Hay un denominador común para todas las manifestaciones y protestas que se llevan a cabo en distintos países del mundo. Las masas toman las calles y plazas en Espana, en Grecia, en Israel, en Siria, en Chile, etc.
Las respuestas de los gobiernos son distintas. En Siria se recurre a la fuerza militar para sofocar el descontento, aunque hay grupos de oposición que iniciaron ataques armados contra las fuerzas gubernamentales. En Chile se recurre a la policía, que maltrata y detiene a varios cientos de jóvenes.
En Israel no se conoce aún represión alguna contra los manifestantes pero las concentraciones son masivas en varias ciudades, especialmente en Tel Aviv. En Espana, el gobierno ha aplicado una limitada represión policial, pero ha evitado mayores confrontaciones. El PP (Partido Popular espanol) ha criticado al gobierno por ser muy blando con los manifestantes. Si ellos estuvieranm en el poder no tendrían contemplaciones, en absoluto con el justificado descontento con el sistema capitalista.
La crisis imparable del sistema capitalista está amenazando a la economía mundial. Los países que tienen mayores problemas son, en primer lugar Estados Unidos y algunos países europeos. Pero todos los países del mundo son arrastrados en la caída cuesta abajo, por depender directa o indirectamente del cambio monetario internacional dominado por Estados Unidos.
El ejemplo de Israel es algo sorprendente. Este país (creado artificialmente en 1947) le ha robado cada vez más espacio a los palestinos. Además, siempre ha contado con ayuda económica de Estados Unidos y todas las empresas de propietarios judíos del mundo entero. A pesar de todo eso, sus habitantes tienen graves problemas, a los que no se encuentra solución. De ahí que en Israel también se vean manifestaciones que jamás antes se vieron. Sin embargo, no se ha dado cobertura suficiente a esas manifestaciones. Es la alianza silenciosa entre los medios de comunicación y los mercaderes del gran templo del capitalismo.
Por otra parte, el descalabro en la economía estadounidense y europea, que se expresa en muchas formas, aunque aún no tan visibles, también arrastra a la economia israelí, cuya bolsa bajó hoy en más de seis por ciento.
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