Vergüenza es lo que todo espanol debería sentir en estos momentos. No porque su selección nacional de fútbol haya sido eliminada de la competición mundial. Las competencias deportivas pueden dar sorpresas y no depende sólo de la capacidad de un equipo sino también de la capacidad del equipo contrario y de muchos otros factores, a veces impredecibles. Al fin y al cabo, el deporte es un juego, no es determinante para juzgar a país alguno. La vergüenza es porque se ha vuelto a consolidar la dinastía de los Borbones, al abdicar el rey cazador de elefantes en favor de su hijo, que el pueblo no ha elegido como Jefe de Estado, pero que es impuesto, por simple descendencia; no por méritos sino por tener "sangre azul". Y lo más curioso es que el ex rey seguirá siendo rey, aunque ahora con más títulos, además de ser Capitán General de la Reserva (VER).
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