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sábado, 19 de marzo de 2022

LA GUERRA DE UCRANIA... Y OTRAS GUERRAS. TERCERA PARTE.

DURACIÓN DE LA GUERRA, SUS CAUSAS Y OBJETIVOS

La guerra de Ucrania llega a su día número 24. Está muy claro que la invasión rusa tenía algunos objetivos que no se han cumplido. Sus estrategas no contaron con que las operaciones militares tomarían tanto tiempo. Sus expectativas eran las de hacer una intervención de corta duración, para obligar al gobierno de Kiev a aceptar sus exigencias. Putin no esperaba que la Unión Europea iba a secundar a Estados Unidos en casi todo lo que decida Biden  y la OTAN. Si bien la OTAN ni ningún país europeo participa directamente en la guerra, lo hacen indirectamente, enviando armas y dinero al gobierno ucraniano. Ya lo hacían desde mucho antes de la guerra, algo que Rusia no podía impedir. Sin esa ayuda, el ejército ruso posiblemente habría logrado sus objetivos militares en pocos días, la guerra habría terminado y el gobierno de Kiev habría aceptado las exigencias de Rusia. Además de eso, se ha bloqueado económicamente a Rusia, como nunca antes se ha hecho con ningún otro país del mundo, aunque ese bloqueo perjudique a todos los países del mundo. No importan las consecuencias, aunque se sabe de antemano que los más afectados son siempre los trabajadores, no los gobernantes ni las clases pudientes. 

La eficaz propaganda occidental ha logrado poner en contra de Rusia a la mayoría de la población europea y del resto del mundo occidental. Tanto los medios de comunicación privados como los medios públicos de cada país han contribuido a convencer a la gente de que hay que tomar partido, hay que participar con armas y con dinero. Cualquier voz que se atreva a decir algo en contra de la participación de Europa en la guerra, por ejemplo, es acallada o ridiculizada. Nadie se atrevería ahora a pedir neutralidad e incluso hasta la prensa "progresista" o de izquierda se pone de parte de occidente, contra los rusos. La mayor parte de la población (según una encuesta hecha en España, más del 70%) está de acuerdo con enviar armas a Ucrania. Muchos organismos oficiales, de deportes, artísticos,musicales, etcétera han, también, tomado partido en contra de Rusia. No solo se boicotea a Rusia en el plano económico, sino en todas las ramas de la ciencia, las artes y la cultura. En los clubes deportivos suecos, por ejemplo, es obligatorio hacer propaganda de guerra contra Rusia. Todo lo que antes era impensable, cuando había conflictos bélicos, ahora es fomentado como algo necesario, en defensa de lo que se insiste en llamar democracia. Incluso hay partidos políticos de izquierda que están en contra de Rusia. Estos no fomentan la guerra directamente, como lo hacen los partidos de derechas, pero no se atreven a señalar las causas del conflicto. El envío de armas a Ucrania consiste, justamente, en alargar una guerra que podía haber terminado hace tiempo. 

No solo se apoya a Ucrania con armas y dinero, también se permite y alienta que vayan ciudadanos de todos los países a unirse en la lucha de Ucrania contra Rusia, aparte de todos los agentes occidentales que ya estaban allí antes de que Rusia invadiera ese país. Algunos van en forma voluntaria, otros son reclutados como mercenarios, como ha ocurrido siempre en casi todas las guerras modernas.

¿CUÁLES ERAN LAS EXIGENCIAS DE RUSIA?

Como seguramente todos los lectores ya saben, las exigencias de Rusia eran  (y son aún) las siguientes:

1.- Reconocimiento de Crimea, como parte de Rusia. Esa región fue anexionada a Rusia, después de que sus habitantes lo hubieran decidido en un referéndum. Ni Ucrania, ni La Unión Europea ni Estados Unidos aceptan la adhesión de Crimea a la Federación Rusa.

2.- Reconocimiento de Donetsk y Lugansk como estados independientes. Al mismo tiempo, se exige terminar con los bombardedos de esas regiones, que se han llevado a cabo desde 2014, por parte del ejército ucraniano.

3.- Neutralidad de Ucrania, para garantizar que ese país no sea utilizado por la OTAN para atacar a Rusia en el futuro. En este punto, Zelenski (el Presidente de Ucrania) está dispuesto a aceptar alguna modalidad de neutralidad.

Aparte de eso, Rusia exige que la OTAN no se siga expandiendo por el este de Europa, avanzando hacia las fronteras rusas, lo que amenaza la soberanía de la Federación Rusa.

Esas son las exigencias de Rusia que, de haber sido aceptadas por Ucrania y el resto de países involucrados, se podía haber evitado la intervención militar rusa.

¿QUÉ CREE RUSIA QUE DEBE HACER ANTE EL ESCENARIO ACTUAL?

El objetivo es el mismo que antes de la invasión. Rusia ya no puede detenerse hasta que no haya logrado tomar el control de la mayor parte de Ucrania. Con su economía casi destruida y con el descontento que hay en su propio país, a causa de todos los problemas ocasionados por el bloqueo internacional, Rusia no tiene prácticamente nada que perder. El mayor problema es que, si por error, tanto de parte de Ucrania como por parte de Rusia, se produjera un ataque a un país fronterizo como Polonia, sería la chispa que encendiera una guerra nuclear, que nadie podría impedir, una vez comenzada.

¿QUÉ PUEDEN HACER ESTADOS UNIDOS, LA OTAN Y SUS ALIADOS?

Tanto Estados Unidos como sus aliados están dispuestos a liquidar a Rusia y a cualquier otro país que sea un obstáculo para su expansión y dominio militar y económico. Sus gobernantes saben que no pueden participar directamente en la guerra, creando zonas de exclusión aéreas ni enviando tropas, porque eso sería desencadenar una guerra nuclear.  Pero tienen la capacidad de enviar más armas y dinero a Ucrania. En esa forma consiguen prolongar la guerra, que pueda impedir el dominio de Ucrania por parte de Rusia. Saben que eso puede provocar más víctimas y destrucción. Mientras más catastrófico sea el escenario, mayor será el odio contra los rusos y mayores posibilidades hay de provocar un Golpe de Estado en Rusia o un levantamiento popular en contra de la guerra. Por eso la guerra se acercará más a las fronteras entre Ucrania o Rusia y la OTAN. 

¿CUÁL ES EL RESULTADO QUE MÁS CONVENIENTE AL MUNDO EN ESTE MOMENTO?

Lo más acertado sería acordar, entre otros puntos, los siguientes:

1.- Lograr un alto el fuego, por parte de los dos bandos en pugna.

2.- Aceptar las exigencias de Rusia en lo que respecta a Crimea, Donetsk y Lugansk, además de la neutralidad de Ucrania.

3.- Asegurar una frontera que garantice la soberanía, tanto de Ucrania, las repúblicas independientes del Donbás y de Rusia.

4.- Garantizar que la OTAN no seguirá expandiéndose más allá de las fronteras actuales.

5.- Garantizar que Rusia no vuelva a ocupar militarmente ni a Ucrania ni a ningún otro país.

6.- Eliminar todo tipo de sanciones económicas contra cualquier país.

El punto número 6 es algo que debería tomarse como precedente, para incluir a todos los conflictos que actualmente hay en el mundo.

