocar objetos o superficies que puedan haber sido tocados por otras personas, a menos que estemos en nuestra casa, en nuestro entorno familiar. Para ello se requiere que todos los miembros de nuestra familia sean sumamente cuidadosos cuando están fuera del hogar. Por supuesto que es imposible no tocar objetos como el dinero, los pasamanos, las manijas de los vehículos, los picaportes de puertas, los botones de ascensores o de los cajeros automáticos y muchos otros objetos. Hay dos puntos importantes que nos ayudan, en caso de vernos obligados a tocar esos objetos, son los puntos 3 y 4.

3.- Cuidar de nuestra higiene, pero sin exagerar (a esto me referiré más ampliamente en otro punto). Si hemos tocado objetos o superficies con nuestras manos debemos lavarlas apenas llegar a casa. Antes de ello debemos evitar tocarnos la cara, especialmente nariz, ojos y boca. Esto es muy difícil de hacer, porque todos estamos acostumbrados a rascarnos si sentimos alguna picazón o pasar los dedos por nuestros ojos para remover legañas, algún cabello de las cejas o pestañas, limpiarnos el sudor o por cualquier otro motivo.

4.- Usar guantes. La OMS no recomienda el uso de guantes, porque se considera que la gente que los use puede experimentar exceso de confianza y descuiden otras medidas (¿?). Sin embargo, el uso de las mascarillas sí produce exceso de confianza. Por otra parte, el riesgo de contacto con objetos y superficies es mayor que el contacto por aire. ¿Hasta cuándo vamos a ignorar esto? Debería recomendarse el uso de guantes. Lo importante es elegir guantes adecuados, no quirúgicos ni de aquellos que se usa para la limpieza. No existe, actualmente, un guante ideal, que pueda proteger la palma de la mano contra la humedad o superficies ásperas, pero que permita la respiración de la piel en la parte superior. Por ahora, se puede usar, guantes de trabajo. Ver otro punto sobre los guantes, más abajo.

5.- Respirar bien. Aspirar (o inhalar) por la nariz y exhalar por la boca (o nariz). La gran mayoría de la gente no sabe respirar adecuadamente. Al hablar, comenten el error de aspirar aire por la boca, cuando hacen una pausa. En Suecia, la mayoría de la gente habla hacia adentro, por la boca, cuando responden afirmativamente, por ejemplo. Es típica la expresión: "ju" (yuuu), un largo sí derivado de la palabra sueca ja, que se pronuncia como ya. Cuando vemos a periodistas o entrevistados hablando en la televisión, muchas veces notamos cómo hacen sus pausas tomando aire por la boca. También lo notamos cuando escuchamos la radio. Esto ocurre en todo el mundo. Ver otro punto sobre respiración, más abajo. En el siguiente enlace se puede ver cómo, periodista y entrevistado, respiran mal, especialmente el invitado (VER). No es necesario saber sueco para ver cómo habla el invitado, aspirando continuamente por la boca. Se podría encontrar miles de vídeos similares. 

6.- Alejarse de gente que tosa o estornude. Aunque seamos cuidadosos con nuestra salud y tengamos empatía suficiente para con otras personas e intentemos estornudar o toser con la precaución suficiente, hay otras personas que no lo hacen, que muestran gran irresponsabilidad, egoísmo o ignorancia. A estas personas no les importamos, para nada. Por eso debemos alejarnos -aún más- de gente que tenga problemas de salud, que expulsen sus gérmenes patógenos al aire, sin cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo u otra protección. También conviene alejarse más de la gente que fuma. Recordemos que los aerosoles facilitan el transporte de virus a mayores distancias. Si hay viento, protejámonos más del lado que éste sopla.

7.- Evitar lugares donde haya mucha gente y no se pueda mantener la distancia adecuada. No basta con las recomendaciones que dan las autoridades, de máximo cincuenta o más personas. Aunque la cantidad sea menor a cincuenta personas, no conviene estar en espacios cerrados.

