Todos los atentados terroristas son condenables y merecen el repudio de toda la sociedad humana. Lo son, por supuesto, los dos atentados de hoy. Uno de los atentados se perpetró en Bulgaria. Las víctimas fueron jóvenes israelíes. El otro atentado se llevó a cabo en Siria, en el que murieron, entre otras personas, el Ministro del Interior, al de Defensa y a su Vice Ministro.
Ninguno de esos dos atentados tiene justificación. Son acciones cobardes y repudiables.
El atentado de Siria ha sido reconocido por los grupos opositores al gobierno. Es uno de los golpes más certeros de esos grupos, apoyados por Estados Unidos, Gran Bretaña, Turquía e Israel. Razones tendrán los gobernantes de esos y otros países para sentirse satisfechos. En poco tiempo se ha logrado sembrar el terror en Siria y en estos momentos hay una guerra civil cuyos resultados son difíciles de predecir, aunque todo indica que el imperialismo logrará un nuevo éxito, de acuerdo a sus planes expansionistas. Nuevamente se impondrá el poder de las armas, la muerte y la destrucción para luego "reconstruir" obteniendo enormes ganancias económicas.
Nadie se ha hecho responsable aún del atentado en Bulgaria, pero el gobierno israelí se ha apresurado a acusar a Irán. Como siempre, se trata de obtener éxitos políticos y fabricación de excusas para futuras acciones militares. Sin pruebas y sin lógica alguna se acusa a un país que está en la lista de futuras invasiones por parte de Estados unidos y sus aliados.
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