LA IMPORTANCIA DE LAS VACUNAS
La vacuna (o las vacunas) contra la enfermedad Covid-19 (ocasionada por uno de muchos coronavirus) ha contribuido y seguirá contribuyendo a frenar la pandemia, en todo el mundo. Pero no es la solución del problema, sino solo una forma de mitigarlo. Mucha gente que ha sido vacunada, se ha contagiado y gran cantidad de pacientes vacunados ha muerto. La publicidad de las empresas farmacéuticas prometía inmunidad casi absoluta cuando comenzaron a comercializarla, las espectativas eran mayores que los resultados posteriores. Una de las vacunas que ha mostrado tener menos menos eficacia de la que se anunció antes de usarla en Europa, es la fabricada por Pfizer, que ha reconocido que su eficacia no es la que habían prometido al comienzo. Según esta empresa farmacéutica, su eficacia sería de 95%. Sin embargo, su eficacia real es de 91% y a los seis meses baja a solo 84%. Ahora, esta empresa farmacéutica, propone una tercera dosis, para asegurar mayor inmunidad. Las vacunas de Astra Zeneca, Moderna y Jansen tienen algo menos de efecividad. Sin embargo, todas ayudan a disminuir los síntomas y la tasa de mortalidad. Por lo tanto, aunque no nos gusten las vacunas, es necesario usarlas.
Hay varios países que han fabricado vacunas, entre ellos, Cuba. Pero los estudios y la administración de las vacunas cubanas jamás se los menciona en los medios de comunicación. A pesar de ser un país que ha visto disminuir enormemente sus ingresos económicos -a causa de la pandemia y del bloqueo económico ejercido por Estados Unidos durante muchas décadas- y carecer de muchas materias primas para fabricar medicamentos, este país caribeño ha logrado fabricar varias vacunas, como Soberana y Abdala. Actualmente se ha vacunado, en Cuba, a casi dos millones de personas (VER). En otra entrada me referiré a Cuba, a la fabricación de sus distintas vacunas y a los acontenciminetos del 11 de julio de este año.
Las medidas más eficaces, aparte de las vacunas, siguen siendo las que la OMS recomendó al comienzo de la pandemia. Pero también hay otras medidas que se deberían aplicar y de las que no se ha hablado mucho. Por otra parte, algunas medidas importantes no se respetan, como es la distancia social. Se celebran eventos deportivos, conciertos y reuniones políticas a alto nivel, en las que se recurre al uso de las mascarillas, como si eso fuera una especie de utensilio mágico. Se ve a gente con mascarillas (que ni siquiera usan bien) abrazándose o dándose codazos o saludándose con los puños. Para darse abrazos, codazos o saludarse de cualquier manera, acercando los cuerpos, aumenta el riesgo de contagio. ¿De qué sirve, entonces, la mascarilla? Se llega al extremo de que la gente se besa en cualquier parte, con o sin mascarilla. Parejas de enamorados se sacan su mascarilla para besarse, luego se la ponen, tal como lo hace mucha gente que se saca la mascarilla para beber, comer o fumar. Esa gente no está consciente de que la mascarilla se vuelve inservible cuando se la saca y vuelve a poner. No tiene sentido volverse a poner una mascarilla que ya ha estado en contacto con el aire o con alguna otra superficie, incluyendo nuestro propio cuerpo, como es el cuello húmedo por el sudor o por la grasa, con el consiguiente cultivo de bacterias que pueden ser nocivas para nuestra salud. ¿Dónde está, entonces la lógica en el uso de la mascarilla? Para que la protección de la mascarilla sea realmente eficaz deberíamos llevar con nosotros decenas de ellas y tomar excesivas precauciones cada vez que nos vamos a poner una nueva. ¿Es posible eso?
Los virus se transmiten, fundamentalmente, a través de las superficies u objetos, que los portadores de la enfermedad tocan o que ensucian al toser, estornudar o escupir. Personas sanas también pueden ser portadoras, al tocar esos objetos o superficies. En el aire, los virus no llegan muy lejos, puesto que son arrastrados hacia la tierra por la fuerza de gravedad. Los aerosoles pueden transportar el virus en el aire a distancias mayores dos metros. Entonces, lo que hay que evitar son los aerosoles y aumentar aún más la distancia entre personas cuando existe ese riesgo. Uno de los aerosoles que puede llevar el virus más lejos en el aire es el provocado por el humo de los cigarrillos. Por eso hay que alejarse más de la gente que fuma e incluso prohibir fumar en lugares donde transita gente. Por supuesto que el hacinamiento en superficies cerradas, como en los autobuses, vagones del metro, trenes y aviones, cuando es imposible mantener una distancia de seguridad, aumenta el riesgo de contagio. En esos casos conviene usar mascarilla.