No es posible encontrar otra solución, si se quiere evitar más derramamiento de sangre, sufrimiento y dolor. La guerra debe terminar lo antes posible y se debe garantizar la paz, en forma definitiva, Todos los países involucrados, directa o indirectamente, tienen que contribuir a lograr una solución pacífica.


jueves, 17 de marzo de 2022

LA GUERRA DE UCRANIA... Y LAS OTRAS GUERRAS. SEGUNDA PARTE

Si se quiere saber la verdad de lo que ocurre en algún país, fundamentalmente en lo que se refiere a su situación política, su economía, sus conflictos internos o con otros países, es muy difícil lograrlo. La gran mayoría de los medios de comunicación del mundo son privados y no son parciales. Todos ellos obedecen a una estrategia comercial y publicitaria, muy bien estudiada y planificada. En primer lugar, porque son empresas cuya finalidad principal es obtener ganancias económicas. En segundo lugar, porque sus intereses están ligados a las grandes empresas de las oligarquías nacionales e internacionales. Lo sustancial es difundir noticias y entretenimiento que las haga ganar dinero. Eso es lo más importante. Por eso, la verdad pasa a un segundo plano. Se intenta dar la imagen de imparcialidad, algo que logran gracias a su enorme poder de manipulación, de publicidad subliminal o abierta, todo eso realizado en forma muy eficaz. Se mezcla la verdad con la mentira. Se muestra parte de la realidad, pero se oculta mucha información, que puede ser fundamental para tener una visión fehaciente. De esa forma se consigue convencer al público o usuarios de lo que esas empresas quieren comunicar y resaltar. A eso debemos sumar la tecnología moderna, que cada día es más sofisticada. Mientras más morbosos sean los temas que se elijan, tanto mejor. Se trata de impactar en los usuarios de los medios de comunicación para hacerlos partícipes de una comedia muy bien planificada. Es como mostrar una película virtual en tres dimensiones, que nos hace creer que estamos en medio del escenario, sumando a eso un protagonismo irreal de nuestra parte.

En alguna época se tildaba a ese tipo de producir noticias -que intentan reflejar distorsionadamente la realidad de lo que ocurre en nuestro entorno- de amarillista. Actualmente ya no se utiliza ese término, porque ese amarillismo es más disimulado. La repetición de las noticias y el adorno con historias desgarrantes, con imágenes de explosiones, gritos, sangre, emoción y un sinnúmero de efectos visuales, voces agradables de apuestos periodistas y presentadores, etcétera, hacen todo muy creíble. Gracias a los muy bien estudiados planes de influencia psicológica se intenta centrar la atención en algunos aspectos de un conflicto, ignorando otros que son tan o más importantes, especialmente en las causas que han originado un conflicto o guerra.

Es lo que sucede actualmente, cuando se informa sobre la guerra de Ucrania. Por supuesto que se miente desde los dos lados enfrentados. Cada bando quiere convencer al mundo de lo que ellos consideran su verdad. Pero la información de uno de esos lados está completamente acallada. No llega absolutamente ninguna noticia de los medios de comunicación rusos, con excepción de los de oposición. Más del 99% de la información sobre la guerra sale de los informativos del gobierno ucraniano y de los miles de periodistas de las cadenas de medios de comunicación occidentales. Cualquier noticia que se haya originado en algún medio ruso o de las informaciones del gobierno ruso son acalladas, ignoradas o completamente distorsionadas o ridiculizadas.

La mentira no es fomentada solo por los medios de propaganda de cada bando, sino también por gobernantes o representantes de organismos internacionales, como el señor Joseph Borrel, que ocupa el cargo de alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores de Seguridad de la Comisión Europea. En un discurso pronunciado hace pocos días, Borrel afirmaba que Putin había clausurado Twitter y Facebook en Rusia. Pero no dijo que, anteriormente, esas plataformas habían bloqueado a importantes medios rusos de comunicación para favorecer las informaciones anti rusas. 

Ahora, el objetivo de los medios de comunicación es fomentar el odio contra todo lo que sea de origen ruso o que tenga que ver, de alguna manera, con su país, sus habitantes y sus gobernantes. El odio contra Rusia está arraigado en los pueblos escandinavos y de toda Europa desde hace siglos, pero ha aumentado desde que triunfó la Revolución Rusa, en 1917. Pese a que la Unión Soviética contribuyó a derrotar a la Alemania nazi (sin su participación Hitler podría haber expandido su dominio a todo el mundo) jamás se reconoció el sacrificio de millones de soldados y civiles rusos para poder ganar la Segunda Guerra Mundial. Todo lo contrario, el odio aumentó, gracias a todos los ataques de Estados Unidos, sobre todo los que llevó a cabo el presidente Harry Truman, quien estableció la llamada Doctrina Truman (VER). 

Rusia no está gobernada por comunistas. El presidente Valdimir Putin milita en un partido político liberal o populista, de derechas. El Partido Comunista está en la oposición (VER). Aún así, mucha gente ignorante tilda a Putin de comunista, algo totalmente alejado de la realidad (VER). Pero la idea es atacar lo que sea ruso y, al mismo tiempo, atacar todo lo que tenga que ver con comunismo o socialismo.

Ahora hay una guerra, que es claramente una guerra de invasión. No se le puede dar otro nombre. Sin embargo, Putin no la llama guerra, según las informaciones de los únicos medios a los que tenemos alcance. Sin embargo, no tenemos posibilidades de verificar noticia alguna que provenga de los medios rusos o del gobierno ruso. Lo que nos llega ha pasado por los filtros de la censura de los gobiernos y los medios de comunicación occidental. Son ellos los que deciden qué debemos "saber".

Se muestran imágenes de un hospital o de un teatro ucranianos, por ejemplo. Se muestran muchos cadáveres tendidos en el suelo, cubiertos con sábanas. Luego, en lo que se puede llamar "letras pequeñas" se informa de la muerte de dos o tres personas. Es difícil entender que, al mismo tiempo que se ve un edificio totalmente calcinado y en ruinas, no hayan centenares de muertos en ese sitio (VER EJEMPLO). Naturalmente que, indiferentemente de la cantidad de víctimas, si ha habido ataques dirigidos a sitios tan vulnerables se debe exigir una investigación y castigo a los responsables. Pero para ello hay que asegurarse de quienes son los que han perpetrado el ataque. En una guerra, dos dos bandos los que se atacan mutuamente. Además, Estados Unidos ha insistido mucho sobre los "errores" o danos colaterales, cuando ellos han atacado inocentes en muchas de sus guerras. Por qué tiene que ser diferente ahora?

Los gobiernos europeos obedecen las directivas de Estados Unidos y de la OTAN, enviando dinero y armas al gobierno de Ucrania. Grandes empresas de todo tipo hacen campañas para recaudar dinero. En casi todas las tiendas invitan a contribuir con dinero y en la mayoría de las tiendas de servicios online hacen lo mismo. Al mismo tiempo que se ahoga a la economía rusa se fortalece la ucraniana. De esa forma lo que se consigue es que la guerra se prolongue en el tiempo. Los grandes ganadores son todos los países y empresas que pueden vender armas que llaman "defensivas", como si existiera una sola arma en el mundo que lo fuera. Todas las armas son ofensivas y matan. Nunca se envió armas a Palestina, para que se defendieran de la invasión y ocupación de su territorio por el gobierno de Israel. Nunca se envió ayuda de dinero y armas a ninguno de los gobiernos que fueron derrocados y reemplazados por dictaduras militares en América Latina. nunca se ha enviado armas y dinero a los saharauis, que sufren desde años la ocupación del gobierno de Marruecos. La "Comunidad Internacional" fue testigo y aceptó el bombardeo de Belgrado, durante meses, en 1999. También se aceptaron una serie de invasiones de muchos países en Asia, África y América Latina, como fue el caso de Grenada, en 1983. Nunca hubo armas ni dinero para que esos gobiernos se defendieron. En cuanto a sus refugiados, a la mayoría se les negó refugio y asilo. 