8.- Evitar lugares con mala ventilación. La ventilación es muy importante para que los virus no se concentren en un espaco limitado. La carga viral depende, en parte, de la cantidad de virus que una persona pueda recibir en nuestro cuerpo. Mientras mayor cantidad de virus entra a nuestro organismo, mayor es el riesgo de que nuestro sistema inmune se vea sobrepasado. Para tener buena ventilación no debe considerarse el aire acondicionado, porque los sistemas de aire acondicionado son cerrados y pueden contribuir a aumentar los contagios por aerosoler (VER).

9.- Cuando hablemos con otras personas y estamos muy cerca, evitemos hablar frente a frente (cara a cara, como solemos decir). Es conveniente hablar hacia adelante, de tal modo que las gotas de saliva salten hacia otros objetos, pero no hacia la persona que está a nuestro lado. Esto es importante si se viaja en un automóvil o autobús. La otra persona no debe creer que se trata de falta de respeto. Se lo podemos explicar y pedir que haga lo mismo que nosotros. Así podemos hablar con mayor seguridad, con menos riesgo de intercambiar saliva.

Si bien hay una gran variedad de vitaminas, minerales y otras sustancias que fortalecen nuestro sistema inmune, no existe una vitamina que evite, por sí sola, los contagios. Tampoco existe un tipo de alimento que pueda ser suficiente. Todos los alimentos son necesarios y lo que se debe hacer es usarlos debidamente y en las proporciones correctas. Aún así, la buena alimentación, por sí sola, tampoco es suficiente, sino solo una parte importante, para fortalecer nuestro sistema inmune. Por supuesto que no hay medicamento alguno (con excepción de vacunas) que puedan defendernos contra el virus. Lo que sí hay son fármacos que nos pueden ayudar a respirar mejor. 

Antes de seguir leyendo esta entrada, puede ser interesante leer las últimas informaciones publicadas por la OMS. Esa página se actualiza periódicamente y hay muchos puntos de coincidencia con lo escrito en este blog. ABRIR AQUÍ. La página de la OMS tiene algunas secciones que deberían actualizarse más a menudo. Algunas informaciones son de noviembre de 2020. Ojalá esas deficiencias se corrijan pronto.

Ampliación del punto nro 3: LA HIGIENE.

Cuando se quiso concienciar a la gente de la importancia del lavado de manos, se publicaron muchos vídeos que se hicieron virales. En uno de ellos, unos niños jugaban a lavarse las manos. Lo hacían continuamente, usando mucho jabón. Se entendía la idea, pero se exageraba. Si bien debemos lavarnos las manos a menudo, tenemos que pensar en que el consumo de recursos naturales es limitado, como es el agua. Derrochar el agua lavándose demasiado seguido no es bueno para el ambiente. Lea algo sobre esto AQUÍ. El uso excesivo de jabón y detergentes también contribuye a emperorar el ambiente. Por eso debemos usarlo únicamente cuando sea necesario y su uso debe ser moderano, nunca en exceso. Lea algo sobre esto AQUÍ. No es conveniente usar mucho los geles desinfectantes, que se han hecho tan famosos, especialmente desde que comenzó la pandemia, porque pueden dañar la piel. Lea más sobre esto AQUÍ

Ampliación del punto nro 4: USO DE GUANTES.