No hay estudios que demuestren que la mayoría de contagios se debe a aerosoles o contacto con superficies u objetos. La gente se contagia, incluso cuando se toman -lo que se considera- adecuadas medidas de seguridad. Un ejemplo de esto son los muchos casos de contagios entre médicos y enfermeros. A pesar de que en los hospitales se usan mascarillas y otras medidas de seguridad, ha habido más contagiados entre el personal sanitario. Se ha organizado festivales artísticos con extremadas medidas de seguridad, tests de antígenos, uso de geles, mascarillas, etcétera. Aún así, en esos festivales han aumentado los contagios, como es el caso de Catalunya, en España (VER).
MEDIDAS EFICACES PARA EVITAR LOS CONTAGIOS
1.- Lo principal es mejorar nuestra alimentación y hacer ejercicio físico. Lamentablemente, esto es algo que solo un pequeño porcentaje de la población hace en forma adecuada, por desconocimiento o por falta de conciencia e interés. Los gobiernos deberían destinar recursos económicos para informar y motivar mejor a la gente sobre tan importante asunto. También se debe facilitar el acceso a los alimentos más nutritivos y saludables.
2.- Evitar tocar objetos o superficies que puedan haber sido tocados por otras personas, a menos que estemos en nuestra casa, en nuestro entorno familiar. Para ello se requiere que todos los miembros de nuestra familia sean sumamente cuidadosos cuando están fuera del hogar. Por supuesto que es imposible no tocar objetos como el dinero, los pasamanos, las manijas de los vehículos, los picaportes de puertas, los botones de ascensores o de los cajeros automáticos y muchos otros objetos. Hay dos puntos importantes que nos ayudan, en caso de vernos obligados a tocar esos objetos, son los puntos 3 y 4.
3.- Cuidar de nuestra higiene, pero sin exagerar (a esto me referiré más ampliamente en otro punto). Si hemos tocado objetos o superficies con nuestras manos debemos lavarlas apenas llegar a casa. Antes de ello debemos evitar tocarnos la cara, especialmente nariz, ojos y boca. Esto es muy difícil de hacer, porque todos estamos acostumbrados a rascarnos si sentimos alguna picazón o pasar los dedos por nuestros ojos para remover legañas, algún cabello de las cejas o pestañas, limpiarnos el sudor o por cualquier otro motivo.
4.- Usar guantes. La OMS no recomienda el uso de guantes, porque se considera que la gente que los use puede experimentar exceso de confianza y descuiden otras medidas (¿?). Sin embargo, el uso de las mascarillas sí produce exceso de confianza. Por otra parte, el riesgo de contacto con objetos y superficies es mayor que el contacto por aire. ¿Hasta cuándo vamos a ignorar esto? Debería recomendarse el uso de guantes. Lo importante es elegir guantes adecuados, no quirúgicos ni de aquellos que se usa para la limpieza. No existe, actualmente, un guante ideal, que pueda proteger la palma de la mano contra la humedad o superficies ásperas, pero que permita la respiración de la piel en la parte superior. Por ahora, se puede usar, guantes de trabajo. Ver otro punto sobre los guantes, más abajo.
5.- Respirar bien. Aspirar (o inhalar) por la nariz y exhalar por la boca (o nariz). La gran mayoría de la gente no sabe respirar adecuadamente. Al hablar, comenten el error de aspirar aire por la boca, cuando hacen una pausa. En Suecia, la mayoría de la gente habla hacia adentro, por la boca, cuando responden afirmativamente, por ejemplo. Es típica la expresión: "ju" (yuuu), un largo sí derivado de la palabra sueca ja, que se pronuncia como ya. Cuando vemos a periodistas o entrevistados hablando en la televisión, muchas veces notamos cómo hacen sus pausas tomando aire por la boca. También lo notamos cuando escuchamos la radio. Esto ocurre en todo el mundo. Ver otro punto sobre respiración, más abajo. En el siguiente enlace se puede ver cómo, periodista y entrevistado, respiran mal, especialmente el invitado (VER). No es necesario saber sueco para ver cómo habla el invitado, aspirando continuamente por la boca. Se podría encontrar miles de vídeos similares.