La guerra de Ucrania ha ocasionado una enorme emigración desde ese país. Según las noticias (occidentales) ya son más de tres millones de refugiados los que han salido de Ucrania, la mayoría de ellos a través de Polonia. Es comprensible (es un derecho de las víctimas) que se les brinde ayuda a todos los refugiados, especialmente a los niños. Lo que no es comprensible es que se haga con ellos y no con muchos millones de refugiados de otros países, que han sido víctimas de guerras tanto o más cruentas que la de Ucrania. Polonia se resistió durante muchos años a aceptar refugiados, pero ahora recibe con la mejor de las ayudas a todos los refugiados ucranuanios, sin límite alguno. Lo mismo hacen todos los otros países europeos. Esto se ha dicho en el artículo anterior, pero era necesario volver a decirlo en esta entrada.

A propósito del odio contra ciudadanos rusos voy a contar una anécdota  de hace unos cuatro años:

En una tienda de un centro comercial al norte de Estocolmo hubo un asalto (Bredden). Una de las dependientas era una alumna mía, quien no pudo asistir a su clase a causa de ese robo. La mujer había sufrido un shock a causa del asalto, cuando vio que los ladrones iban armados con revólveres. 

Al día siguiente, cuando me contó lo que había pasado y el susto que aún la tenía nerviosa, la muchacha me aseguró que los asaltantes eran rusos, aunque huyeron del lugar y la policía no los había capturado aún. Los mismos asaltantes robaron en otras tiendas, en distintos centros comerciales. Seguramente, las víctimas de los otros asaltos también afirmaron que se trataba de criminales rusos. Lo curioso es que mi alumna nunca los oyó hablar, por lo tanto, no sabía siquiera si hablaban algún idioma eslavo. Ls amenazas típicas de los asaltos fueron hechas en sueco, lo que quiere decir que los asaltantes podrían haber sido de cualquier nacionalidad, no necesariamente rusos. 

Es así como se fabrican muchas historias, en parte reales, en parte ficticias. La gente supone que los delincuentes son rusos, porque parecen rusos o eslavos. Esto viene de antes, pero ahora se exagera aún más. El odio contra los rusos es tan grande que se empieza a maltratar a estos ciudadanos, en muchos países de Europa. Se castiga a gente inocente, solo porque provienen de un país que está en guerra y porque los medios de comunicación exacerban ese odio. 

ENLACES A ESTA ENTRADA SE HARÁN MÁS TARDE



domingo, 6 de marzo de 2022

LA GUERRA DE UCRANIA... Y LAS OTRAS GUERRAS. PRIMERA PARTE

El mundo es distinto, desde hace algunos días. La guerra de Ucrania no es justa. Se podría haber tomado otras medidas. Pero no es distinta a las otras guerras. Para unos es una guerra de invasión y para otros es una guerra de protección de dos provincias o regiones que quieren ser independientes. Para el gobierno de Putin es, además, una guerra de protección de la soberanía rusa. Sin estar de parte de uno ni otro lado, es conveniente hacer análisis histórico de la situación. No se trata de un conflicto nuevo, sino la continuación de un largo proceso.


Rusia ha comenzado una invasión en Ucrania. Antes de eso hubo mucha tensión. Desde hace años Estados Unidos y la OTAN se han estado expandiendo y amenazando la soberanía de Rusia. Cada vez estaban más cerca de las fronteras rusas. En Ucrania se desarrollaba una guerra de independencia desde 2014. Los habitantes de dos provincias (Donetsky y Lugansk) declararon su independencia de Ucrania ese año. Al igual que Crimea, cuya población era mayoritariamente rusa (70 %), la mayoría de los habitantes de esas provincias no quieren ser parte de Ucrania. Desde entonces, el ejército ucraniano ha estado bombardeando esas regiones, sin que los países europeos se opusieran (en ningún momento) a esos bombardeos. Al contrario, alentados por Estados Unidos, consideraban a los independistas como separatistas y terroristas, que debían ser castigados por su osadía de querer la independencia. Nada importaba, entonces, que los bombardeos ocasionaran destrucción y muerte, a pesar de que esto ha ocurrido durante ocho a
ños.


Desde el fin de la Segunda Guerra Mindial, el mundo ha sido testigo de muchas guerras en todo el planeta, la mayoría de ellas provocadas por Estados Unidos e Israel. Al mismo tiempo, ha habido infinidad de golpes de estado, de forma muy cruenta la mayoría de ellos y otros de forma menos cruenta, gracias a la intervención ilegal de los congresos o parlamentos. También se ha aplicado una serie de sanciones y bloqueos económicos a muchos países, combinadas con robos de sus reservas nacionales en distintos bancos y sabotajes de todo tipo. Nada de eso se ha criticado ni se ha hecho resistencia alguna por parte de la ONU. La "Comunidad Internacional" no ha hecho nada por impedir todas esas atrocidades. Millones de hombres, mujeres y niños intentan atravesar las fronteras huyendo de las guerras y la miseria ocasionada, fundamentalmente, por la desigualdad ocasionada por el colonialismo, primero y después por el dominio capitalista. A la mayoría de ellos se les da la espalda y se les impide entrar a los países ricos. A muchos de ellos se los deja morir en el mar. A través de los años, los muertos que han dejado las guerras y golpes de estado son incalculables. Los desplazados son cientos de millones de seres que buscan una vida digna. Pero la mayoría no recibe ayuda alguna.


Quienes huyen de la guerra de Ucrania son seres humanos, igual que los que huyen de otras guerras. Pero los ucranianos son blancos y rubios, no son de piel oscura. A ellos les abren todas las puertas de Europa, les dan permiso de trabajo y residencia automáticamente, solo por ser ucranianos. Pero al resto de gente que huye se les cierran todas las puertas y si logran cruzar las fronteras pueden estar años esperando a que se les regularice su situación. Mientras tanto deben deambular sin derecho a una vivienda o a un trabajo legal. Tienen que pedir limosna o trabajar en el mercado negro, por sueldos de hambre, muy por debajo del salario mínimo de un trabajador que tiene permiso de trabajo. 


Los medios de comunicación informan como nunca antes lo hicieron, con todo detalle, de esta guerra, la mayoría de las veces manipulando la información y recurriendo a las mentiras (fake news). Los reporteros de todas las televisiones, radio, prensa y otros "medios sociales" resaltan el sufrimiento de la gente que huye y atraviesa la frontera entre Ucrania y Polonia. Las historias se realzan como si cada escena fuera tema para una película, como las que se han hecho sobre las anteriores guerras mundiales. Surgen héroes que entran a Ucrania a luchar contra los rusos, a quienes se los retrata como los peores salvajes y criminales. Al mismo tiempo, los países occidentales envían enormes cantidades de aviones, armas, municiones y dinero para apoyar al gobierno de Kiev. Nunca se apoyó a ninguno de los países que fueron agredidos por las invasiones y guerras ocasionados por Estados Unidos o Israel. Es una forma totalmente opuesta de presenciar, apoyar o participar en un conflicto bélico. 
¿Por qué esta gran diferencia?


El gobierno ruso aprueba una ley que impide a los periodistas que desvirtúen la realidad, que solo digan la verdad. Entonces los periodistas huyen de Rusia, se sienten perseguidos. Sin embargo, antes de eso, las emisiones de cualquier medio ruso, como Rusia Today, son bloqueadas, prohibidas. Solo los medios occidentales pueden informar. Esa es la libertad de expresión que se defiende en las falsas democracias.


