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jueves, 12 de agosto de 2021

CORONAVIRUS: NO BASTA CON LA VACUNA - SEGUNDA PARTE

Continuación de la entrada del 1 de agosto 2021.

SOBRE LOS AEROSOLES

¿Qué es un aerosol? 

Un aerosol se produce cuando un gas comprimido en un espacio muy cerrado es lanzado hacia el exterior. Los aerosoles son pequeñas partículas que hay momentáneamente  en el aire, a causa de fuerzas ejercidas sobre ellas. Un ejemplo son los desodorantes de spray y otros productos almacenados en tubos y que han sido introducidos allí a presión. Otros ejemplos son los aerosoles producidos por tormentas de arena, el choque de las olas del mar sobre las rocas, los gases de escape de automóviles u otros vehículos, las cenizas expulsadas por volcanes en erupción o el humo de incendios, fogatas o cuando se fuma. Cuando hablamos, tosemos o estornudamos, también se producen aerosoles, pero éstos no son expulsados muy lejos del cuerpo ni duran mucho tiempo en el aire. Cuando se estornuda o se tose, la velocidad y la distancia es mayor que cuando hablamos. En esos casos, los virus pueden ser transportados a más de dos metros. Si los aerosoles que expulsamos por la boca o nariz, se mezclan con otros aerosoles, como el humo, por ejemplo, la distancia a la que sin transportados los virus pueden llegar a distancias mucho mayores.

¿Cuál es la mejor forma de protegerse de los aerosoles?

Lo que ya se ha dicho hasta el cansancio: mantener suficiente distancia entre las personas que no conviven, que viven bajo un mismo techo. Al comienzo de la pandemia se recomendaba mínimo un metro de distancia. Después se ha recomendado dos metros, aunque hay entidades que recomiendan aún mayor distancia. Pero tenemos que tener en cuenta que la fuerza de gravedad atrae a todos los cuerpos hacia la tierra. Además, a medida que aumenta la distancia, las partículas se separan cada vez más. Por lo tanto, la peligrosidad de los virus que son transportados por las gotitas de agua, disminuye. Por otra parte, si los aerosoles se unen, como en el caso del humo del cigarrilo, aumenta más el riesgo, por lo que conviene alejarse más de una persona que fuma. También deberíamos considerar en qué dirección sopla el viento. Hay mayor riesgo del lado que viene el viento. 

Otros consejos:

No conviene usar escaleras mecánicas, porque mucha gente se detiene, se deja llevar por el mecanismo de la escalera, lo que la convierte en una especie de recinto cerrado, más aún si la escalera está bajo techo. Tampoco es conveniente usar los ascensores, porque allí se estacionan los aerosoles expelidos por otras personas. Conviene entrar cuando está vacío o si estamos seguros de que éste se ha detenido por un largo tiempo, antes de llegar a nuestro piso. Otro lugar de riesgo son las puertas giratorias, que también conviene evitar. Lo mismo que en los ascensores, los aerosoles se mantienen allí por más tiempo.

Si tomamos todas esas precausiones no hay motivo alguno para usar mascarilla. La mejor medida es mantener la distancia social.

DÓNDE HACER EJERCICIOS FÍSICOS

1. CORRER. Lo ideal es correr o trotar al aire libre. Pero conviene hacerlo en lugares donde se pueda mantener aún mayor distancia de cuando caminamos, sobre todo si otras personas también corren. Si no hay posbilidades de realizar esta actividad en forma segura, conviene hacerlo en casa, si disponemos de espacio suficiente. Podemos comprar equipos, como trampolines o aparatos de los que hay en los gimnasios. También se puede usar plataformas giratorias. Más, no todo el mundo tiene la posibilidad de comprar esos aparatos, que son muy caros. La solución es fabricar aparatos propios o usar una escalera corta, por ejemplo. En futuros vídeos mostraré algunas formas de fabricar algunas aparatos sencillos. Por ahora, puedo recomendar ver algunos vídeos que nos muestran cómo saltar o correr en un espacio muy reducido, en una habitación de nuestro hogar. VER AQUÍ.

2.- EJERCICIOS DE FUERZA. Por supuesto que lo ideal es hacer estos ejercicios en un gimnasio. Pero actualmente son lugares donde los riesgos aumentan más que en otros sitios cerrados, a menos que haya un escaso número de personas y que podamos desinfectar los aparatos antes de usarlos. Por eso, es conveniente hacer estos ejercicios en casa. Como en el caso anterior, recomiendo ver algún video como  ESTE.

