UNO DE LOS ASPECTOS DE LA ECONOMÍA SOCIALISTA
(Artículo actualizado el 1 de febrero, 2011)
Para un gran porcentaje de quienes han estudiado economía socialista, está claro en qué consiste ésta y cuáles son las ventajas con respecto a otras formas de economía. Aún así, hay muchos militantes de partidos de izquierda (socialistas, comunistas o de tendencias progresistas) que no han entendido algunos principios fundamentales.
(Artículo actualizado el 1 de febrero, 2011)
Para un gran porcentaje de quienes han estudiado economía socialista, está claro en qué consiste ésta y cuáles son las ventajas con respecto a otras formas de economía. Aún así, hay muchos militantes de partidos de izquierda (socialistas, comunistas o de tendencias progresistas) que no han entendido algunos principios fundamentales.
La mayoría de los militantes de partidos de izquierda han abrazado la lucha revolucionaria por distintos motivos, como por ejemplo:
1.- Consideran que el sistema capitalista es injusto, que los medios de producción están concentrados en muy pocas manos y que la distribución de las riquezas no se hace en forma equitativa.
2.- Consideran que debe existir la igualdad entre todos los seres humanos, que debe de haber fuentes de trabajo para todos, educación para todos, etc.
3.- No están de acuerdo con la explotación del hombre por el hombre y desean que se haga Justicia Social. Pero no siempre tienen claro qué significa esto.
4.- Han sido explotados toda su vida o son hijos de explotados. No desean seguir siendo explotados.
Por supuesto que hay muchos otros motivos, como deseo de reivindicaciones salariales, deseo de castigar a los explotadores, etc.
Hay una canción muy popular que dice "Cuando se llegará el día, que la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos, mierda, mierda". Es una forma simbólica del deseo de invertir los papeles, en cuanto a dominación de una clase por otra. La misma expresión de "dictadura del proletariado"(Ver nota 1, más abajo) da a entender que una dictadura se reemplaza por otra, que el predominio de una clase debe ser cambiado, para que la clase antes oprimida sea la opresora.
Pero no todos los motivos son principios socialistas, como el de "dar vuelta a la tortilla" puesto de que se trata de eliminar toda explotación del hombre por el hombre, de eliminar toda dominación de una clase por otra. Se trata de que nadie explote a otros seres humanos, de que no existan las clases sociales, que no exista la opresión ni la represión de un grupo sobre otro. Muchos simpatizantes de izquierda y considerable cantidad de militantes tiene una visión errada de lo que realmente es socialismo, en ese aspecto.
Por supuesto que quienes adversan las ideas socialistas -casi siempre por ignorancia, pues estas personas poco o nada han leido sobre socialismo- tienen miedo de que "se pierda la libertad si se consigue la igualdad". Es lo que las clases dominantes han inculcado en los ciudadanos. Incluso algunos teóricos socialistas comparten ese planteamiento, porque han sido influenciados por la propaganda anticomunista que se basa, fundamentalmente, en atacar lo desconocido.
Ahora bien, si empezamos a analizar en qué consiste una economía socialista, nos daremos cuenta de que ésta sí es posible y que nos beneficia a todos, que es justa. No voy a profundizar aquí sobre los distintos Modos de Producción ni las distintas formas de propiedad que existen en un sistema capitalista y las que pueden existir en un sistema socialisa. Sólo me voy a referir a uno de los aspectos de la economía socialista, en contraposición a la economía capitalista. Es un aspecto que no siempre se ha tomado en cuenta por militantes o simpatizantes de izquierda.
Puesto que en experiencias o intentos de implantación de economía socialista en países como la ex Unión Soviética y otros países, se han cometido errores que llevaron al fracaso -como es el caso de todos los países europeos en los que la imposición vino de fuera (Ver nota 2, más abajo)- o a dificultades muy grandes (como son los casos de la economía china y la economía cubana) existe el riesgo de que esos errores vuelvan a cometerse en nuevas experiencias.
Esos errores tienen su origen en la formación misma de los partidos de vanguardia y en las siguintes deficiencias: falta de preparación ideológica, falta de conciencia revolucionaria y falta de información sobre los proyectos revolucionarios, tanto hacia dentro de los patidos revolucionarios como hacia afuera, al resto de la población.
Se ha dado más importancia al fortalecimiento de la economía nacional, al fortalecimiento de la defensa de ataques físicos externos e internos, al fortalecimiento del aparato burocrático de Estado, en lugar de transformarlo para ponerlo al servicio del pueblo. Se ha limitado la influencia del Poder Popular, manteniendo la estructura corrupta de los sistemas anteriores.
Ahora ¿cuál es la diferencia fundamental entre una economía capitalista y una economía socialista?
