La medida de Google de obedecer la orden de Donald Trump de suspender sus negocios con empresas catalogadas por el presidente norteamericano como " amenaza para la seguridad nacional" podría significar un golpe de muerte para la empresa china Huawei. Sus teléfonos inteligentes ya no podrán usar una serie de aplicaciones necesarias para que sus usuarios se comuniquen con otros usuarios ni para leer o publicar noticias, ver vídeos o muchas otras funciones. Eso implica que le gente no compre más teléfonos fabricados por la empresa china. Así se perjudica a la economía china y se favorece a empresas norteamericanas o de países aliados de Estados Unidos.
Pero esa medida puede convertirse en un boomerang, porque la empresa Huawei y otras empresas que fabrican teléfonos y otros dispositivos necesarios para comunicarse, pueden utilizar otros sistemas operativos y programas que pueden ser gratuitos. Si eso se logra, todo el mundo podría empezar a emplear los programas (software) libres. Ya hay muchas instituciones estatales, empresas y personas que utilizan esos programas libres, aunque la mayoría de los usuarios estamos acostumbrados a utilizar los productos de Microsoft, Google y otras empresas norteamericanas. Los sistemas operativos como Windows son caros y se deben actualizar constantamente para mejorar el servicio y para contrarrestar los efectos de virus informáticos. A pesar de eso siempre hay que comprar caros programas antivirus. Los programas como Office también son caros y se debe pagar su uso, a menos que se pirateen sus servicios como se hace en algunos países. La desventaja de los programas pirateados es que se vuelven inservibles al no poder ser actualizados. Los programas libres tienen menos riesgo de contaminarse con virus.
Puesto que son muchos millones de usuarios que van a verse afectados con las sanciones de Estados Unidos, es posible que todo el sistema cibernético experimente cambios que antes no nos pudimos imaginar. Las empresas chinas, rusas o de otros países pueden empezar a usar en forma masiva sistemas operativos propios y sin riesgo de virus informáticos. Junto a ello puedan aparecer miles de aplicaciones gratis y de buena calidad que todo el mundo pueda usar. Eso implicaría un enorme ahorro para todos los usuarios y posibilidades de obtener mejores y seguros servicios. ¿Quién perdería entonces?
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