6.- Alejarse de gente que tosa o estornude. Aunque seamos cuidadosos con nuestra salud y tengamos empatía suficiente para con otras personas e intentemos estornudar o toser con la precaución suficiente, hay otras personas que no lo hacen, que muestran gran irresponsabilidad, egoísmo o ignorancia. A estas personas no les importamos, para nada. Por eso debemos alejarnos -aún más- de gente que tenga problemas de salud, que expulsen sus gérmenes patógenos al aire, sin cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo u otra protección. También conviene alejarse más de la gente que fuma. Recordemos que los aerosoles facilitan el transporte de virus a mayores distancias. Si hay viento, protejámonos más del lado que éste sopla.
7.- Evitar lugares donde haya mucha gente y no se pueda mantener la distancia adecuada. No basta con las recomendaciones que dan las autoridades, de máximo cincuenta o más personas. Aunque la cantidad sea menor a cincuenta personas, no conviene estar en espacios cerrados.
8.- Evitar lugares con mala ventilación. La ventilación es muy importante para que los virus no se concentren en un espaco limitado. La carga viral depende, en parte, de la cantidad de virus que una persona pueda recibir en nuestro cuerpo. Mientras mayor cantidad de virus entra a nuestro organismo, mayor es el riesgo de que nuestro sistema inmune se vea sobrepasado. Para tener buena ventilación no debe considerarse el aire acondicionado, porque los sistemas de aire acondicionado son cerrados y pueden contribuir a aumentar los contagios por aerosoler (VER).
9.- Cuando hablemos con otras personas y estamos muy cerca, evitemos hablar frente a frente (cara a cara, como solemos decir). Es conveniente hablar hacia adelante, de tal modo que las gotas de saliva salten hacia otros objetos, pero no hacia la persona que está a nuestro lado. Esto es importante si se viaja en un automóvil o autobús. La otra persona no debe creer que se trata de falta de respeto. Se lo podemos explicar y pedir que haga lo mismo que nosotros. Así podemos hablar con mayor seguridad, con menos riesgo de intercambiar saliva.
Si bien hay una gran variedad de vitaminas, minerales y otras sustancias que fortalecen nuestro sistema inmune, no existe una vitamina que evite, por sí sola, los contagios. Tampoco existe un tipo de alimento que pueda ser suficiente. Todos los alimentos son necesarios y lo que se debe hacer es usarlos debidamente y en las proporciones correctas. Aún así, la buena alimentación, por sí sola, tampoco es suficiente, sino solo una parte importante, para fortalecer nuestro sistema inmune. Por supuesto que no hay medicamento alguno (con excepción de vacunas) que puedan defendernos contra el virus. Lo que sí hay son fármacos que nos pueden ayudar a respirar mejor.
Antes de seguir leyendo esta entrada, puede ser interesante leer las últimas informaciones publicadas por la OMS. Esa página se actualiza periódicamente y hay muchos puntos de coincidencia con lo escrito en este blog. ABRIR AQUÍ. La página de la OMS tiene algunas secciones que deberían actualizarse más a menudo. Algunas informaciones son de noviembre de 2020. Ojalá esas deficiencias se corrijan pronto.
Ampliación del punto nro 3: LA HIGIENE.
Cuando se quiso concienciar a la gente de la importancia del lavado de manos, se publicaron muchos vídeos que se hicieron virales. En uno de ellos, unos niños jugaban a lavarse las manos. Lo hacían continuamente, usando mucho jabón. Se entendía la idea, pero se exageraba. Si bien debemos lavarnos las manos a menudo, tenemos que pensar en que el consumo de recursos naturales es limitado, como es el agua. Derrochar el agua lavándose demasiado seguido no es bueno para el ambiente. Lea algo sobre esto AQUÍ. El uso excesivo de jabón y detergentes también contribuye a emperorar el ambiente. Por eso debemos usarlo únicamente cuando sea necesario y su uso debe ser moderano, nunca en exceso. Lea algo sobre esto AQUÍ. No es conveniente usar mucho los geles desinfectantes, que se han hecho tan famosos, especialmente desde que comenzó la pandemia, porque pueden dañar la piel. Lea más sobre esto AQUÍ.
Ampliación del punto nro 4: USO DE GUANTES.