Ninguna guerra es justa. No lo es la actual, ninguna de las anteriores lo son. Tampoco son justas las sanciones que se aplican a muchos países, a los que se pretende hundir, obligando a sus pueblos a padecer hambre y todo tipo de necesidades. La finalidad es destruir su economía y sus instituciones.


Todos los conflicos se deben resolver por la vía diplomática, pero para ello es necesario negociar, renunciar a ciertas cosas y aceptar otras, en pro de la paz. En el caso de la invasión a Ucrania, lo mejor sería aceptar la independencia de las provincias que han declarado su independencia, desde 2014. Al mismo tiempo, Ucrania debería declararse neutral. No aspirar a formar parte de la OTAN. En esa forma se podría garantizar la seguridad de todos los países. Es muy difícil que haya otra solución. El alto el fuego debería declararse inmediatamente, al mismo tiempo que se garanticen los derechos de cada país, sin que sus acciones impliquen peligro para otros países. 


Por otra parte, se debe terminar con todas las sanciones contra Rusia impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea. En esa forma se puede lograr mayor estabilidad global y evitar todas las consecuencias catastróficas que van a afectar (y que afectan ya) a todos los países del mundo. Los combustibles pueden llegar  a precios inimaginables, lo que aumentará el precio de la electricidad y de todos los servicios vitales. Una gran recesión mundial amenaza a todos los países, el hambre y las enfermedades se incrementarán considerablemente y los más perjudicados serán, como siempre, los más pobres. Además de lo anterior, existe la amenaza de una Tercera Guerra Mundial, que se debe evitar, a toda costa, porque sería la última, nadie la ganaría.

Nota del 7 de marzo 2022.
Antes no se ha puesto enlaces a esta entrada. Se hace un día después, a noticias o programas que se han visto después de escribirla. Este blog no copia información de ningún otro medio.

ENLACES:

Lamentablemente esta información ya tiene varios días. Se pondrá más enlaces cuando aparezcan noticias o programas actualizados. Det todas maneras, conviene ver este programa. Es bastante objetivo. Este blog no está de acuerdo con todo el contenido del programa, pero sí con partes del mismo.




Nota del 11 de marzo, 2022
Enlace a EN LA FRONTERA, De Juan Carlos Monedero.

Nota del 14 de marzo, 2022
Enlace a Juan Carlos Monedero AQUÍ

Aclaración de la palabra "bastante".

Esta palabra se usa en forma errónea en muchos países, incluso en España. El sinónimo más cercano es "suficiente". Esto quiere decir que no es sinónimo de mucho ni demasiado. Se puede decir que significa que algo de término medio, ni mucho ni poco. 

martes, 1 de febrero de 2022

ARRIBA Y ABAJO

No culpemos a la pandemia

no culpemos a la evolución

No culpemos a nuestro prójimo

ni tampoco a esta composición

en concreto la culpa nadie la tiene

pero la Historia no debemos olvidar

Vemos reyes aún en el siglo XXI

que democráticamente

nadie ha elegido ni elegirá

Jefes de Estados los llaman

impuestos a la sociedad 

por la Nobleza y la Oligarquía

o por un dictador criminal

También los vemos cazando elefantes

y robando a sus súbditos su dinero 

pero nadie los puede condenar

poque inmumidad e influencias 

por siempre los salvarán

Vemos primeros ministros viciosos

que participan en grandes juergas

mientras sus pueblos o gente

duras restricciones deben aceptar

Grandes y respetables personajes

que cuentan con inmunidad

se pasean recibiendo regalos

de emires o reyes sanguinarios

gozando de grandes privilegios

mientras quienes les denuncian

a la cárcel van a parar

Roban los grandes al fisco

sin castigo, al contrario, con respeto

mientras a un titiritero o cantautor

por terrorista se lo condena

Que el mundo fue y será una porquería

ya lo dijo alguien en su Cambalache

la misma porquería sigue ahí

como también siguen las coronas

vanagloriándose de haber civilizado

a pueblos  a los que su avaricia

con una cruz y una espada 

arrebataron su libertad

Siguendo sus ejemplos ahora

los policías de un tal tío Sam

buscan guerras muy lejos de sus fronteras

para así su poderío económico afianzar

aumentando su fuerza militar

sometiendo a otros pueblos y países

arrebatándoles sus reservas que a lacayos 

traidores y delincuentes van a parar

Sancionando a diestra y siniestra

obligando a millones de hombres y mujeres 

a morir de hambre y de mil enfermedades

No culpemos a la pandemia

No culpemos al cambio climático

no culpemos a nadie en especial

pero no olvidemos la Historia

que nos tratan de ocultar

que los de arriba siempre arriba siguen

y los de abajo siempre hundidos continúan

los de arriba todo lo tienen

los de abajo casi nada jamás poseerán

pero sí democracia para todos

y para todos mucha libertad

pero no democracia para condenar reyes ladrones

ni para inhumanas sanciones y bloqueos prohibir

solo democracia para preservar los derechos

de los que siempre arriba están

sin importar los derechos de aquellos

que siempre abajo estarán














sábado, 25 de diciembre de 2021

DE DINOSAURIO A GALLINA, UN LARGO RECORRIDO

La ciencia avanza y la historia de la biología llena nuevas páginas gracias a los descubrimientos paleontológicos. Ejemplo de esto es el descubrimiento de dinosaurios y de sus huevos, incluso sus embriones. La ciencia va creando nuevas hipótesis y, al mismo tiempo, va eliminando o reformando teorías antiguas. Es el caso del  dinosaurio Oviraptor philoceratops, de hace 75 millones de años. Para empezar, su nombre es falso, porque se creía que comía huevos de otros animales y por eso se la nombró "ladrón de huevos". Sin embargo, más tarde se descubrió que cuidaba sus propios huevos y se alimentaba de moluscos. Pero lo más importante es que se trata de una especie de eslabón en la evolución de un dinosaurio a un ave, siendo una de las miles de pruebas de que la teoría de la evolución de Darwin está y seguirá estando vigente. Es algo que ya ninguna religión puede poner en duda, aunque por muchos siglos se combatió con dureza y dogmatisno las ideas del naturalista inglés. Desde hace tiempo, las religiones también se van adaptando a los nuevos conocimientos y ya es imposible insistir, por ejemplo, que el mundo se creó en siete días, como dice la Biblia, algo que actualmente resulta más que ridículo y que casi nadie lo puede creer, como tampoco muchas otras afirmaciones que se hacen en el libro sagrado de tantas religiones.







ENLACES:

lunes, 6 de diciembre de 2021

VACUNA OBLIGATORIA ¿ES NECESARIO? ¿ES CORRECTO?

Hay indicios o pruebas de que las vacunas contra el Covid-19 nos pueden ayudar a contrarrestar los efectos del virus. Un estudio científico puede confirmar esto sólo después de mucho tiempo, aún es muy temprano para asegurar algo con total certeza. Al parecer, los países que tienen mayor cantidad de la población vacunada tienen mejores resultados que en países con menos gente vacunada. Es lo que dicen los expertos y los medios de comunicación. Lo que sí es absolutamente cierto es que los efectos secundarios de las vacunas son mucho menores que los que ocasiona una infección provocada por el virus. Por lo tanto, no hay que tener miedo a las vacunas. Por otra parte, hay que respetar a quienes no se quieren vacunar. Estas personas tienen derecho a decidir lo que es mejor para su salud.