La economía capitalista se caracteriza por producir bienes para el consumo, con el fin de obtener ganancias, en primer lugar. El otorgar bienestar a otros miembros de la comunidad y de satisfacer sus necesidades, no es primordial. Las ganancias deben obtenerse con el menor esfuerzo posible y apropiándose de la fuerza de trabajo ajena. Todo eso con el fin último de acumular riquezas sin límite.
La economía socialista, en cambio, se basa en la solidaridad, en la producción de bienes para satisfacer las necesidades de toda la comunidad. Se trata de obtener ingresos suficientes para cada trabajador, de acuerdo a lo que cada miembro de la sociedad pueda aportar.
En el principio de la transición del capitalismo al socialismo se debe aceptar todas las formas de propiedad de los medios de producción, poniendo al servicio de la comunidad todas las actividades productivas estratégicas, como la extracción de recursos naturales, los servicios eléctricos, gas y agua potable, etc.
Se debe convencer a los propietarios de los medios de producción para que no recurran a la especulación y que acepten ganancias suficientes para satisfacer sus propias necesidades. No se trata de eliminar la ganancia, sino impedir que ésta sea exagerada, que implique mayor pobreza para los trabajadores. Los bienes se deben producir, fundamentalmente, para abastecer de éstos a toda la población.
El Estado debe garantizar el mayor bienestar posible para todos los ciudadanos. Por eso debe permitir y crear la formación de nuevas formas de propiedad, como la propiedad social. Esas nuevas formas de propiedad deben garantizar el abastecimiento de productos básicos, de vivienda, educación, salud, etc. para todo el país.
Para evitar que continúe la burocracia y la corrupción heredada de la sociedad capitalista, se deben crear instrumentos de fiscalización y control eficaces, que impidan el desvío de recursos, acaparamiento y contrabando.
Para que el control sea efectivo se debe permitir la participación del pueblo, representado por el Poder Popular. Pero eso no significa que el Poder Popular reemplace a las instituciones o que no esté sujeto a control. Los organismos creados por el poder popular no pueden quedar exentos de fiscalización. Estos también deben ser debidamente supervisados, en la misma forma que los órganos institucionales, incluyendo a la policía y las fuerzas armadas.
En resumen podemos decir que la economía socialista consiste en la participación organizada de toda la población activa en la producción, sin tener mayor interés que el de contribuir a crear bienestar para todos los ciudadanos, sin excepción alguna.
No es compatible la economía socialista con la concepción antigua de que "voy a vender lo que más dinero da" o "voy a cultivar eso que más ganancias me da". La elección de los bienes a producir o comercializar deben ser los que necesita la población, en primer lugar, aunque no den las mismas ganancias que otros productos.
Un productor agrícola, por ejemplo, debe analizar las tierras que tiene a su disposición, estudiar la situación geográfica en la que está situada su granja o finca, las condiciones climáticas, etc. También debe considerar sus propia capacidad y sus conocimientos, de tal modo que pueda cultivar los productos que den más rendimiento, no en función de la ganancia sino de lo que más es capaz de hacer.
Por otra parte, se debe pensar en qué necesita más la población, de tal modo que los precios sean asequibles para todos. Y en esta parte el Estado tiene una función muy importante, que es la de informar a los productores sobre qué bienes hacen más falta. Es más, el Estado debe estimular la producción de los productos más necesarios y de regular su comecialización, para evitar acaparamientos o destrucción de bienes (Ver nota 3, más abajo).
Para lograr que la economía socialista sea una realidad se debe crear conciencia de solidaridad entre todos los que participan en la producción, distribución y venta de los bienes.
El Estado debe garantizar el mayor bienestar posible para todos los ciudadanos. Por eso debe permitir y crear la formación de nuevas formas de propiedad, como la propiedad social. Esas nuevas formas de propiedad deben garantizar el abastecimiento de productos básicos, de vivienda, educación, salud, etc. para todo el país.
Para evitar que continúe la burocracia y la corrupción heredada de la sociedad capitalista, se deben crear instrumentos de fiscalización y control eficaces, que impidan el desvío de recursos, acaparamiento y contrabando.
Para que el control sea efectivo se debe permitir la participación del pueblo, representado por el Poder Popular. Pero eso no significa que el Poder Popular reemplace a las instituciones o que no esté sujeto a control. Los organismos creados por el poder popular no pueden quedar exentos de fiscalización. Estos también deben ser debidamente supervisados, en la misma forma que los órganos institucionales, incluyendo a la policía y las fuerzas armadas.
En resumen podemos decir que la economía socialista consiste en la participación organizada de toda la población activa en la producción, sin tener mayor interés que el de contribuir a crear bienestar para todos los ciudadanos, sin excepción alguna.