LA RESPONSABILIDAD DE LOS GOBIERNOS

Lamentablemente, los gobiernos no están preparados para afrontar una pandemia. Están atados por las leyes de sus países y de su burocracia. Por sobre los gobiernos debería de existir una instancia internacional que se encarque de dictar normas sobre cómo enfrentar, no solo pandemias, sino epidemias o, simplemente, enfermedades graves que son ocasionadas por cualquier tipo de virus o bacterias. No basta con un organismo como la OMS. La nueva instancia debería estar compuesta por profesionales de la salud, elegidos por cada país que envíe representantes. Esos profesionales, además de estar suficientemente acreditados como médidos o científicos de prestigio, deberían tener muchos conocimientos en epidemiología y nutrición. No basta con que dominen sólo una parte de la medicina. Mientras más materias dominen, tanto mejor para desempenar su trabajo. Estos profesionales deben tener, además, conocimientos de economía, logística y comunicación social. La nueva organización sería una especie de ONU, pero con poderes suficientes para obligar a seguir las medidas, que previamente deben ser aprobadas por la mayoría de los representantes, en asambleas anuales o de emergencia, si es necesario. La actual OMS podría transformarse en esa institución, que podría cambiar su nombre, por ejemplo: Gobierno Internacional de la Salud, Ministerio Internacional de la Salud u otro que se adecúe a las nuevas funciones. También podría mantener el nombre actual, pero debería cambiar sus estatutos. Los profesionales nombrados para los cargos representativos deberían ser elegidos por los gobiernos, independientemente de sus ideas políticas. 

Los gobiernos, sin excepción, deberían seguir los consejos y recomendaciones del organismo internacional, al mismo tiempo de mejorar sus sistemas de sanidad, adaptándolos a las nuevas exigencias de cada época. Por supuesto que todos los sistemas sanitarios deberían estar sujetos a lo que dicte el organismo internacional. Una de las primeras medidas de los gobiernos del mundo sería priorizar la entrega de recursos económicos a los servicios sanitarios e impedir que la salud sea comercializada. La salud es un derecho, no una mercancía.

La constitución y las leyes de cada país deben reformarse, si es necesario, para que se apliquen las nuevas normas sobre el cuidado de la salud. La salud, tanto como la alimentación, la educación y la vivienda, son derechos que deben ser respetados, Las leyes no deben estar por encima de esos derechos.

LA RESPONSABILIDAD CIUDADANA E INDIVIDUAL

Muchas veces, la ciudadanía no recibe información suficiente. La información es distorsionada, además, por los medios de comunicación, que especulan y/o manipulan, dependiendo de intereses económicos, religiosos o políticos. A eso le debemos sumar lo que erróneamente se denomina "redes sociales", en las que -gracias al anonimato- se esconden, muchas veces, malas intenciones. Se recurre a la mentira y a la calumnia, por ejemplo. También se exageran datos, se utilizan fotografías y vídeos que corresponden a otros países u otras épocas, un recurso que se utiliza mucho cuando se quiere desestabilizar al gobierno de algunos países, por ejemplo. A veces se trata de gente irresponsable que sólo busca notoriedad,  divertirse a costa del dolor ajeno o sembrar el caos. Lamentablemente, hay  poco o casi ningún control de los canales de comunicación que circulan en Internet.

No obstante, cada persona debería usar el sentido común e informarse por lo canales más fiables. Si bien podemos estar en desacuerdo con ciertas medidas, hay cosas en las que todos deberíamos estar de acuerdo. No podemos negar lo que se ha comprobado. Estamos en medio de una pandemia desde comienzos del ano 2020 y todo apunta a que esta pandemia no culminará hasta que no se haya logrado la inmunidad de grupo, la cual sólo se podrá alcanzar cuando la gran mayoría de la población mundial esté vacunada. Sin embargo, aunque se vacune a toda la población, ya sabemos que los contagios van a continuar, quizás por varios decenios. Todo depende de cómo se seguirán los consejos y cómo se acatarán las medidas de seguridad. Si la gente no pone suficiente de su parte, jamás vamos a detener los contagios. Es más, además de las mutaciones del Covid-19, siempre está latente la amenaza de nuevos virus que pueden provocar nuevas pandemias. La aceleración del cambio climático puede contribuir a que aparezcan nuevas amenazas. Además de las sequías, los incendios forestales, las inundaciones y otras catástrofes -y, a raíz de las mismas- pueden rebrotar enfermedades que antes se habían extinguido.

La responsabilidad individual, es, por lo tanto, más que necesaria. No podemos culpar sólo a las administraciones. Todos tenemos la obligación de cooperar, de ayudarnos y de ayudar a los demás.