En algunos países se intenta imponer la obligación de vacunarse contra el Covid-19. ¿Es necesario? ¿Es correcto hacerlo? ¿No se vulneran nuestros derechos con esta medida? Son muchas las interrogantes que surgen en torno a este asunto. Sería interesante estudiar muy bien la Declaración Universal de los Derechos Humanos (VER).

En primer lugar, si una obligación no se cumple, se debe aplicar un castigo o sanción. Ese castigo o sanción solo se debe aplicar si se comete un delito. ¿Puede, entonces, considerase un delito el oponerse a ser vacunado? Si alguien se opone a ser vacunado se debería considerar el artículo 11, punto número 2, que dice lo siguiente: Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Asimismo, tenemos que considerar el artículo 29, que en sus puntos 1 y 2 dice lo siguiente: 1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad. 2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.

Estos artículos intentan encontrar un equilibrio en la definición de libertad, la cual no puede ser absoluta. Nuestra libertad no debe restringir la libertad de otras personas ni perjudicar la salud, economía o bienestar de otros componentes de la sociedad humana. Así como tenemos derechos, también tenemos deberes. Por lo tanto, se pueden limitar nuestros derechos si pretendemos defender el derecho de todos. El derecho de la comunidad debe prevalecer sobre el derecho del individuo. Ese es el principio fundamental de la declaración de derechos humanos.

Ahora bien, cuando queremos obligar a otras personas a vacunarse, debemos considerar su derecho a oponerse, a hacer algo con su cuerpo que ni siquiera podemos asegurar que da 100% de protección y que, además, puede generar cambios negativos en su organismo. ¿Cómo podemos obligar a alguien a hacer algo en contra su voluntad, en su mayor intimidad? Entonces, también se debería prohibir fumar y usar otras sustancias que pueden afectar la salud. Una persona que no cuida su salud perjudica a toda la sociedad. Hay mucha información sobre los peligros de usar drogas, como el tabaco y el alcohol. Por lo tanto, quienes recurren a su uso están conscientes de esos peligros y deberían prescindir de su uso. Esa actitud y las consecuencias de ello ocasiona graves problemas en la sociedad, tanto desde el punto de vista económico como de la salud de quienes son afectados indirectamente por la conducta de un grupo de personas. 


El abuso o mal uso de las drogas ocasiona muertes, tanto de los mismos adictos a las drogas como de sus víctimas.  Sin embargo, no está prohibido usarlas. ¿Dónde podemos fijar los límites? ¿Por qué no se castiga a los adictos (a los que se considera "enfermos", siendo ellos mismos los que han ocasionado su adicción) y sí se pretende castigar a las personas que temen perjudicar sus organismos? En este último caso es más comprensible su actitud. Tal vez, más importante que exigir la obligatoriedad del uso de la vacuna es insistir en mantener la distancia de seguridad, la higiene y el uso de mascarillas cuando no hay suficiente ventilación, en espacios cerrados.



Nota: el autor de este blog ha recibido las tres dosis de la vacuna.


viernes, 3 de diciembre de 2021

PANDEMIA Y SENTIDO COMÚN

La Humanidad se ha visto afectada, en muchas ocasiones, por grandes epidemias y pandemias.  Casi nunca ha habido épocas libres de epidemias. A veces éstas afectan a un territorio o país, otras veces han sido afectados territorios más grandes e, incluso, todos los continentes. Algunas epidemias son ocasionadas por virus, otras por bacterias. Hay zonas en que las enfermedades son endémicas, se mantienen en el mismo sitio durante muchos años y a veces por siempre. Esto ocurre más frecuentemente en los países tropicales, a causa de la proliferación de mosquitos u otros insectos o roedores. 

Por otra parte, siempre ha habido guerras, por distintos motivos. Las principales causas fueron etnológicas, religiosas o económicas. Las guerras parecen perennes en algunos lugares, como es el caso del Oriente Próximo. A veces son de corta duración o sólo de algunos años, aunque vuelven a renacer periódicamente. Ha habido guerras civiles o entre países. Incluso ha habido dos guerras mundiales. Los imperios de todas las épocas han sometido a otros pueblos, mediante la violencia u otras medidas con las que consiguen apoderarse de ellos y dominarlos. Para que esa dominación sea efectiva y duradera, se recurre a las guerras o sanciones económicas que destruyen la economía de las naciones afectadas.

Muchas civilizaciones sucumbieron ante la aparición de otras nuevas. Tribus, ciudades o países lucharon entre ellos y fueron siempre los vencedores los que impusieron sus culturas. Pero también hubo hambrunas y catástrofes naturales, que frenaron el aumento de la población y el avance científico y tecnológico. 

A lo anteriormente mencionado, tenemos la influencia de la actividad económica humana, principalmente de grandes empresas, que está destruyendo el equilibrio ecológico de todo el planeta. Uno de los ejemplos es el aceleramiento del cambio climático, que nos hará entrar, antes de tiempo, en una nueva era glacial, el resultado posterior a un calentamiento global que hará muy difícil la existencia de vida en el planeta, por lo menos de organismos pluricelulares, fundamentalmente de los mamíferos.

Todo lo indicado hasta aquí (en esta entrada) indica verdades irrefutables. No son producto de la imaginación ni tener su origen en una determinada ideología política. Son hechos demostrados por restos arqueológicos, escritos antiguos o testimonios de supervivientes. Ahora, si entramos al campo de la especulación, podemos emitir distintas hipótesis o teorías que puedan dar respuestas a muchas interrogantes sobre lo que ha pasado y sobre lo que puede pasar en el futuro. Una de esas especulaciones podría confirmar vaticinios de escritores como el economista Thomas Malthus, que afirmó que el principal problema de la sociedad humana era el exceso de población, lo que tenía que ser contrarrestado por la muerte de gran parte de la población. Para él, la miseria era una ley natural, que permitía limitar el aumento demográfico.

Si pensamos en forma pesimista podemos llegar a creer lo que dicen algunos escritos religiosos, que se basan en la supuesta incapacidad del ser humano de poder mantener conductas adecuadas. De acuerdo a esto es necesario el castigo de un ser supremo, que nos envía "pruebas" para que nos redimamos mediante el sometimiento a una determinada religión. 

Sin embargo, lo que necesitamos es, simplemente, tener buen sentido común. Necesitamos buenos líderes políticos, que sepan elegir a los mejores expertos en cada rama del saber y de la ciencia, además de ser capaces de consultar a la gente común. No basta con la opinión de expertos o científicos, aunque tampoco se los puede dejar a un lado, por supuesto. También necesitamos que la gente se exprese y proponga soluciones. El pueblo no debe ser considerado como un rebaño de ovejas al que se pueda guiar sin darle la posibilidad de opinar. Además, no basta con dejar que opine. También se le debe otorgar el derecho de decidir. Indudablemente que hay muchas diferencias entre la gente. Los empleadores difícilmente van a estar de acuerdo con las propuestas de trabajadores. Cada grupo social va a querer hacer prevalecer sus derechos frente a los de otros grupos. Pero se debe buscar la forma de llegar a un consenso.

