FEBRERO DE 2010
Todos los cataclismos y fenómenos climáticos ocasionan grandes problemas sociales, económicos y políticos.
Hay fenómenos que no se pueden prevenir con exactitud. Hay consecuencias que son inevitables. Pero hay responsabilidades de los gobernantes o del sistema político y económico de uno o más países afectados por esos fenómenos, como es el caso del terremoto en Chile, de febrero de 2010.
Se sabe con mucha certeza que Chile es un país en el que suceden terremotos de gran magnitud. VER HISTORIA DE LOS TERREMOTOS EN CHILE.
El mayor terremoto de la Historia de Chile ocurrió en 1960. VER.
Con toda esa experiencia acumulada, Chile debería ser una potencia en construcciones asísmicas. De hecho, la legislación chilena obliga a las empresas constructoras a tomar todas las medidas necesarias para que los edificios de viviendas y centros comerciales, hospitales, etc., resistan eficazmente los movimientos telúricos.
Sin embargo, hemos visto cómo una gran cantidad de viviendas se ha desmoronado como si fueran maquetas de papel y cartón, como afirmé en mi primer artículo (VER).
Durante decenios se ha seguido construyendo viviendas de mala calidad y se ha engañado a los compradores de las mismas. Los organismos estatales y los gobiernos han sido incapaces de fiscalizar y controlar a las empresas constructoras.
No vamos a justificar la destrucción de tantos edificios y casas con la intensidad del terremoto, porque se trata, justamente, de construir con planes asísmicos y con buenos materiales. Por otra parte, una vivienda construida en un barrio pobre por una empresa determinada, debe ser igual de resistente que una vivienda hecha por la misma empresa en un barrio de ricos. Pero se ha comprobado que no es así (VER).
La corrupción y la falta de responsabilidades a nivel gubernamental (nacional o local) son, en gran medida, culpables de los enormes daños que se han ocasionado en Chile en éste y en otros terremotos, tanto durante la dictadura de Pinochet como en los gobiernos posteriores.
No quiero decir que todos los daños se podían haber evitado. Un terremoto es una catástrofe y es inevitable que haya daños materiales y pérdida de vidas humanas. Pero con buena planificación, supervisión y fiscalización, esos daños y muertes podrían haber sido mucho menores.
Eso habría sido más útil que la visita de la señora Clinton a Chile, para alardaear sobre su "solidaridad" con el pueblo chileno, por ejemplo.
ENLACES:
VER MIS DOS ARTÍCULOS ANTERIORES SOBRE EL TERREMOTO:
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