Así como se recomienda el uso de mascarillas, algo que no se ha demostrado que realmente haya contribuido a evitar los contagios, con excepción de en lugares muy cerrados, con mala ventilación y donde no puede haber distancia suficiente; también se debería recomendar el uso de guantes. Lamentabemente no existen guantes adecuados, pero se puede recurrir a algunos guantes de trabajo, hasta que alguna empresa fabrique guantes que sean más eficases para evitar el contacto directo de nuestra piel con las superficies infectadas. Recordemos que el virus puede vivir varias horas y hasta días en objetos o superficies. Da la impresión de que nadie se ha dado cuenta de esta verdad irrefutable, a pesar de que fueron las primeras informaciones que se dieron desde el comienzo de la pandemia. Incluso, mucho antes, ya se sabía que los virus y bacterias pueden vivir mucho tiempo en cualquier superficie, indiferentemente de si es de papel, plástico, metal o cualquier otro material. Lea más sobre esto AQUÍ y AQUÍ. En el papel, un virus puede sobrevivir hasta cuatro días, por ejemplo. Si leemos un libro de una biblioteca podemos contagiarnos. Si tomamos monedas o billetes, también. Lo ideal sería no tocar un libro o una revista hasta que pasen varios días sin que otra persona los haya tocado. En cuanto al dinero, es muy difícil no usarlo. En la mayoría de los países del mundo se usa dinero, aún. En países más desarrollados ya casi no se lo utiliza, como es el caso de Suecia. En este país nórdico casi todos los pagos se hacen con ayuda del teléfono móvil o en forma digital, con identificación electrónica. El uso de tarjetas nos da mayor seguridad, pero también podemos contaminarlas al apretar los botones de cajeros automáticos o de las cajas de supermercados o tiendas. Contaminamos la tarjeta y contaminamos nuestras manos. Deberíamos pensar que lo expuesto en este punto puede justificar por qué tanta gente se contagia, a pesar de usar mascarillas e incluso mantienen buena distancia de seguridad.
Ampliación del punto nro 4: USO DE GUANTES.
En los hospitales se usa guantes, especialmente en los quirófanos. Son guantes especiales, para uso exclusivo de médicos y enfermeros. Son de un solo uso, por lo que no son recomendables para utilización fuera de esos recintos. Al contrario, esos guantes se pueden romper fácilmente al entrar en contacto con superficies afiladas, además de ser muy incómodos. Los guantes que se utilizan para limpieza y que nos protegen de fuertes detergentes y líquidos extremadamente ácidos, tampoco son adecuados para utilizarlos en el uso diario. También son cómodos. Tanto los guantes quirúrgicos como los de limpieza, no son para usar mucho tiempo, porque impiden la adecuada ventilación e hidratación de la piel. Los guantes que se usan para el frío son aún más incómodos. Guantes de trabajo hay de muchos tipos, pero ninguno de ellos son cómodos y no nos permiten buena ventilación de nuestra epidermis. Se debe fabricar un tipo de guantes de mejor calidad, pero a ninguna fábrica de guantes le ha interesado hacerlo. Por ahora, conviene usar un tipo de guantes que se asemejen lo más posible a los ideales. Ojalá que la OMS o alguna otra entidad sanitaria considere el uso de guantes como una mejor alternativa a otras, que no tienen suficiente efectividad. Lo importante es saber usarlos, alternarlos y desinfectarlos cuando nos los saquemos. ¿Cuándo y dónde usarlos? Únicamente fuera de casa, cuando es necesario asir cosas que tocan otras personas o donde otra gente las pueda haber contaminado al toser, estornudar o escupir. En realidad, todo lo que puede haber sido infectado por virus u otros gérmenes patógenos. No olvidemos que no sólo hay un virus peligroso. Hay miles de virus, bacterias y hongos, que han ocasionado muertes tempranas desde hace millones de años.
Ampliación de puntos nro 1 y 3: ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO FÍSICO, HIGIENE.