PLANIFICAR HORARIOS DE TRABAJO Y EVITAR VIAJES INNECESARIOS

Las medidas propuestas a continuación son sólo una idea de cómo resolver el problema de contagios en los lugares de trabajo y durante los viajes hacia o desde ellos. Si bien, aplicarlas implican sacrificios, tanto de los trabajadores como de los empleadores, esas alternativas beneficiarían a todos, a largo o corto plazo. A veces es conveniente perder ganancias, e incluso, sufrir pérdidas en el capital empleado, con tal de asegurar el funcionamiento de las empresas, la salud de sus trabajadores y mejor rendimiento en el futuro (con los consiguientes beneficios). 

1.- HORARIOS Y DISTRIBUCIÓN DEL TRABAJO. ALTERNAR TURNOS

Los horarios de trabajo actuales ya no son los adecuados. La gente comienza casi a la misma hora, en la mayoría de los lugares de trabajo. En las fábricas se comienza más temprano, entre las 06:00 y las 08:00 horas. El comercio y otras actividades empieza entre las 09:00 y las 11:00 horas. Esto varía de país a país. Pero en casi todas partes se sigue la mima rutina, lo que concentra a mucha gente viajando a las mismas horas, lo que provoca congestionamiento en el tráfico y la polución aumenta considerablemente durante esas horas. También se producen grandes aglomeraciones en las estaciones de trenes y terminales o paradas de autobuses. Ahora que ya sabemos mejor cómo evitar los contagios (no sólo del virus que está de más actualidad) se debería cambiar los horarios, manteniendo algunos y cambiando radicalmente otros. En primer lugar, se debería reducir la jornada de trabajo a máximo cincos horas. En todos los sitios de trabajo debería disminuir la cantidad de operarios o empleados a la mitad. Para evitar pérdidas muy grandes a las empresas, se puede ampliar el tiempo de funcionamiento de la fábrica u oficina, alternando mínimo dos turnos de trabajo. El primer grupo pueden empezar a las seis de la manana y terminar a las 11, por ejemplo. Por consiguiente el segundo grupo podría trabajar entre las once de la manana y las cinco de la tarde. De ser necesario, la fuerza laboral se puede dividir en tres grupos, algo que ya se hace en muchas fábricas, donde no se puede detener algunas fuentes de energía, motores u otros equipos.

Medidas adicionales: 

  • La gente que comienza su trabajo en las fábricas u oficinas debería entrar por un pasillo separado del que usa la gente que termina de trabajar.
  • Si un operario muestra algún signo de enfermedad respiratoria, debe ser separado de sus funciones inmediatamente, hasta que se demuestre que está sano.
  • En cada lugar de trabajo se debe garantizar la distancia de seguridad entre los trabajadores. De no ser eso posible, se debe recomendar el uso de mascarillas.

2.- PLANIFICACIÓN: LUGARES DE TRABAJO MÁS CERCA

Lo anterior no es suficiente. Se debe procurar que los trabajadores no vivan muy lejos de sus lugares de trabajo. Los ministerios de trabajo y sus respectivas secretarías o subministerios, deberían planificar la ubicación de los trabajadores cerca de las fábricas u oficinas. Se debería favorecer y apoyar todas las iniciativas que puedan hacer esto posible. Ejemplos:

  • De ser posible, cambiar de lugar de trabajo, algo en lo que deben participar activamente las autoridades pertinentes, para apoyar a quienes estén dispuestos a hacerlo, incluso aunque eso implique cambiar de profesión o especialidad.
  • Facilitar acceso a viviendas cercanas a los lugares de trabajo. Se puede habilitar algún tipo de vivienda sencilla y provisora, para pecnoctar los días de semana, por ejemplo. Así no es necesario cambiar el lugar de trabajo.
  • Todo esto puede ser muy difícil de aplicar al comienzo, pero con el tiempo puede resultar menos complicado, sólo hay que tener deseos de colaborar, para mitigar o impedir las consecuencias de los posibles contagios. El virus Covid-19 ha venido para quedarse. Otros virus que nos amenazan desde hace mucho tiempo, también están (algunas pueden estar) al acecho, como las mutaciones de la "gripe española" de 1918 (VER).

RESULTADOS, SI SE APLICAREN ESTAS MEDIDAS

No sólo serían beneficiados los trabajadores y sus empleadores. A mayor salud, tanto física como mental, mayor rendimiento y seguridad. La sociedad entera y el ambiente serían beneficiados, también. Además, las medidas no serían obligatorias sino optativas. No obstante, para garantizar que las recomendaciones fueran aceptadas, se debería dar incentivos especiales a los trabajadores y compensaciones a los empleadores que las lleven a cabo.

Continúa en la tercera parte.

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