Millones de personas están contentas, sobre todo en Estados Unidos. Por fin ya se sabe quién será el nuevo presidente de ese país. No importa ya cualquier demanda judicial que interponga el perdedor Donald Trump. La diferencia de votos y electores (o delegados) es suficiente para eliminar cualquier duda. Por fin se puede rspirar un poco mejor.
Hay muchos millones de ciudadanos que están contentos, también hay muchos otros millones que se sienten aliviados. Contentos no es lo mismo que aliviados. Contentos están quienes se han librado de un presidente desequilibrado, egoísta y mentiroso; un hombre que carece totalmente de escrúpulos, altamente peligroso. Aliviados están quienes esperan que el nuevo gobernante estadounidense muestre un poco más de cordura que su predecesor.
La elección de un nuevo presidente, que era una alternativa mejor que el gran empresario, especulador y evasor de impuestos, no significa que todo cambie, ni en Estados Unidos ni en el resto del mundo. El imperio sigue siendo el mismo y continuará intentando aumentar su hegemonía en el mundo entero. Se continuará apoyando a las clases más pudientes de cada país y se continuará incentivando Golpes de Estado en muchos países que no aceptan su hegemonía.
Por otra parte, sí que habrá cambios importantes en la política internacional. Dos temas som de gran importancia para el mundo: la lucha contra la aceleración del cambio climátido y el apoyo a la OMS, que necesita recursos para combatir todo tipo de enfermedades, a pesar de los errores que se puedan cometer. Lo importante es vigilar que los trabajos sean transparentes y que se incentive la investigación científica, dando prioridad a los intereses de todos los ciudadanos, no a las empresas farmacológicas, que siempre se enriquecen gracias a las enfermedades y las medicinas que se producen contra las mismas.
Ya no hay peligro de que una mente insana e incontrolada como la de Donald Trump siga envenenando al mundo, pero debemos ser cautelosos con la nueva administración de Joe Biden. Para él, los intereses del imperio siempre van a ser primordiales, aunque las fuerzas de izquierda que lo apoyaron, tal vez puedan contrarrestar, en parte, los excesos de política expansionista y colonialista.
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