En el caso de las enfermedades virales, como se dijo en la anterior entrada, sabemos desde hace mucho tiempo, que tienen una enorme posibilidad de mutar. Las mutaciones son para mejorar su eficacia y poder contagiar a la mayor cantidad posible de huéspedes. Y aquí está la gran equivoción de la gente. Los virus quieren replicarse, seguir existiendo. Para ello necesitan un hogar y nosotros somos ese hogar. Si los virus pensaran, no querrían matar al huésped, porque lo necesitan. Naturalmente, no piensan, pero actúan como si lo hicieran. Nosotros también vamos cambiando, nos vamos perfeccionando como seres humanos. Lo hemos hecho siempre, desde tiempos muy remotos. En realidad, desde el comienzo de la existencia de nuestros antepasados, que pudieron ser asociaciones de bacterias que fueron dando (a través de millones de años) forma a formas de vida más avanzadas. Tenemos que recordar que en nuestros organismos albergamos billones de bacterias y virus. Son parte de nuestras células. El problema surge cuando hay un desequilibrio en el metabolismo, tanto de nuestro organismo como dentro de los microorganismos o en la interacción entre distintos seres. Por eso tenemos que cuidarnos, para poder estabilizar el equilibrio normal. Lo más importante de todo es no perder la razón, mantener la calma y buscar las mejores formas de protegernos. 

Ampliación de esta entrada, 4 de diciembre, 2021.

El miedo a la nueva variante ómicron se ha apoderado de la mayoría de la gente, aunque esto se debe a la rapidez con las que se transmiten las noticias. Los medios de comunicación envían la información de forma inmediata a todo el mundo y la forma en que se dan las noticias contribuye a fomentar ese miedo. Como siempre, los medios de comunicación tienen gran influencia sobre la población, incluso de los políticos de muchos países. 

En un país determinado se descubre la nueva variante, pero eso no significa en absoluto, que se haya originado allí. Pudo aparecer, por primera vez, en otro país, pero nadie se percató de ello. Es posible que dentro de algún tiempo se llegue a la conclusión de que esa variante tuvo origen en otro lugar del planeta. Pero eso no lo resaltan los medios, ni siquiera que se sabía que había casos similares en otros países, antes de que se descubriera en Sudáfrica. 

La forma en que se ha informado de la pandemia, en general, ha sido muy difusa y contradictoria. A veces se ha dado amplia cobertura a detalles, en lugar de dar más importancia a lo más medular de una información científica o boletines de entidades sanitarias, como la OMS.  Una recomendación se ha traducido como obligatoriedad o lo que se consideraba necesario y local se lo traducía como indispensable y general. Un ejemplo es el uso de las mascarillas, que siempre fue solo una recomendación y sólo en lugares cerrados o cuando es imposible (léase bien, imposible) mantener la distancia de seguridad. Muchas veces se ha querido demostrar "científicamente" que el uso de los confinamientos y cierres de aeropuertos (y después las mascarillas) había evitado mayor cantidad de contagios y muertes en muchos países. Pero eso es imposible demostrar. Además, los países en donde se aplicaron mayores restricciones, la pandemia se expandió con mayor fuerza. Por supuesto que hubo excepciones. En China se la detuvo casi completamente y después de haber llegado a 4 000 muertos, la cifra no aumentó mucho, apenas se produjeron unas 400 muertes, hasta ahora, desde marzo de 2020. En Venezuela se llegó a la cifra de 5 177 fallecidos. La mayor parte de los contagios, en ese país, se produjeron a causa de los viajeros llegados de Colombia (129 000), Brasil (615 000) y Ecuador (33 250). En Cuba se llegó a la cifra de 8 306 muertos. Hay que tener presente que, tanto Venezuela como Cuba han sido bloqueados económicamente y se les ha impedido adquirir los recursos necesarios para disponer de medicinas y alimentos. A pesar de eso, han logrado mejores resultados que muchos otros países del mundo.

En Alemania, los contagios no fueron muchos, al comienzo. Era uno de los países con mejores resultados. Sin embargo, desde que se adoptaron restricciones extremas, la pandemia aumentó considerablemente. Actualmente se ha llegado a la cifra de 103 000 muertos. En España, la cifra es de 88 200.

Mis amigos lectores pueden ver esos datos en varias páginas web como de la BBC, RTVE y muchas otras. Son cifras que se pueden comprobar muy fácilmente. ¿Cuántos medios de información han mostrado esos resultados? Probablemente, ninguno. Los medios que he puesto como ejemplos tienen esos datos como información estadística, pero en ningún caso las hacen resaltar.

En el caso de Suecia, el número de fallecidos ha llegado a 15 170, aunque en los últimos meses apenas se han registrado nuevos casos. Hay que tener presente que en Suecia no se usa la mascarilla. La recomendación es usarla solo cuando es absolutamente indispensable. Es verdad que la cantidad de muertos es mayor que en el resto de los países escandinavos, pero es mucho menor que en países como Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, España, etcétera. Si tomamos este ejemplo. ¿Puede alguien afirmar que las mascarillas son la solución? Si así fuera, en Suecia habría el triple o aun mayor cantidad de fallecidos.

Llegado a este punto podemos decir que no se puede afirmar con certeza cuales han sido las mejores medidas que han contribuido a disminuir la cantidad de contagios y muertes. Se ha dado mucha importancia a la vacuna, que se pretende sea obligatoria. Pero se sabe, desde el comienzo, que la vacuna no es 100 % segura. Con la aparición de ómicron (y tal vez de otras mutaciones) se pone aún más en duda la efectividad de las vacunas. Si bien es cierto que en los países donde hay mayor cantidad de personas vacunadas, los contagios no aumentan en la misma forma que en países con menos vacunados, la pandemia sigue su avance. Tenemos el caso de Oslo, capital de Noruega, donde las restricciones han sido muy duras. En una fiesta de Navidades (con todos los comensales vacunados con dos dosis) se contagiaron 60 personas, de las cuales 13 eran de la variante ómicron. 

Esperemos que durante las próximas semanas podamos obtener mayor información sobre el desarrollo de la pandemia y que no se adopten medidas extremas, que sólo contribuyen a aumentar el miedo, e incluso, aumentar los contagios. 

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NUEVOS ENLACES, 5 DE DICIEMBRE 2021:



martes, 30 de noviembre de 2021

ÓMICRON, LA ÚLTIMA VARIANTE DE COVID-19. ¡EL PÁNICO SE APODERA DEL MUNDO!

Ya sabemos desde mucho tiempo que los virus van mutando constantemente. Se van adaptando para poder multiplicarse. Esa facilidad para mutar es sorprendente. No se los considera seres vivientes, como a las bacterias. Sin embargo, se comportan como si lo fueran.

Todos nos hemos asustado cuando hemos recibido las primeras noticias sobre la nueva variante del Covid-19. Sobre todo, cuando un epidemiólogo norteamericano dijo que esta nueva variante podría ser 500 veces más peligrosa que otras mutaciones (ver). Muchas veces los científicos se equivocan. Esta vez ha sido el turno de este epidemiólogo, que se ha atrevido a emitir una afirmación sin haber constatado la peligrosidad del virus. Afirmaciones como la de este científico no ayudan en absoluto. Al contrario, afirmaciones tan absurdas y alarmantes cómo ésta pueden aumentar el miedo de la gente.

Una nueva mutación puede ser más contagiosa que las anteriores, pero también puede ser menos peligrosa. Las informaciones que se han recibido hasta ahora indican que la  variante ómicron ocasiona síntomas más suaves y hasta ahora no se ha informado de muerte alguna, ni siquiera de pacientes muy graves. Es muy temprano aún para determinar bien la peligrosidad del virus. Hay que tener en cuenta de que van a seguir apareciendo nuvas variantes, porque es un desarrollo normal de todos los virus.

¿Cómo han reaccionado las autoridades de muchos países? Lo primero ha sido prohibir los viajes desde algunos países africanos o aplicar restricciones para quienes viajen. Esto, porque todo el mundo se deja llevar por el pánico y se recurre inmediatamente a medidas precipitadas. 