Así como se recomienda el uso de mascarillas, algo que no se ha demostrado que realmente haya contribuido a evitar los contagios, con excepción de en lugares muy cerrados, con mala ventilación y donde no puede haber distancia suficiente; también se debería recomendar el uso de guantes. Lamentabemente no existen guantes adecuados, pero se puede recurrir a algunos guantes de trabajo, hasta que alguna empresa fabrique guantes que sean más eficases para evitar el contacto directo de nuestra piel con las superficies infectadas. Recordemos que el virus puede vivir varias horas y hasta días en objetos o superficies. Da la impresión de que nadie se ha dado cuenta de esta verdad irrefutable, a pesar de que fueron las primeras informaciones que se dieron desde el comienzo de la pandemia. Incluso, mucho antes, ya se sabía que los virus y bacterias pueden vivir mucho tiempo en cualquier superficie, indiferentemente de si es de papel, plástico, metal o cualquier otro material. Lea más sobre esto AQUÍ y AQUÍ. En el papel, un virus puede sobrevivir hasta cuatro días, por ejemplo. Si leemos un libro de una biblioteca podemos contagiarnos. Si tomamos monedas o billetes, también. Lo ideal sería no tocar un libro o una revista hasta que pasen varios días sin que otra persona los haya tocado. En cuanto al dinero, es muy difícil no usarlo. En la mayoría de los países del mundo se usa dinero, aún. En países más desarrollados ya casi no se lo utiliza, como es el caso de Suecia. En este país nórdico casi todos los pagos se hacen con ayuda del teléfono móvil o en forma digital, con identificación electrónica. El uso de tarjetas nos da mayor seguridad, pero también podemos contaminarlas al apretar los botones de cajeros automáticos o de las cajas de supermercados o tiendas. Contaminamos la tarjeta y contaminamos nuestras manos. Deberíamos pensar que lo expuesto en este punto puede justificar por  qué tanta gente se contagia, a pesar de usar mascarillas e incluso mantienen buena distancia de seguridad.

Ampliación del punto nro 4: USO DE GUANTES.

En los hospitales se usa guantes, especialmente en los quirófanos. Son guantes especiales, para uso exclusivo de médicos y enfermeros. Son de un solo uso, por lo que no son recomendables para utilización fuera de esos recintos. Al contrario, esos guantes se pueden romper fácilmente al entrar en contacto con superficies afiladas, además de ser muy incómodos. Los guantes que se utilizan para limpieza y que nos protegen de fuertes detergentes y líquidos extremadamente ácidos, tampoco son adecuados para utilizarlos en el uso diario. También son cómodos. Tanto los guantes quirúrgicos como los de limpieza, no son para usar mucho tiempo, porque impiden la adecuada ventilación e hidratación de la piel. Los guantes que se usan para el frío son aún más incómodos. Guantes de trabajo hay de muchos tipos, pero ninguno de ellos son cómodos y no nos permiten buena ventilación de nuestra epidermis. Se debe fabricar un tipo de guantes de mejor calidad, pero a ninguna fábrica de guantes le ha interesado hacerlo. Por ahora, conviene usar un tipo de guantes que se asemejen lo más posible a los ideales. Ojalá que la OMS o alguna otra entidad sanitaria considere el uso de guantes como una mejor alternativa a otras, que no tienen suficiente efectividad. Lo importante es saber usarlos, alternarlos y desinfectarlos cuando nos los saquemos. ¿Cuándo y dónde usarlos? Únicamente fuera de casa, cuando es necesario asir cosas que tocan otras personas o donde otra gente las pueda haber contaminado al toser, estornudar o escupir. En realidad, todo lo que puede haber sido infectado por virus u otros gérmenes patógenos. No olvidemos que no sólo hay un virus peligroso. Hay miles de virus, bacterias y hongos, que han ocasionado muertes tempranas desde hace millones de años.

Ampliación de puntos nro 1 y 3: ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO FÍSICO, HIGIENE.

Para quienes vivimos en países europeos u otros países que tienen una economía avanzada, no debería ser problema aplicar estas medidas. Con buenas campañas de información se puede lograr excelentes resultados. En estos países se derrochan muchos recursos y se destinan fondos a servicios o actividades comerciales que muchas veces ni siquiera son necesarias. Los recursos mal empleados deberían redirigirse y mejorar la distribución de los mismos, centrándose en las metas sanitarias necesarias para frenar en forma más efectiva la pandemia. Por otra parte, en países menos desarrollados, hay falta de equipos, de preparación técnica e intelectual, de recursos muy importantes, como el agua potable. ¿Cómo le podemos exigir o recomendar a esa gente que cuide su higiene cuando ni siquiera tienen acceso al agua para calmar su sed o preparar alimentos¿Cómo les podemos recomendar que se alimenten en forma adecuada si ni siquiera tienen acceso a los más básicos productos que les pueden proporcionar vitaminas, sales minerales y proteínas? ¿Cómo les podemos recomendar ejercicio físico si carecen de equipos necesarios, de ayuda profesional y de energía suficiente para poderlos llevar a cabo? Estas personas están más expuestas a todo tipo de virus, bacterias y hongos, que pueden ocasionar múltiples enfermedades. Una vez más se repite el hecho de que los países ricos tienen mayores oportunidades para combatir enfermedades. También se repite el otro hecho: los pobres son los más afectados. Los ricos tienen mayores posibilidades de evitar las enfermedades y pueden seguir enriqueciéndose a costa del sufrimiento de los más pobres.

