LA VERDAD, SIEMPRE LA VERDAD.

Bienvenidos a leer mi blog. Espero que su lectura les sea útil. La finalidad del mismo es entregar información veraz, analizar articulos de medios tradicionales de comunicación y hacer un aporte positivo, en forma respetuosa. Apoyo la libertad de expresión, pero no el libertinaje, basado en la mentira, la manipulación y el engaño. Apoyo la defensa del ecosistema, amenazado por la explotación irresponsable de los recursos del planeta por parte de empresas a las que sólo les interesa acumular riquezas, en desmedro del bienestar de la Humanidad.

Buscar este blog

Vistas de página en total

jueves, 29 de mayo de 2025

CARTA PARA UNA NIÑA PALESTINA ASESINADA, EN ATAQUE DIRECTO Y CERTERO: Yaqeen Hammad.

Audio 1


Aclaración: Ni esta carta ni la anterior (para Yuval Raphael) han sido escritas por fanatismo ni deseo de atacar a nadie, sino únicamente para visibilizar una dolorosa realidad. Esa realidad que conmueve a muchos, que lo único que pueden hacer es llorar, al ver que nada se hace por detener ese infierno.

Hola, Yaqeen;

No es fácil empezar esta carta. Es la primera vez que le escribo a una niña muerta. Bien podrías llamarte Yaquelin, Jacky o Jaqueline. También podía ser Rosa, María, Yasmira o cualquier nombre hermoso de niña inocente de tan solo once años. Nunca supe de tí cuando estabas viva. Y lo lamento. Me habría gustado saber de tí, haber leído sobre tí, conocer tu vida y tus acciones, antes de que te mataran.

Ya no vives. Para tu familia eres mártir, si es que queda alguien vivo de tu familia. Para tu pueblo eres una heroína, una de esas personas que nunca van a ser olvidadas. Seguirás existiendo, por ser quien fuiste. Pero me habría gustado más que hubieras seguido existiendo físicamente y que hubieras llegado a ser profesora, trabajadora de fábrica, vendedora en una tienda, enfermera, ingeniera o barrendera y que hubieses tenido la oportunidad de disfrutar de una vida digna, lo que es un derecho para cualquier ser humano. 

Me habría gustado tener una hija como tú. O una hermana, prima o nieta que tuviera la energía que tenías tú, la alegría que irradiabas. Me habría gustado acompañarte, aunque hubiera sido a la distancia, cuando hacías tantas cosas buenas por otros miles de niños inocentes que sufren de incurables enfermedades o de hambre. Digo enfermedades incurables no porque no se puedan curar con medicinas y cuidados, sino porque donde vivías ya no hay cuidado ni hay medicinas. Tampoco hay quien cuide a los enfermos porque a los médicos los han matado, como han matado a los profesores y sus hijos y nietos, como también mataron a los periodistas que informaron de aquellas muertes. Y los pocos médicos y profesores que viven no tienen hospitales ni escuelas ni refugios. Casi todo está bajo escombros, barro y sangre, en muchos kilómetros a la redonda.

Audio 2


Supe de tí gracias a unos pocos medios que extraen o rescatan algunas vivencias y sucesos que se desarrollan en Gaza, una de esas pequeñas porciones de tierra que dejaron unos invasores que llegaron hace menos de 100 años, cuando tus antepasados habían vivido allí desde hace milenios. Eran aquellos hombres y mujeres simples que cultivaban las áridas tierras de Palestina, que interactuaban con muchos otros pueblos de etnias distintas y distintas religiones, la mayoría semitas, como tú. ¿Sabes que en el mundo, la propaganda de muchos poderosos comerciantes y políticos dice que quienes defienden a los niños palestinos son antisemitas, si se denuncia a quienes asesinan a niños palestinos (semitas)?. Una niña como tú no entiende esa gran contradicción, ¿verdad? Pero tampoco la entendemos quienes hemos tenido la suerte de llegar a una avanzada edad y hemos leído historia, buscando en distintas fuentes de información.

He visto tu rostro sonriente. A pesar de las bombas y el horror de la muerte, tú ibas de un lado a otro, ayudando a los niños, les llevabas comida y los alentabas a seguir teniendo esperanzas, porque eso era lo único que los podía consolar en medio de los dolores, las náuseas, los vómitos, el frío o el calor. Muchas veces oíste como caían las bombas y escuchabas los gritos desgarradores de adultos (hombres y mujeres) y niños que eran alcanzados por los proyectiles o por vigas o pedazos de techos, paredes, puertas o ventanas. Los oías luego quejarse, llorar o gritar en las sombras, muchos desangrándose, otros despedazados, algunos sin piernas o brazos, sin ojos o sin piel. 

