QUINTA PARTE
Escrito por noticieronestor el 24-01-2010
Traspasado a este blog con fecha 9 de enero, 2014. Falta poner los enlaces correspondientes.
VER TODOS LOS ARTÍCULOS DE LA FAMILIA, PILAR FUNDAMENTAL DE TODA SOCIEDAD
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CAUSAS DEL FRACASO, AL INICIO DEL MATRIMONIO (O PAREJA DE HECHO)
Quiero insistir en que las causas del fracaso están al comienzo de una relación, no al final de ella. La ruptura (que lleva a la separación) se produce por la mala elección que se ha hecho y por la poca preparación de las dos partes que componen la relación de hecho o matrimonial.
Voy a analizar algunas de las causas que producen la ruptura, por ser desde un comienzo, obstáculo para la convivencia, aunque ninguno de los dos miembros de la pareja se de cuenta de eso. Debemos reconocer, sin embargo, que hay personas que se adaptan o simulan adaptarse y soportan una serie de abusos o de mal comportamiento de la otra persona. Son personas admirables, que soportan muchos años, incluso hasta que se mueren, los atropellos físicos y mentales de su cónyuge. Su amor o su capacidad de sufrimiento fueron y siguen siendo tan grandes que nada les afecta hasta el punto de querer separarse. También hay matrimonios, en los cuales ambos cónyuges se han complementado y se han adaptado mutuamente, pero son la minoría. A pesar de haber sido un fracaso la elección de la pareja, muchas veces se puede lograr una buena adaptación, aunque ambos deben esforzarse mucho por lograrla. Se requiere mucha buena voluntad y paciencia.
Voy a analizar algunas de las causas, aunque me referiré a ellas en forma muy resumida. Todo lo que expondré aquí lo explicaré, en forma más amplia, con mayor profundidad, en artículos separados:
· COSTUMBRES DE CADA CUAL
· LOS INTERESES DE CADA INDIVIDUO
· LA PROFESIÓN O TRABAJO
· El IDIOMA
· LA ECONOMÍA, POR SEPARADO Y EN CONJUNTO
· LA CONFIANZA MUTUA, LOS CELOS
· DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO LIBRE
· LAS METAS DE CADA UNO O DE LA PAREJA
· LA SALUD
· LA SEXUALIDAD
· LA SINCERIDAD O EL ENGAÑO
· LAS CREENCIAS RELIGIOSAS
· LA CONCIENCIA POLÍTICA
· HIJOS ANTERIORES
Cada ser humano tiene sus principios, adquiridos en la familia, en su ambiente de trabajo o estudio o de la sociedad en la que está inmerso. Así, también, cada uno tiene sus costumbres, como la de acostarse y levantarse temprano o tarde, de oír cierta música o ingerir determinados alimentos. Todo eso va a depender de las costumbres adquiridas antes, en la casa materna o de la convivencia con otras personas. La diferencia en las costumbres puede ir provocando grietas en la relación, al entrar en conflicto las conductas o comportamiento de cada uno, al usar el baño y el tiempo que emplea en ese lugar, la cocina, la sala de estar, etc.
Muchas veces se van juntando los detalles, que por separado tal vez no tengan mucha importancia, pero al irse acumulando y apareciendo en repetidas ocasiones, la paciencia de uno o de ambos se va agotando. Conocer las costumbres de cada cual es fundamental para poder elegir una pareja.
LOS INTERESES Y ASPIRACIONES DE CADA UNO
Cada quien ha tenido, desde su niñez, preferencia por algún tipo de distracción o entretenimiento, tanto en el hogar como fuera de él. Satisfacer esas preferencias influyen el deseo de cada persona de adquirir y utilizar diversos aparatos o accesorios. Todo eso está muy bien cuando la persona vive sola. Pero al convivir con una pareja, debe tomarse en cuenta los intereses de la otra persona. Se debe aceptar limitar algunas satisfacciones propias y ceder ante algunos de los intereses de la otra persona. Esto es muy difícil de lograr, porque la mayoría de nosotros da prioridad a los propios intereses. El egoísmo impide, en la mayoría de los casos, que haya acuerdos. Si alguien cede, por lo general es porque se siente obligado a ello. Eso se puede aceptar por un tiempo. Pero llega el día en que no se puede tolerar más la sumisión. Si alguien impone sus intereses a los de otro, tarde o temprano tendrá que arrepentirse, porque esa puede ser una de las causas que provocan tristeza, decepción y hasta recelo. Por otra parte, el no estar dispuesto a ceder, también provoca recelo y malestar.