Para quienes vivimos en países europeos u otros países que tienen una economía avanzada, no debería ser problema aplicar estas medidas. Con buenas campañas de información se puede lograr excelentes resultados. En estos países se derrochan muchos recursos y se destinan fondos a servicios o actividades comerciales que muchas veces ni siquiera son necesarias. Los recursos mal empleados deberían redirigirse y mejorar la distribución de los mismos, centrándose en las metas sanitarias necesarias para frenar en forma más efectiva la pandemia. Por otra parte, en países menos desarrollados, hay falta de equipos, de preparación técnica e intelectual, de recursos muy importantes, como el agua potable. ¿Cómo le podemos exigir o recomendar a esa gente que cuide su higiene cuando ni siquiera tienen acceso al agua para calmar su sed o preparar alimentos? ¿Cómo les podemos recomendar que se alimenten en forma adecuada si ni siquiera tienen acceso a los más básicos productos que les pueden proporcionar vitaminas, sales minerales y proteínas? ¿Cómo les podemos recomendar ejercicio físico si carecen de equipos necesarios, de ayuda profesional y de energía suficiente para poderlos llevar a cabo? Estas personas están más expuestas a todo tipo de virus, bacterias y hongos, que pueden ocasionar múltiples enfermedades. Una vez más se repite el hecho de que los países ricos tienen mayores oportunidades para combatir enfermedades. También se repite el otro hecho: los pobres son los más afectados. Los ricos tienen mayores posibilidades de evitar las enfermedades y pueden seguir enriqueciéndose a costa del sufrimiento de los más pobres.
Nueva ampliación, punto nro 3: LA HIGIENE - UÑAS POSTIZAS
He dejado aparte este tema, al que pocos se han referido antes, pero que puede ser muy importante. También es muy sensible, porque puede enfadar y preocupar a muchas profesionales que se dedican a la manicura, especialmente, si están especializadas en poner uñas postizas. La mayoría de las mujeres usan esas sucedáneas de algo normal. En esa forma pueden esconder posibles defectos o porque creen que sus uñas naturales no son suficientemente hermosas. Es la misma vanidad que lleva a muchas mujeres a operarse los pechos que, en la gran mayoría de los casos, no tienen absolutamente ningún defecto. Debajo de nuestras uñas se puede acumular mucha basura, que a veces es visible. Es una capa negra, que podemos limpiar con una lima u otro instrumento de limpieza. Si nuestras uñas son cortas y transparentes, podemos descubrir (mejor dicho, ver) la suciedad y es más fácil limpiarlas. Si se usa uñas postizas es imposible ver la suciedad y es muy difícil limpiar esa parte del dedo. Tal vez hay que sacrificar un poco la vanidad y acostumbrarse a usar uñas propias, cortas y sin pintar. Es la mejor forma de mantener una buena higiene en esa parte de nuestro cuerpo. Conviene recordar que en un gramo de tierra o polvo puede haber millones de bacterias y virus (VER DATOS Y CIFRAS DE LA FAO). Hay personas que son muy ágiles al usar sus dedos, cuando conducen un vehículo o manipulan sus teléfonos móviles, a pesar e sus larguísimas uñas. Pero estas personas no están conscientes del gran peligro que puede estar escondido debajo de las mismas. (VER).
Ampliación del punto nro 5. RESPIRACIÓN - CÓMO RESPIRAR
La respiración es la función biológica más importante para todo ser vivo del reino animal, al que pertenecemos los seres humanos. Gracias a nuestro sistema respiratorio, obtenemos oxígeno que hay en el aire. Nuestro sistema repiratorio se compone de fosas nasales (ubicadas en la nariz), faringe, laringe, tráquea, pulmones, músculos intercostales, diafragma y pleura. La nariz es la parte que filtra el aire que inhalamos. Ahí tenemos las fimbrias o cilios (vellocidades), que detienen a las partículas grandes. En las cavidades de la nariz también hay mucosa, que ayuda a atrapar los elementos no gaseosos. En la faringe tenemos aún más mucosas defensivas que continúan el trabajo que antes hacen los cilios y las mucosas de las fosas nasales. Es en esos dos lugares donde tenemos la posibilidad de detener y aniquilar a los gérmenes invasores. Es aquí donde se distribuye el paso del aire y de los alimentos, pero puede ocurrir que los gérmenes que entran por la boca pasen libremente hacia el resto del sistema respiratorio, por carecer la boca de las defensas que tenemos en la nariz. Es por eso que hay mayor riesgo de que se produzcan infecciones que nos impidan respirar. Lo ideal es inhalar sólo por la nariz, no por la boca. Exhalar, para deshacernos del dióxido de carbono, se puede hacer, tanto por la boca como por la nariz. Tanto el aparato respiratorio como todos los demás sistemas de nuestro cuerpo se benefician de un buen ejercicio físico. Además, hay buenos ejercicios para fortalecer nuestros pulmones. La cantidad de aire que guardamos en ellos y su capacidad para vaciar y llenarlos de oxígeno nos ayuda a tener una mejor respiración y rechazar con más fuerza a los gérmenes infecciosos. Recomiendo leer sobre cómo funciona el aparato respiratorio y cómo se lo puede fortalecer.
Continúa en la segunda parte.
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