Audio 3


¿Qué alcanzaste a aprender en tus pocos años de vida? Fuiste testigo de lo que sucedía, tal vez sin entender por qué pasaban tan horribles cosas. ¿Cuánto alcanzaron a contarte tus padres, tíos o abuelos antes de que ellos murieran? Lo importante es que, según se puede apreciar, no te inocularon odio, sino que te transmitieron amor. Solo ese amor justifica que fueras tan buena, tan generosa y tan valiente. 

Sabías que cualquier día también tú serías alcanzada por una bomba. Sabías que no tenías escapatoria. No tenías adonde ir, al igual que cientos de miles de niños palestinos a los que espera la muerte en cada esquina de lo que pudiese quedar, si se distingen algunas calles, en  cada rincón de lo que queda de los edificios o de tiendas improvisadas, fabricadas con piedras, cartones o pedazos de metal de algún proyectil.

Audio 4


En ese ambiente  de inseguridad absoluta, que se vive en muy pocos países del mundo (aunque en ninguno con ese grado de hostilidad y crueldad extendida) has logrado sobrevivir hasta los once años. Pero tú sabías, muy bien que hay niños que ni siquiera alcanzan a nacer o mueren cuando tienen sólo meses de edad. El único consuelo que les queda es que se libran de ver cómo siguen muriendo o viviendo mutilados muchos otros niños y adultos.

Hay criminales de todo tipo, que se esconden bajo el disfraz de gobernantes, que no os quieren vivos. Os acorralan como se hace con las ovejas o con los puercos. Se os envía a distintos sitios para salvaros, según ellos. Pero una vez allí os vuelven a bombardear y os envían de regreso a un punto de partida, que se confunde con el punto final. No sé si llegaste a saber cómo se llama eso. Hay millones de personas en el mundo que no lo saben. A esos millones de personas les han vendido verdades falsas y ellos las han creído, porque parecen ser ciegos y sordos. Les han quitado la capacidad de pensar por sí mismos. 

A ellos y a todo el mundo les han dicho que si menciona el nombre de eso estás "politizando", que eso es ser "antisemita". Y por ese motivo los expulsan de las universidades o los censuran en todo tipo de eventos y actividades importantes. Incluso los llegan a llamar terroristas, aunque nunca han llevado a cabo acciones de violencia y ni siquiera han pensado hacerlo. Más aún, han condenado todos los actos de violencia. 

Sí, tal vez oíste esa palabra y aunque nunca llegaste a entender su significado, era eso lo que experimentaste durante todos tus once años de vida. Eso se llama GENOCIDIO, limpieza étnica. Es el crimen más grande que se puede cometer en nuestro planeta. Quienes lo llevan a cabo son criminales y deben ser juzgados y castigados. Pero hay miles de políticos, entre ellos muchos gobernantes de países poderosos, que no lo ven o simulan no ver. Ellos dicen que lo que hacen contigo y con tus hermanos es una respuesta justificada porque un grupo de terroristas financiados en sus comienzos por el Estado de Israel para dividir a tu pueblo, ocasionaron muertes y secuestraron a cientos de israelíes. Y la respuesta es matar a cientos de miles de palestinos que nada tuvieron que ver con esos ataques. 

Audio 5


Lo peor de todo es que los criminales justifican sus acciones apoyándose en libros sagrados, escritos por orden de un Dios invisible y cruel, a pesar de que la inmensa mayoría de los creyentes creen en un Dios que desea el bien para todos los seres humanos; un Dios que si ve lo que sucede en Palestina, no aprobaría en absoluto esos crímenes. Como ves, un Dios puede ser algo para unos y para otros, algo totalmente distinto, contrapuesto. Todo eso es tan incomprensible como el odio, la codicia y la ambición por dominar a otros pueblos, culpándolos de cualquier mal. Por eso quieren expulsarlos (aunque tampoco los dejan irse) o destruirlos, asesinarlos.

Ojalá que el recuerdo de tu existencia sirva para que algunos políticos poderosos abran los ojos, que se sensibilicen y hagan algo para detener el horror, las masacres y las torturas que se llevan a cabo las 24 horas del día en una tierra en la que hay espacio para todos, en una tierra que debería ser libre. ¿Se logrará vencer el odio? ¿Se logrará la paz, algún día? Por tí y por todos los niños y niñas del mundo, tengamos la esperanza de que la cordura y el amor triunfará, por sobre cualquier injusto motivo religioso o ecnómico.

Descansa en paz, querida Yaqeen.

ENLACES:

TELESUR

LA JORNADA.

ENLACE DE HOY, 30 DE MAYO:

PÚBLICO


No hay comentarios: