Se sabía que la lucha por la presidencia de Colombia estaba entre Antana Mockus y Juan Manuel Santos. Pero los resultados de hoy fueron distintos a lo que decían las encuestas, que auguraban un empate técnico entre los candidatos mencionados.
De todos modos, el resultado marca una diferencia en la política colombiana, que nadie podía haber vaticinado hace un año atrás.
Si bien el apoyo a las fuerzas más conservadoras y guerreristas sigue siendo importante y las fuerzas de izquierda siguen siendo mínimas, hay un gran avance en la madurez política colombiana. Por lo menos, hay un cambio que puede conducir a un gobierno más progresista. es posible que esas condiciones no se den en las elecciones del 20 de junio próximo. Pero eso puede ocurrir en las elecciones posteriores.
La maquinaria propagandística de la clase económicamente dominante es tan grande que se puede entender que las fuerzas de izquierda no puedan remontar. Es esa fuerza de derechas la que seguirá manteniendo el poder, indiferentemente de quien gane en las elecciones del 20 de junio. Pero hay más esperanzas de paz y de integración latinoamericana si gana el representante de los verdes. Si gana Santos, en cambio, se pueden agudizar los problemas, tanto internos como con los países fronterizos, especialmente con Venezuela.
Ojalá que los colombianos despierten y elijan el camino menos peligroso.
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