LA PROFESIÓN O TRABAJO DE CADA CUAL
Cuando nos integramos a la vida laboral debemos sacrificar una buena parte de nuestro tiempo que debería dedicarse a la familia. Los viajes hacia y desde el trabajo arrebatan mucho tiempo, a menudo, mucho más de lo aceptable, dependiendo de la distancia que debemos recorrer hacia el sitio de trabajo. Hay algunas profesiones que requieren de mucho más tiempo y se debe trabajar en turnos o hacer largos viajes para finiquitar acuerdos o negocios, largas reuniones después de los horarios normales de trabajo, etc.
Quienes tienen empresas propias (me refiero, fundamentalmente, a pequeños empresarios) necesitan aún más tiempo para hacer cuadrar las cuentas, organizar las actividades de la empresa, suplir las faltas de personal, etc. Estas personas deben trabajar muchas horas extras para lograr un salario para sí mismas, después de haber pagado los salarios de su personal y habiendo pagado todos los gastos de producción, publicidad, alquiler de locales, etc. Hay personas que viven prácticamente en sus oficinas, talleres o negocios, para alcanzar a cubrir los costes y poder dar a sus familias la mejor estabilidad económica posible. Otras personas son explotadas inhumanamente en sus lugares de trabajo y deben verse obligadas a trabajar horas extras o tomar varios trabajos para poder llevar a su casa lo más indispensable.
La excesiva dedicación por el trabajo, motivada (por lo general) por el deseo de bienestar para la familia, no siempre es entendida por la otra parte, que se considera desplazada o menospreciada.
EL IDIOMA
Para muchas parejas, el hablar un idioma diferente no es un problema de gran envergadura. Al contrario, ese factor puede enriquecer la preparación intelectual de las dos personas. Lo mismo ocurre cuando las personas, aún hablando el mismo idioma, usan vocablos distintos. Sin embargo, para muchos, surgen problemas graves de comunicación o de intolerancia, al no adaptarse a una nueva forma de hablar, máxime si la influencia de otros miembros de la familia de una de las partes se hace patente, en forma diaria. Sucede que, a causa de problemas idiomáticos, se producen mal entendidos, que no siempre se superan. Al irse acumulando las situaciones provocadas por esos malentendidos, van provocando malestar en uno o ambos miembros de la pareja.
LA ECONOMÍA, POR SEPARADO Y EN CONJUNTO
El tema económico es decisivo, en la mayoría de los casos. El dinero es necesario para satisfacer las necesidades mínimas de una familia. Algunas parejas “entran en crisis” cuando se dan cuenta de que deben limitar sus gastos, porque el dinero no alcanza para comprar los alimentos necesarios o para vestirse. Esto se ve agravado si la familia no tiene vivienda propia y vive de alquiler. Peor aún si la pareja debe vivir en la casa de familiares (generalmente la de los padres de uno de los miembros de la pareja) y debe compartir el techo con varias personas. El apresuramiento en casarse o irse a vivir juntos hace olvidar a estas personas que una unión sentimental que implique vivir juntos se debe planificar y esperar el momento más oportuno para formar su hogar.
Los problemas se agudizan aún más cuando nacen los niños, que ocasionan gastos mayores. El dinero no es suficiente, aunque padre y madre trabajen. Si sólo es uno quien trabaja, los problemas aumentan. Surgen, entonces, las recriminaciones o las críticas mutuas, en lugar de reconocer que ambos tienen la culpa de las nuevas situaciones que van apareciendo.
Es enorme la capacidad de tolerancia que tiene la mayoría de los seres humanos del planeta para superar las deficiencias a causa de sus bajos recursos o ingresos. Esa gran mayoría de personas es la que sufre a causa de la explotación, obteniendo miserables salarios y entregando toda su energía para que se enriquezcan otras personas. Es comprensible que toda esa gran mayoría de sufridos seres humanos se apresuren a formar sus hogares, sin tener nada que asegure el bienestar de esas nuevas familias. Si esperaran a tener las condiciones mínimas para hacerlo, llegarían a ancianos, sin haber disfrutado del amor o del afecto y compañía que todos necesitamos.
Tarde o temprano, no obstante, la mayoría de esos hogares se van destruyendo, mejor dicho, autodestruyendo. Si las parejas se mantienen unidas, lo siguen haciendo sumidas en el dolor y en la miseria.