Lo importante es aplicar o mantener las medidas que se han tomado antes, con el mismo cuidado. Lo importante es mantener la distancia de seguridad, la ventilación y la higiene. Cerrar fronteras no va a solucionar el problema, porque, de alguna u otra manera, el virus ya está en muchos países, aunque aún no se lo haya descubierto. 

Recomiendo leer anteriores artículos de este blog sobre el Covid-19.

Nota del 1  de diciembre 2021:

Las noticias aparecidas hoy indican que la variante del Covid-10 Ómicron ya estaba en Europa el 11 de noviembre, muchos días antes de que se descubriera en Sudáfrica. Por lo tanto, todas las medidas que prohíben los viajes desde ese país o países vecinos no tienen mucho sentido. El que se descubriera allí no significa que se haya originado la mutuación en ese lugar. Incluso, ya el 29 de noviembre aparecían estos datos en algunos medios de comunicación. VER AQUÍ.

Una de las afirmaciones o especulaciones (sin comprobación científica) es que la nueva variante puede ser más mortal. Pero esto aún no se ha demostrado. Lo que sí puede ser es que sea más contagiosa. Por lo menos no es más grave, porque no hay muchas hospitalizaciones a causa de esta variante. Además, los síntomas son menores que los ocasionados por variantes anteriores. Por lo tanto, no hay motivo para alarmerse. También se afirma que las vacunas pueden perder su eficacia ante esta nueva variante de Covid-19, pero eso ya ha sucedido con las variantes anteriores. Mucha gente vacunada con dos dosis se ha contagiado. En los próximos días se irá actualizando esta entrada. Por ahora se hace enlace a una de las últimas noticias de hoy: VER AQUÍ.


sábado, 20 de noviembre de 2021

UNA PAUSA DE LA POLÍTICA Y DE LA PANDEMIA - MÚSICA EN VENEZUELA

Interesante evento en Caracas, Venezuela. El Sistema Nacional de Orquestas (ver) intentó romper el récord de Guineas Record: una orquesta de 12 000 músicos jóvenes interpretan la Apertura de una obra de Piotr Ilich Chaikovski, Marcha Eslava. El concierto se llevó a cabo el 14 de noviembre de este año.

Dejemos a un lado la política por unos momentos. Dejemos a un lado la tristeza que ha provocado la pandemia del Covid-19. Veamos y oigamos una de las cosas buenas de la vida, sin juzgar, sin acusar, sólo escuchar y disfrutar.

ENLACES:

REPORTAJE DE TELESUR

VER VIDEO DEL CONCIERTO 1

VER OTRO REPORTAJE DE TELSUR (incluida la Marcha Eslava, además de muchas otrs hermosas piezas musicales) Vale la pena ver todo este vídeo, indiferentemente de las ideas políticas de los lectores.

La orquesta venezolana tocó durante 8 minutos (algunas versiones dicen 5 minutos), de los 12 totales de la obra. El actual récord es de 5 minutos.




sábado, 13 de noviembre de 2021

¿Y AHORA, QUÉ? ¿Ya tenemos que olvidarnos del coronavirus? SEGUNDA PARTE

Lo expuesto en la primera parte era una especie de vaticinio, que lamentablemente se va cumpliendo: en Europa aumentan considerablemente los contagios de Covid-19. Da la impresión de que la mayoría de la gente ya da por superada la pandemia y es tan común que haya nuevos contagiados que se lo acepta como algo normal y aceptable. De las extremas medidas que se tomaron ya no queda casi nada y casi nadie se cuida. Es verdad que había medidas absurdas, que nunca se debieron tomar. Pero hay otras que se debieron tomar mucho antes de la actual pandemia. Y se deberían seguir tomando, como mantener la distancia de seguridad, mantener una buena higiene, evitar los saludos cercanos de manos, codos o puños, los abrazos, etcétera. Por supuesto que hay que seguir evitando aglomeraciones y reuniones en lugares que no tienen buena ventilación. Eso es necesario, pero ya casi nadie lo hace. La gente organiza fiestas y reuniones, sin tener en cuenta los riesgos que aún existen. Y sin pensar que antes de la pandemia también había riesgo de contagiarse de muchas otras enfermedades, que se pudieron evitar si hubiéramos tomado las precauciones necesarias.

Lo que sí se hace, en muchos países, es usar la mascarilla, la medida más ineficaz de todas. Por supuesto, mucha de la gente que usa la mascarilla se sigue contagiando, porque descuidan todas las otras medidas. La gente cree que poniéndosela, ya están protegidos. Pero toman cosas que mucha otra gente manipula al tocarlas o al toser o estornudar sobre ellas. Luego se tocan la cara, los labios, la nariz y las orejas. Es así como se contagian, a pesar de su "amuleto" que les impide respirar convenientemente.

La vacuna sí que puede evitar los contagios, o hacer que la gente no se enferme de mucha gravedad. Estar vacunado también puede dar la sensación de que no hay riesgo de contraer la enfermedad. Está científicamente probado que la vacuna  no es, en absoluto, una protección 100 por ciento segura. 

Conviene repetir lo escrito anteriormente en esta entrada: no sólo se trata de la Covid-19. Hay cientos de otras enfermedades que se pueden transmitir por el contacto de nuestras manos con cientos de objetos que tocamos todos los días. En cada gramo cuadrado de tierra hay 40 millones de bacterias, sin contar con los virus que puede haber dentro y fuera de ellas. 

Los virus y bacterias también están en el aire, pero en forma muy dispersa, lo que los hace menos peligrosos. Sobre cada metro cuadrado se depositan, cada día, 800 millones de virus y 20 millones de bacterias. De todos esos gérmenes, el virus Covid-19 representa una ínfima cantidad. 

Antes nadie lo pensaba y ahora son muy pocos los que lo hacen: los virus y bacterias nos tienen rodeados y dentro de nuestros organismos también los hay en enormes cantidades. En nuestro cuerpo viven, aproximademente 39 billones de bacterias, aunque la mayoría nos ayudan en nuestro metabolismo. Lo mismo sucede con los virus, que también nos ayudan en nuestras funciones metabólicas y defensa inmunológica. Estos están en cantidades 10 veces superiores a las bacterias. 

Conviene recordar, además, que nuestras células tienen muchos orgánulos u organelas. Entre estas organelas está la mitocondria, que se supone fue, en sus orígenes, una bacteria. En cada célula tenemos, aproximadamente, unas 800 mitocondrias. Esta organela es una de las partes fundamentales de la célula humana y tiene su propio ADN. Podríamos decir que nuestros organismos son la unión de muchas bacterias, que se fueron especializando a través de millones de años. Por lo tanto, la vida es una lucha entre nuestras propias bacterias y virus contra agentes externos. Al mismo tiempo, algunas de nuestras bacterias también se pueden transformar en nuestras enemigas, así como nuestro sistema inmune, que también puede llegar a serlo. Lo importante es que tenemos que defendernos, fundamentalmente, de los agentes externos. En cuanto a nuestro organismo, debemos intentar mantener un buen equilibrio mediante buena alimentación y ejercicio físico. Y no es la primera vez que se alude a esta buena combinación, en este blog.

martes, 26 de octubre de 2021

¿Y AHORA, QUÉ? ¿Ya tenemos que olvidarnos del coronavirus? PRIMERA PARTE

En innumerables ocasiones se ha usado la expresión "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra". Hay muchas variantes, pero la mencionada aquí es la más común. Tal vez hay que aplicarla una vez más en esta ocasión y a escala global. Parece que no aprendemos lo suficiente cuando nos vemos enfrentados a una amenaza difícil de contrarrestar, y eso es lamentable. Cuando apareció la pandemia del Covid-19 se tomaron muchas medidas exageradas (algunas están vigentes en algunos países) pero no se tomaron otras, que pudieron ser más eficaces. Creo que podemos hacer una comparación con algunos cambios políticos y culturales que han ocurrido en algunos países. Tomemos el caso de España, por ejemplo. Cuando gobernaba (ilegalmente) el dictador Francisco Franco, había una censura cultural que prohibía muchas cosas. No se podía hablar directamente de sexo, de libertad ni de igualdad. Por lo menos, no en la forma en la que se hacía en países donde había una pseudodemocracia. Cuando llegó la transición, de produjo el "destape". Fue como una olla a presión, que estalló con fuerza y se llegó a extremos nunca antes vistos. Aunque la palabra destape se asocia más al cine, también se reflejó en la televisión y la prensa, especialmente revistas semanales, como Interviú.

En la televisión se podía ver bailarinas semidesnudas, que mostraban sus senos. La cantante italiana Raffaela Carrá mostraba, muy a menudo, programas con mujeres semidesnudas, algo que actualmente no se hace. Fue una etapa corta, porque nuevamente se recurrió a la censura, aunque no con la misma fuerza que durante la dictadura. Lo del destape fue una característica de una forma de mostrar la sexualidad, pero también hubo otras expresiones de tipo cultural, de intercambio de ideas políticas, con el surgimiento de muchos grupos considerados extremistas, tanto de derechas como de izquierdas. La organización independista ETA, llevó a cabo más atentados terroristas durante esta etapa que los grupos anarquistas, durante todo el período de la dictadura. En los cines se empezaron a proyectar filmes pornográficos y aumentó el establecimiento de sitios de encuentro de homosexuales o de encuentro para intercambio de parejas, etcétera. Todo lo antes descrito fue como una respuesta a todas las prohibiciones que había durante la dictadura. Era como si una olla a presión, de pronto, explotara.

Yo no voy a juzgar los cambios producidos, si está bien o está mal. Me remito únicamente a ver cómo, a veces, se producen cambios bruscos o rápidos en el comportamiento de los individuos de una sociedad, ya sea ésta dentro de un país o de varios países, dependiendo de qué medidas restrictivas o de represión que se adopten o se dejen de adoptar. Las causas pueden ser muy distintas y las medidas represivas o restrictivas, también. Por lo tanto, las consecuencias son distintas y los cambios son bruscos e inesperados.

Volviendo a la actualidad, en marzo de 2020, se apoderaron del mundo el terror, el miedo y la improvisación, en muy pocas semanas. Se recurrió a los conocimientos de algunos científicos y epidemiólogos -muchos de los cuales tenían pocos conocimientos sobre el nuevo virus- aunque ya había referencia, por muchos otros virus similares de forma de corona, aunque a ninguno de ellos se les dió jamás ese nombre. El nuevo virus fue bautizado, por los medios de comunicación como "coronavirus", como si los anteriores no lo fueran. En lugar de tomar precauciones bien pensadas y adecuadas, se recurrió a una serie de medidas desmesuradas, creyendo o suponiendo que serían la solución. Se detuvieron, poco a poco los viajes internacionales y algunos países paralizaron muchas de sus importantes actividades. En algunos países se llegó al extremo de confinar a la población en sus casas, con la amenaza de multas cuantiosas si se cometía el "delito" de salir a la calle sin una justificación importante. Luego se permitió salir a la gente, pero se la obligó a usar mascarilla. Aún a la fecha de hoy se la exige en muchos países. Suecia, tal vez, fue el único país que no obligó a la gente a usar esa incómoda y no tan segura prenda. Eso sí, se recomendó usarla en lugares con riesgo de aglomeración, como en buses y trenes. El uso de la mascarilla no ha sido eficaz, cuando ha sido utilizado por la gente. Los únicos que la han usado, más o menos bien, son los trabajadores de la salud, en clínicas y hospitales. Aún así, también entre esos trabajadores se cometen muchos errores. Son muy pocas las personas que las han usado bien. La gran mayoría de quienes las usan, las manipulan constantemente. Es muy común ver a la gente, llevándola en el cuello o dejándola colgada en los espejos de los automóviles o en otros sitios. Luego se la ponen varias veces, a pesar de que puede estar infectada y se debería usar una sola vez. Como los virus no se ven, se cree que no están en los objetos que manipulamos constantemente con nuestras manos, uno de los principales vehículos de transmisión de microbios patógenos. Se afirma en muchos medios, que el uso de la mascarilla ha disminuido los contagios. Pero eso es imposible de probar. Si los contagios han disminuido es gracias a un conjunto de medidas, no sólo a una. No se puede probar, científicamente, que una sola medida pueda haber contribuido a la disminución de contagios. Ni siquiera se puede afirmar que las vacunas sean la solución. Es verdad que las vacunas pueden disminuir el riesgo de contagio, pero ha habido muchos casos de gente que ha enfermado, a pesar de haber sido vacunados dos veces. Lo que sí se ha logrado es disminuir la cantidad de muertes a causa de la enfermedad. Aún así, en este caso, no podemos afirmar cien por ciento, que las vacunas han detenido las olas de contagio. Al principio de la pandemia hubo más muertes. Esas muertes se debieron a distintos factores, como la edad y muchas patologías que ya habían disminuido el sistema inmune. La edad en sí no es un factor de riesgo, sino qué vida ha llevado la gente mayor, cómo se ha alimentado y de qué forma ha utilizado sus cuerpos, con mucha, con poca o casi ninguna actividad física.

En muchos casos, los pacientes más afectados por el SARS-CoV-2 (Covid-19) tenían síntomas de una o más enfermedades combinadas. Naturalmente que entre esos pacientes tenía que ser mayor el peligro de morir. Después de un tiempo, cuando las personas más vulnereblas ya habían muerto, el resto de la población pudo tener más resistencia. Los hospitales mejoraron sus servicios, se aumentó la cantidad de respiradores y se pudo atender a más gente, lo que permitió disminuir las muertes y que los pacientes se recuperaran en menos tiempo. 

Sin lugar a dudas, las vacunas han contribuido a disminuir la cantidad de infectados y de muertes. Pero sin las vacunas, tal vez, se habría obtenido el mismo o mejor resultado, si se hubieran tomado las medidas más convenientes, empezando por la educación de la población para que se pudieran defender en forma más eficaz, incentivando una mejor alimentación y el ejercicio físico, aprender a respirar en forma adecuada, etcétera.

Ahora se ha declarado abierta la sociedad y se han quitado, paulatinamente, las restricciones. Y ya tenemos, nuevamente, un efecto de olla a presión. La mayoría de la gente olvida que el virus sigue mutando y que está presente, en todas partes. El virus ha venido para quedarse, como lo han hecho miles de otros virus. Es imposible erradicarlo completamente. Este virus se suma a los otros virus que han aparecido antes y que rebrotan de cuando en cuando, provocando muertes y disminución de la capacidad cerebral, de inmunidad y de muchas otras capacidades necesarias para tener una vida normal.

La gente se vuelve a abrazar y se aglutina en espacios cerrados, no todos se preocupan de la higiene: se comparten vasos, cigarrillos y otras cosas. Se vuelve a hacer lo mismo que se hacía antes de la pandemia, como si el peligro de ser contagiados ya haya desaparecido por completo. ¿Es que nunca vamos a aprender a cuidarnos?