Nueva ampliación, punto nro 3: LA HIGIENE - UÑAS POSTIZAS

He dejado aparte este tema, al que pocos se han referido antes, pero que puede ser muy importante. También es muy sensible, porque puede enfadar y preocupar a muchas profesionales que se dedican a la manicura, especialmente, si están especializadas en poner uñas postizas. La mayoría de las mujeres usan esas sucedáneas de algo normal. En esa forma pueden esconder posibles defectos o porque creen que sus uñas naturales no son suficientemente hermosas. Es la misma vanidad que lleva a muchas mujeres  a operarse los pechos que, en la gran mayoría de los casos, no tienen absolutamente ningún defecto. Debajo de nuestras uñas se puede acumular mucha basura, que a veces es visible. Es una capa negra, que podemos limpiar con una lima u otro instrumento de limpieza. Si nuestras uñas son cortas y transparentes, podemos descubrir (mejor dicho, ver) la suciedad y es más fácil limpiarlas. Si se usa uñas postizas es imposible ver la suciedad y es muy difícil limpiar esa parte del dedo. Tal vez hay que sacrificar un poco la vanidad y acostumbrarse a usar uñas propias, cortas y sin pintar. Es la mejor forma de mantener una buena higiene en esa parte de nuestro cuerpo. Conviene recordar que en un gramo de tierra o polvo puede haber millones de bacterias y virus (VER DATOS Y CIFRAS DE LA  FAO). Hay personas que son muy ágiles al usar sus dedos, cuando conducen un vehículo o manipulan sus teléfonos móviles, a pesar e sus larguísimas uñas. Pero estas personas no están conscientes del gran peligro que puede estar escondido debajo de las mismas. (VER).

Ampliación del punto nro 5. RESPIRACIÓN - CÓMO RESPIRAR

La respiración es la función biológica más importante para todo ser vivo del reino animal, al que pertenecemos los seres humanos. Gracias a nuestro sistema respiratorio, obtenemos oxígeno que hay en el aire. Nuestro sistema repiratorio se compone de fosas nasales (ubicadas en la nariz), faringe, laringe, tráquea, pulmones, músculos intercostales, diafragma y pleura. La nariz es la parte que filtra el aire que inhalamos. Ahí tenemos las fimbrias o cilios (vellocidades), que detienen a las partículas grandes. En las cavidades de la nariz también hay mucosa, que ayuda a atrapar los elementos no gaseosos. En la faringe tenemos aún más mucosas defensivas que continúan el trabajo que antes hacen los cilios y las mucosas de las fosas nasales. Es en esos dos lugares donde tenemos la posibilidad de detener y aniquilar a los gérmenes invasores. Es aquí donde se distribuye el paso del aire y de los alimentos, pero puede ocurrir que los gérmenes que entran por la boca pasen libremente hacia el resto del sistema respiratorio, por carecer la boca de las defensas que tenemos en la nariz. Es por eso que hay mayor riesgo de que se produzcan infecciones que nos impidan respirar. Lo ideal es inhalar sólo por la nariz, no por la boca. Exhalar, para deshacernos del dióxido de carbono, se puede hacer, tanto por la boca como por la nariz. Tanto el aparato respiratorio como todos los demás sistemas de nuestro cuerpo se benefician de un buen ejercicio físico. Además, hay buenos ejercicios para fortalecer nuestros pulmones. La cantidad de aire que guardamos en ellos y su capacidad para vaciar y llenarlos de oxígeno nos ayuda a tener una mejor respiración y rechazar con más fuerza a los gérmenes infecciosos. Recomiendo leer sobre cómo funciona el aparato respiratorio y cómo se lo puede fortalecer.

Continúa en la segunda parte.