LA CONFIANZA MUTUA, LOS CELOS. LOS SENTIMIENTOS Y LA FORMA DE EXPRESARLOS
Muchas personas creen que los celos nacen del amor. Mientras más celos se tienen, más se ama a la persona. Pero lo que se defiende, en esos casos, es el amor propio. Los celos nacen del egoísmo y la desconfianza, no del amor. Amor es dar, sin esperar recompensa alguna. Si se ama de verdad, se desea el bienestar y la felicidad de la pareja. En muchos casos esto implica renuncia a la persona amada.
Muchas personas creen, también, que el amor debe manifestarse con frases o palabras, con promesas constantes de amor. Nada más lejos de la verdad, porque quien ama no necesita decirlo a cada instante. El amor se demuestra preocupándose por la otra persona, ayudándola en cualquier circunstancia, consolándola cuando sufre algún dolor y librándola (en lo posible) de las cargas que significa alguna actividad de trabajo, tanto dentro como fuera del hogar. El exceso de palabras de amor, muchas veces tienen la finalidad de adular a la otra persona, para obtener algún beneficio o favor. No olvidemos que adular es una de las formas que se eligen para sobornar. Esto se ve entre los miembros de familias, en relaciones de trabajo o de negocios, etc. Para vender más fácilmente una mercancía, en muchos países se utilizan piropos o frases amables. Mucha gente hace amistades, utilizando las mismas tretas. En cuando a aumentar sus amistades, mucha gente lo hace para obtener de ellas algunos beneficios personales, no por mera simpatía. Por eso, el continuo uso de las frases “te amo”, “te quiero”, no son prueba absoluta de amor, sino adulación, en la mayor parte de los casos. No podemos exigir, entonces que se nos repitan esas frases, tan mal usadas por la mayoría de la gente.
El desconfiar de la pareja es una forma de descalificarse a sí mismo. Si realmente se ama o cree amar, se debe confiar en la persona que ha elegido como pareja. Y si se da cuenta de que no es capaz de hacer feliz a su pareja, debe analizarse y rectificar su actitud para con ella. El resultado de ese análisis, que sería recomendable hacer, también, con la otra parte, nos lleva a dos caminos:
a) Si se logra descubrir que existe realmente amor, se debe intentar superar ese estado de inseguridad. Pero se debe partir de la base de la entrega absoluta, sin condiciones.
b) Si se descubre que el amor no existe, sino únicamente una necesidad de satisfacer el amor propio, lo mejor es dejar en libertad a la persona a la que se está sometiendo a los propios caprichos (valga la redundancia).
Muchas veces, los celos llegan a transformarse en una enfermedad. Se producen situaciones desagradables, que eliminan toda posibilidad de entendimiento. La persona celosa se ciega y sólo cree lo que siente, no lo que recomienda la razón. Se acusa a la pareja, sin pruebas, sólo con infundadas sospechas. Cualquier cosa que la otra persona diga, sirve para aumentarlas. Naturalmente que si la otra pareja ha sido infiel alguna vez, las sospechas son aún mayores.
DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO LIBRE
Nada más bello que la pareja que se ama comparta todo el tiempo libre, juntos. Existen ocasiones en las que la pareja debe dividirse para poder asistir a una reunión o actividad, si hay que realizar tareas que no deben aplazarse, especialmente si hay hijos pequeños. Pero las actividades fuera del trabajo, especialmente aquellas que tiene por finalidad divertirse, pueden convertirse en muros insalvables, que van eliminando todos los vestigios de amor o afecto en la pareja. Jamás he entendido, por ejemplo, a aquellas personas que dejan la familia sola, para ir a ver partidos de fútbol o sentarse frente al televisor para verlos, en lugar de ver algo que interese a todos los miembros de la familia. Menos he podido entender a quienes se van a jugar dominó, a las cartas u otros juegos, dejando a sus mujeres solas, haciendo los menesteres que necesita un hogar y a cuidar a los niños. Mucho menos aún podría entender que los hombres se vayan a reunir con otros hombres en una taberna o pub, con el propósito de conversar y beber.
El tiempo libre se debería utilizar para que la familia unida lleve a cabo actividades que todos puedan disfrutar, para elevar el nivel de salud o para superarse intelectual o artísticamente. La mala utilización del tiempo libre es otra de las causas (quizás una de las más decisivas) de separación de las parejas. En la gran mayoría de los casos, las actividades elegidas y la costumbre de llevarlas a cabo tienen un origen machista. Si cosas como estas no se toman en cuenta antes de unirse en pareja ¿Cómo va a funcionar la vida de esa pareja?