No es compatible la economía socialista con la concepción antigua de que "voy a vender lo que más dinero da" o "voy a cultivar eso que más ganancias me da". La elección de los bienes a producir o comercializar deben ser los que necesita la población, en primer lugar, aunque no den las mismas ganancias que otros productos.
Un productor agrícola, por ejemplo, debe analizar las tierras que tiene a su disposición, estudiar la situación geográfica en la que está situada su granja o finca, las condiciones climáticas, etc. También debe considerar sus propia capacidad y sus conocimientos, de tal modo que pueda cultivar los productos que den más rendimiento, no en función de la ganancia sino de lo que más es capaz de hacer.
Por otra parte, se debe pensar en qué necesita más la población, de tal modo que los precios sean asequibles para todos. Y en esta parte el Estado tiene una función muy importante, que es la de informar a los productores sobre qué bienes hacen más falta. Es más, el Estado debe estimular la producción de los productos más necesarios y de regular su comecialización, para evitar acaparamientos o destrucción de bienes (Ver nota 3, más abajo).
Para lograr que la economía socialista sea una realidad se debe crear conciencia de solidaridad entre todos los que participan en la producción, distribución y venta de los bienes.
Nota sobre dictadura del proletariado: Carlos Marx expresó esta idea como la única posible (en esa época) de asegurar la transición del capitalismo al socialismo. Para contrarrestar la oposición de la clase dominante, que no aceptaría perder sus privilegios y haría todos lo posible por restaurar el Estado capitalista. Actualmente se intenta probar otras formas de transición, que no hagan necesaria la dictadura del proletariado ni la violencia.
Lamentablemente se ha demostrado que esos intentos son muy arriesgados, porque los recursos económicos de la burguesía son mayores, además de contar con el respaldo de países cuyos gobiernos están interesados en preservar, a toda costa, el sistema capitalista y seguir fortaleciéndolo. Para ello no dudan en absoluto en utilizar la violencia, los asesinatos, golpes de estado, etc. Sin embargo, si se logra formar un partido de vanguardia suficientemente organizado, con militantes debidamente preparados, además de una férrea undad cívico-militar, se puede garantizar esa transición.
Nota 2: En los países llamados del "este" europeo, como Rumania, Bulgaria, Hungría, etc., se impuso una especie de transición al socialismo, puesto que esa zona quedó bajo el dominio de la Unión Soviética, después de la Segunda Guerra Mundial. No importa si esos países se autodenominaron socialistas o comunistas. Lo importante es que en ninguno de ellos existió ni socialismo ni comunismo.
Así como en la zona que conquistaron los aliados se impuso el capitalismo (que ya existía de antes, aunque en forma menos desarrollada), en los países del este se intentó imponer transiciones al socialismo. Esto debe quedar muy claro, puesto que la propaganda anticomunista siempre intenta demostrar que "el socialismo o el comunismo ya se han probado, que ya han existido".
Cabe recordar que estos países eran aliados de la alemania nazi y que ocasionaron varios millones de muertos a los soviéticos y a todos los pueblos que se oponían a Hitler. Además, destruyeron miles de fábricas, carreteras, viviendas, granjas agrícolas, etc. Sus gobernantes eran monarcas o tiranos que querían sostener sus sistemas feudales. Ea obvio que después de la guerra debían ser debidamene neutralizados. ¿Quienes debían gobernar aquellos países? Pues, los que habían sido perseguidos, torturados y oprimidos cruelmente, ocasionando miles de muertos entre sus familias y correligionarios. Eran aquellos valientes guerrilleros que se habían opuesto a la hegemonía nazi.
Fueron esos hombres y mujeres los que tomaron el poder, con el apoyo de la Unión Soviética. Lo mismo hicieron otros líderes europeos en Europa, con el apoyo de Estados Unidos.
Fue en esa forma que se intentó imponer desde fuera el socialismo en esos países. No se trata de países "democráticos" que estaban tranquilos y en paz y fueron invadidos. Se trata de países cuyos gobernantes apoyaron los crímenes de la alemania nazi. Fueron ellos los que invadieron y asesinaron, en la misma forma como lo hicieron en otros países europeos, incluyendo Francia, que tenía un gobierno colaboracinista, el de Vichy.
Nota 3: Conviene recordar que en el sistema capitalista se produce bienes con el fin de obtener ganancias. Las empresas compiten entre sí y lo hacen también los países. Se usan distintas artimañas para combatir al competidor. En esas luchas se descontrola la producción. Hay épocas en las que hay demasiada oferta de productos y eso hace bajar los precios. Una de las formas de evitar que los precios bajen es destruir grandes cantidades de bienes. Muy conocidos son los casos de productores españoles que han tirado en las callles toneladas de tomates y otras hortalizas como protesta porque, según ellos, no les compensa venderlos a precios muy bajos.
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