UNA REVOLUCIÓN QUE SE ATASCÓ EN EL CAMINO Y SE QUEDÓ A MEDIAS...
Primero fue Túnez. Luego, Egipto. Como efecto dominó, las rebeliones se extendieron hacia varios países árabes. Desde hace algunos días han llegado a Libia, donde las consecuencias pueden ser mucho más desastrosas que en otros países. Ya se están viendo sus efectos. Como en los casos anteriores, es muy probable que Gaddafi tenga que dejar el poder, porque el control del país se le está yendo de las manos. El apoyo a la resistencia es mucho mayor que en los otros países. Muchos diplomáticos dejan sus puestos e incluso el Ministro del Interior ha renunciado y se ha sumado a la resistencia.
Si se hubiera evitado el nepotismo y se hubiera construido una sociedad en donde el pueblo tuviera mayor participación, no se habría llegado a la situación actual.
Por otra parte, la violencia sólo engendra violencia. Por eso la rebelión libia está resultando tan sangrienta. Gaddafi no ha sabido hacer frente a la situación, cuando empezaron las manifestaciones. Antes de eso debió hacerse campañas de información efectivas y debió traspasar el poder al pueblo, crear Poder Popular. Esas dos son las bases para el éxito de una Revolución. Eso sí, cuando se trata realmente de una Revolución, lo que no parece se haya llevado a cabo en Libia.
Muammar al-Gaddafi es un hombre excéntrico, tiene una forma de ser muy extravagante para quienes hemos sido educados y criados en una cultura occidental. Muchas de sus acciones son discutibles, especialmente en lo que se refiere a su apoyo a movimientos revolucionarios, algunos de los cuales llevaron a cabo acciones terroristas.
No se puede negar, sin embargo, que Gaddafi tiene el mérito de haber llevado a cabo una lucha revolucionaria contra la monarquía y el capitalismo-feudalismo que imperaba en Libia hasta el año 1969.
No obstante, el dirigente libio no ha llevado a cabo políticas verdaderamente socialistas y ha abandonado las polìticas revolucionarias para llegar a acuerdos con empresas y gobiernos extranjeros, como son los convenios con Italia y España, por ejemplo. Esos convenios implicaron menores ingresos para el país. A pesar de eso, Libia tiene un PIB superior a los otros países árabes, en los que actualmente hay protestas. En el año 2010, el PIB de Libia creció en un 10,30%. Es decir, lo mismo que China (VER 1) (VER 2).
Las manifestaciones en Libia no tienen los mismos orígenes que en Túnez o Egipto. En este país hay problemas tribales y regionales, que pueden originar una división territorial del país, lo que facilitaría la dominación extranjera, con Estados Unidos a la cabeza. Por eso, es posible que agentes extranjeros estén implicados en las manifestaciones, que no han sido pacíficas, como en Egipto.
Muammar al-Gaddafi es un hombre excéntrico, tiene una forma de ser muy extravagante para quienes hemos sido educados y criados en una cultura occidental. Muchas de sus acciones son discutibles, especialmente en lo que se refiere a su apoyo a movimientos revolucionarios, algunos de los cuales llevaron a cabo acciones terroristas.
No se puede negar, sin embargo, que Gaddafi tiene el mérito de haber llevado a cabo una lucha revolucionaria contra la monarquía y el capitalismo-feudalismo que imperaba en Libia hasta el año 1969.
No obstante, el dirigente libio no ha llevado a cabo políticas verdaderamente socialistas y ha abandonado las polìticas revolucionarias para llegar a acuerdos con empresas y gobiernos extranjeros, como son los convenios con Italia y España, por ejemplo. Esos convenios implicaron menores ingresos para el país. A pesar de eso, Libia tiene un PIB superior a los otros países árabes, en los que actualmente hay protestas. En el año 2010, el PIB de Libia creció en un 10,30%. Es decir, lo mismo que China (VER 1) (VER 2).
Las manifestaciones en Libia no tienen los mismos orígenes que en Túnez o Egipto. En este país hay problemas tribales y regionales, que pueden originar una división territorial del país, lo que facilitaría la dominación extranjera, con Estados Unidos a la cabeza. Por eso, es posible que agentes extranjeros estén implicados en las manifestaciones, que no han sido pacíficas, como en Egipto.
Lo anterior no significa que la actitud y los últimos discursos de Gaddafi se deban defender. Faltó capacidad de diálogo y se recurrió al insulto y la amenaza, en lugar de llamar a la concordia y a la unidad nacional.
La única posibilidad para que Gaddafi recupere su prestigio es pedir disculpas al pueblo por su falta de comprensión y sus improvisadas amenazas. Al mismo tiempo, debe prometer hacer cambios estructurales y verdaderamente revolucionarios para el país. También sería conveniente que ponga a disposición del pueblo su cargo y que convoque a un referendo revocatorio para que el pueblo decida si puede seguir gobernando. Es posible que ya sea tarde para tomar esas medidas, pero no hay otras alternativas.
ENLACES:
FUENTES DE LOS ENLACES: EL PAÍS, EL PERIÓDICO Y PÚBLICO, DE ESPAÑA; EL CLARÍN Y EL MOSTRADOR DE CHILE; OTROS.
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