LAS METAS DE CADA UNO O DE LA PAREJA
Cada uno de nosotros debería tener metas bien definidas de lo que pretende hacer en el futuro. Lamentablemente, debido a la cultura y educación clasista de todas las épocas, no todos han tenido ni tienen metas y la mayoría aspira sólo a mejorar sus condiciones de vida material. Es muy triste constatar que la gran mayoría de niños y jóvenes siguen el mismo camino de sus padres. Cuando se les pregunta qué desean ser cuando sean mayores, ellos no piensan en qué pueden ser útiles a la sociedad, sino qué prestigio van a obtener y cuándo dinero ganarán. Por eso, en lugar de pensar en una profesión que pueda ayudar a resolver los problemas de la colectividad, se sueña con algo que reporte muchas ganancias y fama, como el llegar a convertirse en un famoso jugador de fútbol, por ejemplo.
Si nos remitimos a quienes son jóvenes universitarios o trabajadores, sus aspiraciones son las de viajar y conocer otros países. Algunos tienen como aspiración trabajar en alguna gran empresa y obtener un buen sueldo o crear su propia empresa, poder comprar un automóvil de lujo y una buena casa o apartamento. No incluyo aquí a los hijos de ricos, que ya lo tienen todo desde antes de nacer. Esos jóvenes ni siquiera deben esforzarse y pueden perder muchos años sin estudiar. Todo a casi todo les va a llegar sin siquiera pedirlo. La lista de aspiraciones de cada uno es muy grande. Pero lo primordial para esas personas es llegar a ser independientes económicamente, sin pensar mucho en lo que es mejor para la sociedad.
Considero que aquí hay un inmenso cráter que es necesario cubrir en el futuro inmediato. En todos los países debería existir una entidad que se preocupara exclusivamente de orientación profesional, que empiece a interesar a los niños, desde su primer día en la escuela primaria y hasta los más altos niveles universitarios. Por supuesto que para lograr eso habría que convencer a los dirigentes políticos de la importancia de dar una buena orientación a los niños y a la juventud. El bien de la colectividad no le interesa a las grandes empresas capitalistas, porque eso dañaría sus intereses, que dependen de la desorientación, para mantener a los futuros consumistas en la opresión económica y espiritual. Muchos jóvenes europeos, por ejemplo, al carecer de metas y ver que la mayoría de los problemas (agudizados por las continuas crisis económicas del capitalismo) sólo van en aumento, optan por evadirse y desconocen su responsabilidad en la solución de los mismos. Por eso lo único que les interesa es divertirse y despilfarrar lo que tienen y lo que no tienen.
En España se puede apreciar, por ejemplo, una nueva forma de evadirse, que son los famosos “botellones”. Aparte de eso, el consumo de drogas va en aumento, especialmente en países europeos y en Estados Unidos. Los jóvenes están decepcionados de ver cómo el planeta se va destruyendo y cómo aquellos que podrían impedirlo, nada hacen, porque lo más importante para ellos es obtener ganancias económicas. El comportamiento de los jóvenes latinoamericanos debería ser distinto al de los europeos y estadounidenses, pues sus problemas no son exactamente los mismos. Las grandes potencias colonialistas e imperialistas cuentan con recursos económicos mayores que en el resto del mundo y los desempleados pueden recibir subsidios económicos, por ejemplo, lo que no es posible en países con bajo rendimiento económico. Pero los comportamientos de esos jóvenes son copiados por los de otros países, gracias a la enorme influencia de los medios de comunicación y de la gran industria del cine, las empresas discográficas, revistas, internet, etc. Así, el envenenamiento mental es el mismo para todos los niños y jóvenes del mundo, con excepción de aquellos países en los que se intenta cambiar la estructura de la sociedad capitalista.
Todo lo anterior influye negativamente en los niños y jóvenes. Por ese motivo no hay gran interés por tener aspiraciones y metas más claras y de carácter social. La falta de metas bien definidas hace que las parejas se vean eternamente confundidas. La mayoría de las veces, las “metas” son distintas para los miembros de la pareja. Esa indefinición y falta de claridad convierte a la pareja en eternos soñadores, que esperan que la solución caiga del cielo. Su esperanza es que sus hijos logren sus propias metas y un futuro mejor.
Los otros puntos, desde la sexualidad hasta los hijos anteriores, están en la SEXTA PARTE.
FIN DE LA QUINTA PARTE
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